Julius Evola
Julius Evola, seudónimo de Giulio Cesare Andrea Evola (Roma, 19 de mayo de 1898 – ibídem, 11 de junio de 1974) Nacido huérfano en Roma, el 19 de
mayo de 1898, el barón Julius Evola fue educado desde la infancia en
lengua alemana, y ya en su temprana juventud estaba familiarizado con
las obras de Nietzsche, Michelstädter y Otto Weininger. Durante la
Primera Guerra Mundial luchó como oficial de artillería en el frente
alpino contra los austríacos. Tomó parte activa en los movimientos
estéticos y culturales de vanguardia que se desarrollaron en Italia,
especialmente el dadaísmo de Tristan Tzara y, en menor medida, el
futurismo de Marinetti, como poeta y como pintor.
Entre 1927 y 1929 fue
el director de la revista "Ur". Un año más tarde, anima la revista "La
Torre". <<La palabra "Ur" –explicará–, es una vieja denominación
del "fuego". Pero también se relaciona con lo que es "primordial" u
"original", sentido que aun conserva en la lengua alemana>>.
El año 1934 estará marcado por la publicación de la que sería su obra fundamental: Rebelión contra el mundo moderno.
De entrada, la idea de
"progreso", con todos sus matices, es rechazada: <<Nada es tan
absurdo como esta idea de progreso que, con su corolario de
superioridad de la civilización moderna, se ha creado sus coartadas
"positivas" falsificando la historia, insinuando en los espíritus mitos
deletéreos, proclamando su superioridad en los mercados de la
ideología plebeya, de la que forma parte>>.
Y concluye:
<<Solamente un retorno tradicional en una nueva conciencia
unitaria europea puede salvar al Occidente>>.
Desde el mismo momento
de su salida, el libro hizo un gran ruido. El poeta Gottfried Benn,
después de su lectura, se declaró "transformado". En Italia las
reacciones son más mitigadas. Aunque vinculado de alguna forma a
Mussolini, Julius Evola cuenta con un gran número de adversarios en las
filas del partido fascista. El filósofo Giovanni Gentile le es
particularmente hostil. El pesimismo aristocrático que se desprende de
su obra no es el más conveniente para una época que practica el
triunfalismo del mando. Su Imperialismo pagano, obra publicada en 1928, ya había enfurecido a los católicos e hizo enseñar los dientes a los medios concordatarios.
Evola continúa interesándose por el esoterismo. Después de La tradición hermética, publica El Santo Grial y la tradición gibelina del Imperio (1937), donde estudia los fundamentos de la mística caballeresca y de la concepción medieval del Imperio. La doctrina del despertar (1943) es un análisis sobe la ascesis del budismo; El yoga del poder, publicado el mismo año [traducido al español como El yoga tántrico.
NdT], analiza los principios del tantrismo como doctrina adaptada al
hombre del "Kali-Yuga". Sienta también las bases de una "antropología
espiritual" y emprende, siguiendo el ejemplo de Ludwig Ferdinand Clauss
(Rasse und Seele, 1933), una definición de la raza basándose en criterios no exclusivamente biológicos (El mito de la sangre, 1937; Síntesis de la doctrina de la raza, 1943).
En 1945 se encuentra en
Viena mientras la ciudad sufre un violento bombardeo angloamericano.
El techo de la habitación se derrumba y una viga le aplasta la columna
vertebral. Evola es hospitalizado durante dos años. Sus miembros
inferiores han quedado paralizados.
Regresa a Italia en 1948.
<<El fundamento de todo verdadero Estado –escribe Evola– es la transcendencia de su principio; es decir, del principio de la soberanía, de la autoridad y de la legitimidad. La antigua definición romana de Imperium,
por ejemplo, pertenecía esencialmente al dominio de lo sagrado: antes
de expresar un sistema de hegemonía territorial supranacional,
designaba la pura potencia del mando, la fuerza casi mística y la auctoritas
propias a aquel que ejerce las funciones y ejerce la cualidad de jefe,
tanto en el orden religioso y guerrero como en el de la familia
patricia (gens) y del Estado (Res publica).
En el momento de su
desaparición, Julius Evola vivía en reclusión después de treinta años
con las piernas muertas, entre sus mesas y sus libros, recibiendo a los
amigos y cuantos pedían verlo.
<<Las verdades de
la tradición no se razonan ni se discuten: son o no son>>,
repetía. <<El hombre de virtud no discute>>, dijo Lao Tse.
Talla alta, porte
aristocrático, paralítico de las dos piernas tras un bombardeo durante
la guerra, el filósofo Julius Evola escribió para un pequeño número de
hombres, para aquellos que aun permanecen <<de pie, entre las
ruinas>>. Murió el 11 de junio de 1974, a la edad de 76 años.
Exactamente a las 15,15 horas, tal y como él mismo había predicho, dos
años antes, a su amigo y discípulo Georges Gondinet. Sus cenizas fueron
depositadas por su hijo Vittorio en la cumbre del Monte Rossa, en los
Alpes italianos. Sobre la urna, siguiendo sus indicaciones, fue grabada
una inscripción: "Non é caduto, é morto" ("Murió, no es un caído").