Agustín Lara
(30 de octubre de 1897, Tlacotalpan, México + 6 de noviembre de 1970 México, D. F., México ) Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino, conocido como Agustín Lara, fue un compositor e intérprete mexicano de canciones y boleros. Considerado entre los más populares de su tiempo y de su género. También conocido con los apelativos de El Músico Poeta y El Flaco de Oro, su obra fue ampliamente apreciada no solo en México, sino también en Centroamérica, Sudamérica, el Caribe y España. Luego de su muerte, se le ha reconocido también en Estados Unidos, Italia y Japón.
Compositor de canción melódica mexicano. Por su
formación autodidacta, su prolífica producción y su incontestable éxito,
Agustín Lara ha sido considerado en numerosas ocasiones como el Irving
Berlin de la canción mexicana. Conocido como el Flaco de Oro, son
incontables las canciones compuestas por este músico que han conquistado
una fama imperecedera: Granada (inmortalizada por el tenor Mario Lanza), el chotis Madrid, Noche criolla, La Cumbancha, Noche de ronda, Solamente una vez, Palmera o María bonita
(escrita para su esposa, la actriz María Félix) son sólo algunas de las
más célebres. Adaptadas a numerosos idiomas y cantadas en los más
diferentes estilos, su éxito en el Viejo y el Nuevo Mundo procuró a su
autor los mayores honores y el reconocimiento general. Junto con la
canción melódica, Lara también sobresalió en la composición de música
para cine; suya es, por ejemplo, la partitura de Santa, una de las primeras películas sonoras realizadas en México.
Aunque había estudiado piano y demostrado sus
excepcionales dotes para la música, Agustín Lara ingresó a los quince
años en el Colegio Militar; pronto se daría cuenta de que su vocación no
era castrense. Durante la década de 1920 trabajó como pianista en bares
y cafés y en salas de cine mudo; a finales de la década acompañaba ya
al piano a intérpretes como Juan Arvizu y Maruja Pérez, que daban sus
recitales en cines de la capital. En 1931 se puso al frente del programa
La hora azul, de la emisora XEW. Comenzó a dirigir la orquesta
El Son Marabú mientras voces como las de Ana María Fernández y Toña la
Negra popularizaban sus canciones.
Empezó entonces una frenética carrera hacia la
fama. En 1932 realizó su primera gira por el extranjero; actuó en París,
donde su canción El farolito se convirtió en tema de moda, y
también en Chile y Perú. Obtuvo también un éxito sin parangón durante la
gira que efectuó en México en 1935, junto a Pedro Vargas y el Chino Ibarra. Entre los principales espectáculos que Agustín Lara presentó al público se recuerdan especialmente Pecadora, Revancha, Coqueta, Mujeres en mi vida, Perdida y La mujer que yo amé.
Contratado para trabajar en Hollywood como
musicalizador de películas, no le resultó sin embargo fácil
acostumbrarse a aquel mundo frívolo y deshumanizado, con sus tensiones y
su abundancia de divas y directores caprichosos. Aunque no quiso
centrar su carrera profesional en el cine, su prestigio acabó por
consolidarse en la industria del celuloide, gracias a las bandas sonoras
que compuso para filmes como Santa, México Lindo, Carne de Cabaret,
Virgen de medianoche, Pervertida, Noche de ronda, Humo en los ojos,
Señora tentación, Cortesana y Aventurera.
Facilitó sin duda su entrada triunfal en el cine su matrimonio con la bellísima y siempre controvertida actriz mexicana María Félix,
que tuvo lugar en 1945. Célebre por sus devaneos amorosos (se le solían
atribuir romances con personajes populares del cine y la política), la
actriz trabajó junto a los más destacados galanes del cine mexicano (Jorge Negrete, Pedro Infante
o Pedro Armendáriz). Durante su matrimonio con María Félix, Agustín
Lara convirtió su casa de Las Lomas en un acogedor centro de reunión de
escritores y artistas. Foco de atención del gran público, la popularidad
de ambos no cesaba de crecer.
A lo largo de su dilatada carrera como
compositor (y también como autor de la mayoría de sus letras), creó
hermosas y románticas canciones que alcanzarían una popularidad
universal. La obra de Lara comprende unas setecientas piezas entre
boleros, pasodobles, baladas, tangos, pasacalles y melodías, que podrían
enmarcarse dentro del género tropical; fue también el autor de la
extraordinaria opereta El pájaro de oro (1946). Entre sus temas más conocidos sobresalen, junto a los ya citados, Lamento jarocho, Mujer, Veracruz, Azul, Rival y Arráncame la vida; títulos todos ellos entrañables que han resistido el paso del tiempo hasta convertirse en canciones de siempre.
Con temáticas abiertamente eróticas, una
asimilación de todas las corrientes musicales en boga y desconcertantes
imágenes modernistas, Agustín Lara dotó a la canción romántica de una
sensibilidad acorde con el medio urbano de los años treinta y cuarenta.
Las letras de algunas canciones surgidas de su inspiración (Señora tentación, Te quiero, Cada noche un amor o Humo en los ojos)
escandalizaron a la opinión pública, hasta el punto de que llegaron a
prohibirse sus piezas en las escuelas. Cuestionado y considerado por sus
detractores "el sepulturero de la canción mexicana", Lara fue pionero
en el óptimo aprovechamiento de todos los medios de difusión: teatro de
revista, discos y radio.