Karl May
Novelista alemán (Ernstthal, 25 de febrero de 1842 - Dresde, 30 de marzo de 1912), autor de una serie de novelas de
aventuras muy populares. Hijo de un humilde tejedor, poco después de su
nacimiento fue víctima de una especie de ceguera que le duró algunos
años. Autodidacta, sus lecturas no pasaron de unas cuantas novelas
adocenadas de aventuras y diversos textos geográficos. Estudió para
maestro elemental en el seminario de Waldenburg. Luego pasó al de
Plauen, como castigo por un pequeño hurto.
El robo del reloj de un colega llevado a cabo
cuando ya ejercía la profesión docente en una escuela le valió seis
semanas de cárcel y le forzó después a vivir únicamente de lecciones
particulares. Algo más tarde, el desvalijamiento de una expendeduría de
tabaco le acarreó una condena de cuatro años de prisión, que cumplió en
Zwickau. Puesto en libertad y víctima de perturbaciones mentales, pronto
volvió a ser condenado a otros cuatro años de cárcel debido a nuevos
delitos.
Durante este cautiverio esbozó el plan de
su obra literaria; a partir de 1874 compuso, en un estilo ingenuo, pero
rico en imágenes, penetrante y persuasivo, sesenta y siete volúmenes.
Algunas breves permanencias en América y en el Próximo Oriente no
añadieron gran cosa a los conocimientos adquiridos por Karl May en los
textos de geografía, que le habían servido para describir con precisión
los ambientes exóticos de sus novelas.
Bajo los nombres de Kara Ben Nemsi y Old Shatterhand
narró sus imaginarias aventuras en Oriente y Norteamérica, en las que se
dio respectivamente por compañeros a Hadschi Halef Omar, el árabe
astuto y divertido, y Winnetou, el noble jefe apache. A la muerte de
Karl May se hallaron realmente, entre sus cosas, los extraños fusiles de
que hablara en sus libros.
El estilo adocenado, los
errores descriptivos y la simplicidad y esquematismo de los personajes
no impideron que gozase de una tremenda popularidad en Alemania y el
resto del mundo. Como otros cultivadores del género (Zane Grey, Salgari y
sobre todo, Edgar Rice Borroughs), su atracción es debida en parte a
que sus novelas son obra de pura creación, o imaginación: May nunca
salió de su Alemania natal.