Pico della Mirandola
(Mirandola, Ferrara, 24 de febrero de 1463 + Florencia, 17 de noviembre de 1494)Nació en el Castillo de la Mirandola, estudió en Bolonia, Ferrara y Padua, pasó en 1484 a Florencia, vivió luego en París y Roma, y se estableció en 1488 en las cercanías de Florencia. Maestro de la Academia florentina y uno de los distinguidos humanistas italianos del Renacimiento (figura principal de El Cortesano, de Castiglione).
En pleno auge del Renacimiento, publicó en
Roma sus célebres novecientas tesis, tituladas Conclusiones philosophicae, cabalisticae et theologicae
(1486). En ellas manifestó la intención de demostrar la verdadera
naturaleza del cristianismo, considerándolo como el punto de confluencia
de todas las tradiciones filosóficas anteriores, incluidas la filosofía
griega, la astrología, la cábala y la magia.
Pico della Mirandola comenzó a llamar la atención del
mundo intelectual por su anuncio de que defendería, en Roma, 900 tesis
en una disputa pública. La disputa fue prohibida por la Curia romana,
pero la fama de Pico della Mirandola como humanista, filósofo y teólogo
se extendió grandemente.
Pico della Mirandola hizo expresamente profesión de «eclecticismo»,
considerando, como dice en la Oratio de hominis dignitate, que
«es señal de excesiva estrechez de espíritu encerrarse en un Pórtico o
en una Academia». Muchos son los autores que Pico della Mirandola
menciona, ya sea para alabar sus cualidades, ya sea para apropiarse
algunas de sus ideas. Entre los antiguos, además de Platón y Aristóteles,
señala a neoplatónicos y comentaristas de Aristóteles: a Plotino,
Porfirio, Jámblico, Proclo, Damascio, Olimpiodoro, Simplicio, Temistio,
etc. Entre los hombres «de nuestra propia fe», a Juan Duns Escoto, a
Santo Tomás, a Alberto el Grande, a Egidio Romano, a Enrique de Gante.
Entre los árabes, a Averroes, Avempace, Alfarabi, Avicena. Se refiere
asimismo a los «Caldeos» y a los escritos herméticos. Así, platonismo,
neoplatonismo, aristotelismo, teologías cristianas, tendencias místicas y
hasta cabalísticas confluyen en Pico della Mirandola. Este quiere
mostrar sobre todo la unidad de la filosofía platónica y la
aristotélica, así como la unidad de los fundamentos de la filosofía
griega y la teología cristiana. Enemigo de la magia y de la astrología,
contra la cual escribió una obra, subrayó la importancia de las fuerzas
y de los principios naturales, aun cuando en un sentido menos
mecanicista que plástico. Pico concibió al hombre como la suprema
realidad de la Naturaleza, como un microcosmo que reproduce los
elementos y la armonía entre los elementos -el material, el orgánico y
el celeste- del macrocosmo, Lleno de dignidad y nobleza, el hombre debe
esforzarse, según Pico, por responder a la alta misión por la que ha
sido creado, que es la de comprender la unidad del cosmos
y la unidad del principio divino. Esta última unidad ha sido percibida
por todas las grandes filosofías y por todas las grandes religiones.
Pico roza en ocasiones el misticismo panteísta, especialmente en la
medida en que usa para su explicación del origen del mundo el principio
neoplatónico de la emanación.
Sus teorías fueron
combatidas duramente por la curia romana y trece de sus tesis fueron
condenadas por los teólogos de la época, motivo por el cual fue
perseguido por hereje y pasó tres meses encerrado en la torre de
Vincennes. Tras ese período, se encomendó a la protección de Lorenzo el
Magnífico, en Florencia. En 1489 publicó Heptaplus, comentario cabalístico sobre el libro del Génesis, y en 1492 De ente et uno, una crítica al platonismo de Ficino. Falleció tras ser envenenado por su secretario.
Obras principales: Disputationes adversus astrologiam divinitatricem
libri XII. -Apología. -Heptaplus, de septiforini sex die rum Geneseos
enarratione. -Conclusiones philosophicae, cabalisticae e: theologicae [900 Conclusiones precedidas por la célebre Oratio de hominis dignitate]. -De ente et uno. -De imaginatione.
Edición de obras: Opera, Venecia, 1496, reimp., 1572, 1601. Ed. crítica
por E. Garin, 5 vols., 1942-1956 (I, 1942; II, 1946; III 1952; IV, V,
1956).
Véase: Georg Dreydorff, Das System des J. P. von M. und Concordia, 1858. -Vincenzo di Giovanni, P. della M, filósofo platónico, 1882. -A. Levy, Die Philosophie Picos della M., 1908. -A.-J. Festugiére, O. P., «Studia Mirandolana», Archives d’histoire doctrinale et littéraire du moyen âge, 7 (1932), 143-250. -Giovanni Semprini, La filosofía di P. della M., 1936. -E. Garin, P. della M., vita e doctrina, 1937 [con abundante bibliografía]. -Avery Dulles, Princeps Concordiae: P. della M., and the Scholastic Tradition, 1941. -E. Cassirer, «G. P. della M. Study in the History of Renaissance Ideas», Journal of the History of Ideas, 3 (1942), 123-44.-Giuseppe Barone L’umanesimo filosofico dí G. P. della M., 1948. -íd., íd., G. P. della M., 1948. -Pierre-Marie Cordier, J. P. de la M. ou la plus pure figure de l’humanisme chrétien 1958 [texto y trad. de De hominis dignitate]. -E. Monnerjahn, G. P. de la M. Ein Beitrag zur philosophischen Theologie des italianischen Humanismus, 1960. -Giovan ni di Napoli, G. P. della M. é la problematica doltrinale del suo tempo, 1965. -Henri de Lubac, P. de la M.: Etudes et discussions, 1974.
Nunca estudié filosofía por otra razón que la de poder llegar a ser un
filósofo, jamás esperé remuneració por mis estudios, por mi trabajo a la
luz de la lámpara, ni busqué otra recompensa que el cultivo de mi mente
y el conocimiento de la verdad, que siempre he ansiado por encima de
todas las cosas. Siempre estuve tan deseoso, tan enamorado de esto, que
perdí todo interés por cualquier otro asunto privado o público y me
entregué por completo a mi vida, de la que ni el menosprecio de quienes
me odian ni la execración de los enemigos de la sabiduría pudieron en el
pasado o podrán en el futuro disuadirme.