La publicación de un texto inédito del autor de El llano en llamas revela la admiración que profesaba hacia el escritor tixtleño. El volumen, que se puede descargar gratuitamente, incluye una serie de textos que abordan las diferentes facetas del también poeta
CIUDAD DE MÉXICO, Febrero.- Fue imposible que Juan Rulfo e Ignacio Manuel Altamirano se conocieran en persona. Pero sus caminos se cruzaron cuando el primero descubrió la literatura del segundo y le dedicó un breve ensayo, hasta ahora desconocido, donde lo reconoce como “la figura literaria de mayor relieve en su época”.
El texto permaneció inédito durante dos décadas y ahora aparece en el libro Altamirano. Vida, tiempo y obra, coordinado por Julio Moguel, donde también se recupera una fotografía desconocida del escritor tixtleño, autor de obras emblemáticas como El Zarco y La Navidad en las montañas.
Y aunque este puente literario pareciera fortuito, comenta a ExcélsiorVíctor Jiménez, presidente de la Fundación Juan Rulfo, en el fondo hace justicia a un autor que hasta nuestros días ha permanecido en las sombras. Demuestra que Altamirano no sólo fue pionero del renacimiento mexicano, sino un pensador e intelectual para quien la cultura mexicana no podía encerrarse en lo propio, ni adoptar un cosmopolitismo banal.
Juan Rulfo lo define de la siguiente manera: “Es pues Altamirano la figura literaria de mayor relieve en su época, tanto por su obra personal como por su incansable labor en la ciencia y la cultura, así como por la influencia que ejerció en estimular a los escritores de varias generaciones”.
“Su intensa lucha por lograr una literatura de valores nacionales auténticos contribuyó a unificar a numerosos escritores con distintas tendencias ideológicas y diferencias políticas, en torno a su revista El Renacimiento. Su preocupación estética y su anticolonialismo cultural fueron la base para que México creara una identidad propia”.
Y añade: “No le bastó la ardua tarea de combatir el parnasianismo, el simbolismo, el naturalismo, ni a tantos ismos importados de la impositiva cultura francesa, sino que aportó con sus propias obras un ejemplo para enfrentar la historia y el análisis literario”.
El texto está acompañado además por una serie de ensayos que funcionan como miradas que muestran las distintas facetas de Altamirano. En una esquina aparece el propio Jiménez, quien aborda el momento cultural del escritor y sus aportaciones desde la trinchera literaria y Alberto Vital, enfocado en la hermenéutica y onomástica de su trabajo narrativo.
Y en el otro extremo, Jorge Zepeda aborda el carácter alegórico de sus personajes; Adrián Gerardo inclina la balanza hacia el terreno de la historia; Julio Moguel retoma los escritos históricos que le dedicó a Morelos y Mario Casasús recuerda la historia del “Tata Nacho” que intercambió la correspondencia con el abogado Joaquín Casasús, entre 1890 y 1892, donde le cuenta un pasaje muy personal de su historia.
Sobre estos textos, el propio presidente de la Fundación Juan Rulfo asegura que la intención del libro publicado por Juan Pablos Editor y el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (Cesop), es mostrar las distintas caras de Ignacio Manuel Altamirano, quien repartiera su tiempo entre la historia, la literatura, la traducción, el periodismo y el estudio de las lenguas indígenas.
“Sin embargo, en el texto que aporté me enfoqué en hacer una reflexión –que también he aplicado a casos como el de Rulfo–, donde demuestro que la cultura mexicana no está definida de una vez para siempre”.
En torno al texto inédito, aseguró que existe un número indeterminado de escritos similares del escritor de Pedro Páramo, sobre otros autores. Sin embargo, se trata de textos que hace tiempo fueron hallados y hasta ahora no existe una propuesta para su publicación.
“Así que no existe otra pretensión en este momento que ofrecer la visión de Juan Rulfo sobre un escritor que otros han considerado de menor importancia y para Rulfo no fue el caso. Además, habría un paralelo entre Altamirano y Rulfo: a ambos les interesó mucho la historia de México”, señaló.
¿Existe un cruce de caminos entre ambos autores?, se pregunta Jiménez. Por un lado, Altamirano vivió un momento de afirmación excepcional cuando fue derrotado el Imperio y el mundo conservador para establecer el sedimento de lo que será el renacimiento mexicano, consideró. Y en el caso de Rulfo, también le tocó un poco de ese renacimiento mexicano pero en su juventud.
El fundador
Julio Moguel, coordinador del volumen, explicó por su parte que la intención de este libro es recuperar y revalorar a un personaje fundamental de las letras mexicanas, quien a lo largo de los años fue visto como “un mal literato”, incluso por algunos intelectuales y críticos como José Luis Martínez.
“Nos percatamos de que Altamirano tenía un déficit muy grande en torno a la interpretación de su obra, aunque para muchos, como Rulfo, sí se trata de un personaje interesante del siglo XIX”.
“No hay duda, los compiladores nos percatamos de que Altamirano es uno de los grandes del siglo XIX, pues aunque muchos aseguran que no fue punto de partida de la novelística moderna, cuando se le estudia a detalle se puede apreciar su labor como gran novelista… y así lo valida el propio texto inédito de Juan Rulfo, quien lo identificó como un fundador de la novela moderna”, concluyó.
¿Quién es?
Ignacio Manuel Altamirano (1834-1893). Nació en Tixtla, Guerrero en el seno de una familia indígena. Fue defensor del liberalismo. Su obra abarcó poesía, novela, periodismo, ensayos y estudios críticos. Su producción narrativa está integrada por novelas como Clemencia, El Zarco y La Navidad en las montañas. Según el texto del propio Rulfo, su obra póstumaEl Zarco, escrita entre 1886 y 1888, “está emparentada con Astucia de Luis G. Inclán y Los bandidos de Río Frío”.
¿Dónde y cuándo?
Altamirano. Vida, tiempo y obra se presenta el 12 de febrero en el Aula Magna del Instituto de Investigaciones Filológicas (IIF) de la UNAM a las 12:15 horas. Puede descargarse desde el sitio: www5.diputados.gob.mx/index.php/camara/Centros-de-Estudio/CESOP/Editorial/Libros/Altamirano-Vida-Tiempo-Obra
Pedro Páramo, en su aniversario 60
Editorial RM y la Fundación Juan Rulfo recién publican la edición conmemorativa para celebrar el 60 aniversario de la aparición de Pedro Páramo, en cuya portada aparece el dibujo a tinta realizado por Ricardo Martínez, que fue utilizado en la primera edición del 19 de marzo de 1955.
La publicación incluye en su contratapa las palabras que Edmundo Valadés le dedicara en su primera reseña del 30 de marzo de 1955: “Desconcertante, lista a inquietar a la crítica, está ya en los escaparates la primera novela de Juan Rulfo, Pedro Páramo, que transcurre en una serie de transportaciones oníricas, ahondando más allá de la muerte de sus personajes, que uno no sabe en qué momento son sueño, vida, fábula, verdad, pero a los que se les oye la voz al través de la ‘perspicacia despiadada y certera’ de tan sin duda extraordinario escritor”.
Pedro Páramo ha sido calificado como una obra maestra por escritores como Jorge Luis Borges, Günter Grass y Mario Vargas Llosa; según una encuesta del Instituto Nobel de Suecia, de 2002, se ubica como “una de las cien obras que constituyen el núcleo del patrimonio universal de la literatura”.