Literatura alemana (4) : La Era de la Reforma (1500-1624)


Los efectos del Humanismo en Alemania comenzaron a sentirse en la atención dada por hombres como Erasmo y Reuchlin al estudio de la Biblia en los idiomas originales. Para la literatura alemana, la Reforma fue una calamidad. Las tremendas luchas teológicas absorbieron lo mejor de la de la energía intelectual de la nación. La literatura como arte sufrió al ser forzada al servicio de la controversia religiosa; se convirtió en polémica o didáctica y se manifestó sobre todo en prosa. Martín Lutero (1483-1546) es la figura más importante de este periodo y su obra más importante fue la traducción de la Biblia (impresa completamente Wittemberg en 1543 y edición final en 1543-45).
Las traducciones alemanas previas se habían hecho de la Vulgata y eran deficientes en su calidad literaria. La versión de Lutero es del original y aunque no está libre de errores de de una claridad maravillosa y totalmente idiomática. Sus efectos en el idioma alemán fueron enormes; el dialecto en el que está escrita, un dialecto Medio alemán usado en las chancillerías de la Alta Sajonia, se convirtió gradualmente en la norma de los escritores protestantes y católicos y es la base del moderno alemán literario. Los panfletos de Lutero solo tienen interés histórico; su catecismo y sermones pertenecen a la literatura teológica. Sus "Tischreden" (Charlas de sobremesa) muestran su personalidad. Su fuerza de voluntad impregna su carácter y sus escritos. Pero su firmeza con frecuencia deja un sabor de obstinación, es tan dogmático como sus oponentes y la crudeza, o mejor la vulgaridad de su lenguaje era ofensiva hasta en aquella época acostumbrada a los abusos. Como poeta se muestra en sus cantos religiosos, de los que "Ein feste Burg" es famoso por convertirse en el himno de batalla de los reformados. Otros escritores de himnos protestantes para los servicios religiosos fueron Paulus Speratus (m. 1551), Nikolaus Decius (m. 1541), Nikolaus Herman (m. 1561), y Philipp Nicolai (m. 1608). En general, los humanistas alemanes fueron indiferentes con la Reforma, peor Ulrich von Hutten (m. 1523) fue partidario del movimiento; sus escritos son sobre todo latinos. Uno de los mayores enemigos de Lutero fue el monje franciscano Thomas Murner, (1475-1537), que en sus primeras sátiras castigó las locuras de su tiempo. Mostró al principio simpatía por la Reforma, pero cuando se atacó la doctrina católica, respondió atacó de forma ruda pero inteligente contra la Reforma con su sátira "Von dem grossen Lutherischen Narren" (1522), en adelante siendo un enemigo constante de la Reforma y de su autor.

Lo mejor del siglo dieciséis fue el zapatero de Nuremberg Hans Sachs (1494-1576) quien, aunque seguidor de Lutero, no era principalmente polemista. Foe sorprendentemente productivo en varios campos, mastersong, Spruch, anécdotas, fábulas y drama. Su teatro de de Carnaval manifiesta un humor que aún se aprecia hoy en día. El espíritu de valioso maestro es sobre todo didáctico y carece de formas artísticas.

Hacia mediados del siglo dieciséis, aparece la Contrarreforma, volviendo a recuperar mucho de lo perdido ante el protestantismo, que ya se había convertido en una fuerza vital y estaba dividido por las disensiones entre luteranos y calvinistas. El más eminente de los escritores polemistas entre los protestantes fue Johann Fischart (m. 1590), cuya sátira esta sobre todo dirigida contra los jesuitas, siendo notable su "Vierhörniges Jesuiterhuetlein" (1580). Su obra más ambiciosa es "Geschichtklitterung," una versión libre del Gargantúa de Rabelais (1575). Fischart no es un escritor original y su lenguaje extravagante y su afición a los juegos de palabras hace que su obra sea intragable para el lector moderno La prosa narrativa es muy notable en esta época. Colecciones de anécdotas, como "Rollwagenbuechlein" de Jörg Wickram (1555) y sobre todo "Schimpf und Ernst" (1522) del franciscano Johannes Pauli, se hicieron muy populares. Eran muy estimadas las traducciones de los romances franceses y españoles como el "Amadis de Gaula". Además, estaban los "Volksbücher," con sus historias populares, entre las que está las relacionadas con Fausto y el Judío Errante se hicieron las más famosas. La prosa didáctica está representada por la obra histórica de Aegidius Tschudi (m. 1572), Sebastian Frank (m. 1542), y Johannes Thurmayr (conocido como Aventinus; m. 1534); la colección de dichos y proverbios, reunida por Frank y Johann Agricola (m. 1566) deben también ser mencionadas.

En teología , el obispo Berthold de Chímese representa a los católicos con su "Tewtsche Theologey" (1528); el franciscano, Johann Nas (m. 1590), católico convertido, en su "Sechs Centurien Euangelischer Wahrheiten" es también un campeón de la antigua iglesia. El principal escritor protestante fue Johann Arndt (m. 1621), autor de "Vier Bücher vom waren Christenthum," que fue uno de los libros más leídos de su tiempo y su contemporáneo el famoso zapatero Jakob Boehme (m. 1624); filósofo místico en cuyos escritos se mezclan de forma extraña profundos pensamientos con nociones confusas. En el campo del drama había mucha actividad. Lutero, aunque se oponía a la representación de la Pasión, fomentaba el drama educativo. Nikolaus Manuel, un suizo (d. 1530), usó la forma del drama para satirizar al papa y a la Iglesia Católica. El drama bíblico estaba en auge y muchos escritores cultos de comedias de escuela tomaron sus temas de la Biblia, como por ejemplo, Paul Rebhun (m, 1546) y Sixt Birck (m. 1554). El escritor más prolífico de ese momento fue Hans Sachs, que escribió no menos de 208 obras que a pesar de sus carencias de cualidades literarias más altas, son un comienzo prometedor. Hacia finales del siglo dieciséis aparecen en Alemania comediantes ingleses transeúntes que se ganan el favor del público por su arte histriónico superior. Jakob Ayrer (m. 1605), el más importante dramaturgo de la época refleja su influencia, que se nota más aun en Heinrich Julius, duque de Brunswick-Wolfenbuettel (m. 1613), que fue el primer en escribir dramas alemanes en prosa en vez de en verso.

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