Baltasar Castiglione
Humanista y político italiano (Casatico, Mantua, 6 de diciembre de 1478-Toledo, 2 de febrero de 1529). Conde de Novellata, autor del célebre tratado Il Cortegiano (1528), traducido al castellano en 1534 como El Cortesano por Boscán.Recibió una educación
humanística en Milán. Vivió en la corte de Ludovico el Moro, de los
Gonzaga y de Guidobaldo de Montefeltro. Fue embajador en Roma con León X
y trabó amistad con Rafael y con Miguel Ángel. Enviado a España por
Clemente VII para tratar con Carlos V, el emperador lo acogió cuando
cayó en desgracia en la corte pontificia y le concedió el obispado de
Ávila. Escribió poesías líricas en lengua vulgar y poesías latinas. Su
obra más importante es El cortesano (1528), cuya influencia sobre la literatura europea de la época fue considerable.
Militar, diplomático, artista y literato,
Baltasar (o Baldassare) Castiglione fue uno de los más nobles y
perfectos caballeros de su época, y no se dejó envanecer por los honores
obtenidos ni por su extraordinaria cultura; concilió el humanismo con
la vida cortesana, desarrollando sus coloquios "en la grata compañía de
excelentes personas". Formado en Milán, entre sus maestros figuró el
célebre humanista Demetrio Calcondilas. Tras el fallecimiento de su
padre acompañó al duque Francisco Gonzaga en su desgraciada expedición
contra Nápoles (1503). Pasó después a la corte de los Montefeltro, en
Urbino, y desempeñó misiones diplomáticas en Inglaterra y Francia;
recibió luego el título condal de Nuvolara y fue enviado como embajador a
la Roma de León X, donde entabló amistad Rafael y con Miguel Ángel.
En las famosas reuniones de la duquesa Isabel
Gonzaga y de su cuñada Emilia Pía conoció a una serie de hombres
ilustres, entre ellos a Bembo, Juliano de Médicis, el cardenal Bibbiena y
otros literatos, que habrían de ser los personajes de El cortesano. En ocasión de tales tertulias compuso la égloga Tirsis (1506) y preparó la representación de La calandria, cuyo prólogo escribió (1513). El cortesano,
compuesto entre 1508 y 1516, no fue impreso hasta 1528, luego de una
detenida revisión. Castiglione describe en esta obra uno de los debates
que tenían lugar en la corte de Urbino, e imagina que en ella se discute
"la forma de cortesanía más conveniente a un gentilhombre que viva en
una corte de príncipes" y quiera ser considerado perfecto cortesano.
Muerta su esposa en 1520, a los cuatro años de
matrimonio, abrazó el estado eclesiástico y fue enviado por Clemente VII
como nuncio pontificio en la corte de Carlos V. En las cartas enviadas
desde España ensalza la figura del emperador, poderoso e interesado en
el bien de la cristiandad. La desilusión que experimentó Castiglione
ante el saqueo de Roma de 1527 y el sucesivo cautiverio del pontífice le
resultó grave y mortal, por cuanto marcaba el hundimiento de sus
ideales políticos; disgustado y dolorido, rechazó los cargos que le
había ofrecido el soberano, y murió poco después en Toledo.
El cortesano
Escrito entre 1508 y 1516, y atentamente corregido hasta 1528, año en que fue publicado, El Cortesano
es uno de los libros más conocidos y más representativos del
Renacimiento italiano. La obra desarrolla en cuatro partes las
conversaciones que tuvieron lugar, durante cuatro noches seguidas, en la
corte de Urbino; tienen el papel de interlocutores algunos de los más
ilustres personajes de la época, entre ellos la duquesa Elisabetta, la
princesa Emilia Pía, el cardenal Bibbiena, Cesare Gonzaga, Bembo,
Juliano de Médicis, Ludovico di Canossa, Federico Fregoso y el Aretino.
El diálogo se basa en la propuesta, formulada
por Fregoso, de dedicar el "juego" de la velada a "formar con palabras
un perfecto cortesano", o sea, como se dice más claramente al principio
del primer libro, a describir la "forma de cortesanía más conveniente al
gentilhombre que viva en una corte de príncipes", y, en la variedad de
las costumbres de las distintas cortes de la cristiandad, "elegir la más
perfecta, la flor y nata de esta cortesanía". En el primer "juego" o
diálogo se habla ampliamente acerca del nacimiento y de la variada
educación del gentilhombre; en el segundo, de sus calidades como hombre
social y de su actitud en las distintas circunstancias; el tercero
dibuja el ideal de la perfecta dama de palacio; el cuarto trata de las
relaciones del cortesano con el príncipe, y se cierra con una
disertación sobre el amor platónico, disertación llevada a cabo por
Bembo, el teórico más acreditado en esta materia.
El diálogo se desarrolla con un ritmo armonioso,
abierto, sereno, y resulta moldeado por el elegantísimo "decoro" que
fue el ideal del Renacimiento italiano, y en que también el pensamiento
se presenta como sublimación de una sociedad cultísima y refinada. Por
este tono íntimo, por esta atmósfera de serenidad olímpica de la
suavidad intelectual del diálogo, El cortesano es uno de los
libros más directamente reveladores del espíritu y del gusto del
Renacimiento. Ciertas digresiones tienen además un interés
histórico-literario más directo, como las observaciones sobre la
"gracia" y sobre la música, o, en la dedicatoria, las observaciones
sobre la necesidad de no despreciar "la costumbre del habla" de las
distintas ciudades italianas, aunque no toscanas, con lo que Castiglione
entra, y con una intuición muy moderna, en las encarnizadas disputas
lingüísticas de su tiempo, formulando la tesis opuesta a la del
toscanismo y del florentinismo más violento.
El cortesano es al mismo tiempo un
tratado de buena crianza y un código; el código de finura de pensamiento
y del gusto hecho elegancia y refinamiento de las costumbres. Tal como
lo dibuja Castiglione, el cortesano es un tipo, y ni el ambiente ni los
personajes tienen vida; pero se trata de algo muy natural si se piensa
en el íntimo carácter de esta obra, en la que no se retrata una sociedad
sino que se forja poéticamente. El libro se halla por ello libre de
aspectos episódicos y contingentes, elevándose a mito ejemplar, a obra
de arte viva, en un clima armonioso y sereno. En España la obra fue muy
pronto conocida gracias a la célebre traducción de Juan Boscán (1534).