Biografía de Santa Catalina de Siena

Santa Catalina de Siena

Nació el 25 de Marzo de 1347 en Siena, Italia y falleció el 29 de Abril de 1380 en Roma, Italia. Nacida como Catalina Benincasa, fue una religiosa muy reconocida entre los discípulos de la iglesia católica por su activismo en las cruzadas y sus experiencias místicas.

Santa Catalina es doctora de la iglesia desde 1970 y fue canonizada por el papa Pío II hace más de quinientos años. Fue escritora y predicadora, además de una de las principales luchadoras en causas políticas y sociales.


¿Quién fue Santa Catalina de Siena? Sus padres fueron Jacopo Benincasa y Lapa Piangenti. La familia de Catalina era muy numerosa, de la cual era ella la número veintitrés en nacer junto con su gemela, quien falleció prematuramente.

El padre de la joven era curtidor de pieles y la madre era hija de un artista; en general la familia se encontraba ubicada en una clase social media. No fue educada formalmente, pero se dedicó a la oración desde muy niña.

Se cree que desde los seis años había decidido servir a Dios, a quien le había prometido castidad y penitencia eterna. Pese a esta inmaculada conducta, sus padres le arreglaron un matrimonio cuando esta tenía 12 años.

Se destaca de su biografía, Santa Catalina de Siena aún siendo niña tomó la decisión de cortarse el cabello, envolverse en una manta blanca y encerrarse indefinidamente a orar; esto como medida de protesta a su compromiso de casamiento. Los padres reacios la castigaron, pero a ellos les fue revelada su santidad de manera insospechada.

Una vez que los padres de Catalina comprendieron la misión de su hija, le apoyaron en su decisión. Por consiguiente, cuando la joven cumplió los dieciocho años se convirtió en novicia de la Orden Tercera de los dominicos.

En 1364, a los diecisiete años, se incorpora a la Orden de Predicadores abrazando la profesión de los consejos evangélicos en el mundo, según el espíritu de Santo Domingo.

Toma conciencia de que la contemplación en soledad es estéril si no se abre a Dios y al prójimo y opta por una soledad interior fecunda, guiada por los pasos de la Pasión de Cristo. Cristo crucificado la esclarece los caminos y la impulsa al amor a los pobres y enfermos. Así sirve con cariño y constancia a dos mujeres, una leprosa y otra apestada que, en lugar de agradecer a Dios los beneficios, se dedican a difamarla.

Crea un grupo de reflexión: "la bella brigata", compuesto por amigos, laicos y hermanos predicadores. Entre ellos hay notables, pintores, nobles. En el grupo se confrontan las grandes tendencias de la época con el Evangelio de Jesucristo y se especifican compromisos; porque, según Catalina, "el hombre no vive de flores, sino de frutos". Ella viene a ser la guía espiritual y la "mamma".

Escribe al Papa Gregorio XI, a eclesiásticos, religiosos, religiosas, y a muchos laicos, entre ellos al rey de Francia, a la reina de Nápoles, a príncipes y a diversas autoridades. Autora de importantes obras de espiritualidad, corona su producción literaria con el "Diálogo", las "Oraciones" y las "Cartas".

Su tiempo se caracteriza por rencores y convulsiones políticas. Pero Catalina une a su contemplación en el mundo, una gran destreza para las negociaciones políticas y un talento de hombre de estado.

En 1376, a sus 29 años, los florentinos la nombran embajadora ante el Papa, y por eso emprende viaje a Avignón. Se entrevista con Gregorio XI y consigue la reconciliación de la República de Florencia con la Santa Sede. En seguida intenta persuadir al Papa para que retorne a Roma. Lo logra meses después , en enero de 1377. Cuando el Papa entre en Roma, ella se encuentra en Siena. Gregorio XI muere en 1378 y Catalina se establece en Roma. Allí se empeña en la movilización de la ciudad eterna y de otras ciudades en apoyo al Papa de Roma, Urbano VI, sucesor de Gregorio XI.

Catalina muere en Roma el 29 de abril de 1380, a la edad de treinta y tres años. Pío II la canoniza en 1461, y el cuatro de noviembre de 1970 es declarada Doctora de la Iglesia por Pablo VI. Su magisterio carismático es un don de Dios a la Iglesia y a la humanidad. Fue sepultada en la basílica dominicana de Santa María sopra Minerva.

Por inspiración divina, a los siete años ofreció a Dios su virginidad y ya en 1363, superada la oposición de la familia, inicia la vida entre las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, dedicadas con gran austeridad a la oración, penitencia y ayunos.

Dada la contemplación de la "dulce primero verdad" busca conocer la presencia de Dios en ella y de ella en Dios. Vive en su propia casa una vida de sacrificio hasta el año 1370: A los veintitrés años, en una visión de su esposo celestial, recibe la misión de dedicarse a la vida de apostolado.

Desde ahora, reforzada por las gracias del Espíritu Santo, a las que ella responde con docilidad , conseguirá unir una enorme actividad apostólica con la altísima contemplación de las verdades divinas dentro de la "celda del corazón". Logra la pacificación entre las ciudades toscanas y se preocupa de la cruzada de liberación de Tierra Santa. Se dedicó, con eficacia, a llevar el bien, la virtud y la paz a los hombres y mujeres de todas las clases sociales. Inflamada del amor de Cristo crucificado buscó conformarse en todo a Él. El primero de abril de 1375 recibe los estigmas de la pasión, aunque su aspecto es de luz, no de sangre.

Su misión fue eficacísima en la reforma de la Iglesia, dividida por el cisma, y en la reforma de la Orden de Predicadores, apoyando la obra del Beato Raimundo de Capua. La familia dominicana la considera como su madre.

Obra:

Santa Catalina dejó el Diálogo de la Divina Providencia, llamado simplemente Diálogo, escrito durante cinco días de éxtasis religioso, del nueve al catorce de octubre de 1378. Se trata de 26 oraciones y 381 cartas. El texto es considerado como un importante testimonio de la literatura toscana vernácula

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