Biografía de Félix Sardá y Salvany

Félix Sardá y Salvany

Fue un sacerdote, apologista, polemista y escritor español, representante destacado del integrismo católico de la Restauración.


(Sabadell, 21 de mayo de 1841 + ibídem, 2 de enero de 1916)  Perteneciente a una acomodada familia, su padre, heredero de un negocio textil familiar, era oriundo de San Lorenzo Savall y su madre tenía lazos con la familia Oller de Manresa, de la nobleza catalana.
Tras cursar la enseñanza primaria con los escolapios de su ciudad, ingresó en el Seminario Conciliar de Barcelona en 1855 resultando influenciado en su formación por los jesuitas que entonces tenían a cargo la institución. En 1864 se licenció en Teología en el seminario de Valencia y tras ser ordenado sacerdote en 1865, enseñó latín y humanidades en el seminario de Barcelona hasta 1868, año en que volvió a Sabadell para ocupar un beneficio en la parroquia de san Félix al ser cerrado el seminario a causa de la Revolución de 1868.

Estudió Derecho y se licenció en Filosofía y Letras en la Universidad de Barcelona


Quiso ingresar en la Compañía de Jesús, impidiéndoselo su delicado estado de salud. En tres ocasiones fue incluido en la terna para ser elegido obispo, sin que Sardá aceptara el nombramiento.


Creó la primera mutualidad obrera de Sabadell, financiándola en gran parte con su patrimonio, y fundó una caja de socorros en 1882 para facilitar la adquisición de medicamentos a los obreros enfermos, así como otras instituciones de carácter asistencial. Convirtió su casa familiar en un asilo de ancianos, atendido por las Hermanitas de los Ancianos Desamparados desde su creación en 1905,7 donde pasó sus últimos años de vida y murió8 de apoplejía el 2 de enero de 1916. A su entierro asistió el pueblo de Sabadell en masa.


Bajo el seudónimo 'Un obscurantista de buena fe', escribió desde 1869, numerosos artículos y aproximadamente doscientos opúsculos sobre problemas sociales y religiosos, publicados, a partir de 1871, en la Revista Popular, de la que fue director durante cuarenta y tres años.


Con talento rápido, facilidad de réplica, abundancia de argumentos, claridad de estilo y firmeza de carácter y convicciones, polemizó y propagó sus ideas sobre el catolicismo. Defendió el Syllabus y emprendió campañas contra la masonería, el espiritismo, el protestantismo, el anarquismo, el naturalismo, el liberalismo y otras corrientes ideológicas afines.


Su obra El liberalismo es pecado, de gran difusión nacional e internacional, suscitó apasionadas controversias y se publicaron numerosos libros y folletos en su contra, llegando a intervenir la Sagrada Congregación del Índice, que elogió a Sardá y Salvany y condenó la obra El proceso del integrismo (1885), del canónigo de Vich Celestino de Pazos, destinada a refutar los supuestos errores de aquella.

    El pueblo y el sacerdote (1870;
    Ayunos y abstinencias (1870);
    El matrimonio civil (1872);
    El Concilio. La Iglesia. La infalibilidad (1872);
    El purgatorio y los sufragios (1872);
    El culto de San José (1872);
    El culto de María (1872);
    El protestantismo: de dónde viene y adónde va (1872);
    ¿Qué hay sobre el espiritismo? (1872);
    Manual del Apostolado de la Prensa (1873);
    Cosas del día (1875);
    ¡Pobres espiritistas! (1876);
    El clero y el pueblo (1876);
    Nimiedades católicas (1878);
    Los frailes de vuelta (1880);
    La chimenea y el campanario (1880);
    La voz de la Cuaresma (1884);
    Masonismo y catolicismo (1885);
    De aquellos polvos... (1885);
    Luz y espejo de jóvenes cristianos (1891);
    Mes de junio dedicado al Sagrado Corazón de Jesús (1893);
    ¿Para qué sirven las monjas? (1894);
    Año sacro ó lecturas y ejercicios para las principales festividades del calendario cristiano (1901);
    Brevísima idea del Apostolado de la Oración;
    Devoto octavario al Dulce Niño de Belén;
    Efectos canónicos del matrimonio civil;
    El dinero de los católicos;
    El Santo Jubileo;
    Misterio de la Inmaculada Concepción y
    Ricos y pobres.

En 1922, con motivo del cincuentenario de la creación de la Academia Católica de Sabadell, se colocó una placa en la que fue casa solariega familiar, recordando su nacimiento, muerte y obra.


En 1926 se dedicó a su memoria un libro conteniendo textos anecdóticos, biográficos y bibliográficos.


El ayuntamiento de Sabadell ha nombrado una plaza de la localidad «Sardá i Salvany» en su honor y memoria.

https://es.wikipedia.org