Emojis, jeroglíficos, el nuevo idioma descafeinado y el asesinato de la palabra escrita

La obsesión por la síntesis convierte la expresión lingüística en mensajes lacónicos, como si ya no nos sirviese nuestra lengua llena de adjetivos, sinónimos y verbos, para decir lo que queremos. 

" Tus ojos me recuerdan
las noches de verano,
negras noches sin luna,
orilla al mar salado,
y el chispear de estrellas
del cielo negro y bajo.
Tus ojos me recuerdan
las noches de verano.
Y tu morena carne
los trigos requemados,
y el suspirar de fuego
de los maduros campos …”

Versos de Antonio Machado, nuestro gran poeta del siglo XX. 



¿Cómo pudo expresar, transmitir sensaciones, sentimientos, imágenes, colores, de manera tan bella y sencilla a un tiempo; de manera tan plástica y sensual? Gracias a su don poético y a su dominio de la lengua castellana. El idioma fue su herramienta esencial para la creación poética. Para la comunicación escrita. Pero no cualquier comunicación, sino una comunicación seductora, enriquecida, descriptiva, metafórica, culta de siglos y siglos de sedimento lingüístico. Hasta culminar la perfección del latín con la sublimación expresiva de una de sus más agraciadas hijas románicas: el castellano.


Se dice con razón que nuestra patria es el idioma. Que es mucho más que un método para comunicarnos. Que es una manera de ser y de sentir. Incluso de pensar o rezar. Incluso un modo de amar.


Pero héte aquí que llegó Internet y se está iniciando gradualmente un proceso de desmantelamiento de los idiomas. La propia velocidad de comunicación que nos facilita la Red y la telefonía móvil, con sus SMS,WhatsAppTwitterFacebook, correo electrónico, parece llevarnos a un progresivo empobrecimiento de la lengua escrita. 


La obsesión por la síntesis en espacio y tiempo convierte la expresión lingüística más y más en mensajes lacónicos, carentes de matices o inflexiones, fríos vocablos a veces adulterados o cercenados, donde lo explícito es tan escaso y breve, que hasta la belleza de lo implícito se ve abortada antes de nacer. Es como si ya no nos sirviese nuestra riquísima lengua, llena de adjetivos, sinónimos y verbos, para decir lo que queremos. Porque lo que queremos decir es cada vez más elemental y rudimentario.


Es el nuevo idioma descafeinado que ya no va por la estafeta de correos, sino por ondas electromagnéticas. “Una imagen vale más que mil palabras”. Esta expresión refleja fielmente la nueva filosofía de la comunicación, que usa las palabras como parientes pobres de la diosa imagen.

Y ahora Internet nos envía un nuevo regalo: losEmojis. Se los inventó un ingeniero japonés,Shigetaka Kurita, partiendo de los corazones utilizados en los dispositivos buscapersonas de los años 90. Desarrolló estos nuevos pictogramas, que ahora se han extendido a todos los smartphones y se usan como símbolos para añadir expresividad a los mensajes. 


Empezaron siendo 176 imágenes de 12 x 12 píxeles, para expresar emociones y situaciones cotidianas a través del móvil. Luego se han ido añadiendo más y más. En 2008 Apple los introdujo para la versión japonesa de suiPhone, y luego en 2010 se aceptaron como símbolos de Unicode, la codificación de caracteres diseñada para la industria informática. Ahora ya han inundado Google,AppleTwitter o WhatsApp.



Los contemplo y cierro los ojos. Me retrotraen a 5.000 años atrás. 



¿No eran algo nuevo, creado al filo del año 2000 de nuestra era? ¿Acaso Internet, los móviles, las tabletas, las redes sociales no representan el progreso del presente y del próximo futuro? ¿A qué, pues, este retorno al pasado remoto de Mesopotamia y Egipto?


Porque estos Emojis obedecen a la misma necesidad de comunicarse por escrito mediante imágenes y símbolos, que tuvieron los Sumerios, Acadios y Asirios – y contemporáneamente los egipcios – tres mil años antes de Cristo. Entonces lo hicieron sobre tablillas de arcilla con escritura cuneiforme, o sobre madera, piedras o papiros con los jeroglíficos egipcios. 


Hoy lo hacemos por Internet, pero es lo mismo. Entonces utilizaron pictogramas primero, que luego evolucionaron haciaideogramaslogogramas fonogramas. La escritura hierática egipcia combina ideogramas en cursiva y en el siglo VI a. C. desemboca en la escritura demótica, que ya utiliza fonemas y precede a los alfabetos.



Parece, pues, que estamos empezando a desandar este largo proceso de desarrollo de la escritura, para volver al esquematismo simple y elemental de la comunicación por símbolos. Hay quien ya se atreve en la Red a transcribir parrafadas enteramente en Emojis, como una tentativa para conducirnos al asesinato definitivo de las palabras escritas. ¿Será éste el triste futuro del homo sapiens?

A lo mejor estamos creando, sin darnos cuenta, un lenguaje escrito universal que sea inteligible en cualquiera de los idiomas hablados en el mundo. Eso fue lo que consiguió el emperador chino Qin Shi Huangdi en el siglo III a.C., al imponer la escritura de ideogramas chinos en todo el vasto imperio del Centro, de modo que fuese inteligible en cualquiera de las lenguas y dialectos hablados en China. 


Aún hoy, un chino de Pekín que habla el Mandarín, no puede comprender a un chino de Cantón cuando habla el Cantonés. Sin embargo, sí puede entender perfectamente lo que le escriba el cantonés en la única escritura vigente en China. Esto supuso un progreso espectacular para la comunicación en aquel país. Pero siempre dentro de una misma familia lingüística, con una raíz común.

No concibo que con Emojis podamos entendernos en otro plano fuera de lo elemental y sintético. Quizá será éste el idioma de futuros robots y posthumanos, cada vez menos futuros. ¿Qué nos quedará entonces a nosotros, los de carne y hueso de siempre? ¿Volveremos a cerrar el círculo de la existencia regresando a la Edad del bronce y del hierro? ¿Tendremos Internet, pero con pinturas rupestres?

No se me alcanza cómo expresar con Emojislo que hizo Marcel Proust cuando evocó sus recuerdos de infancia, a partir de una magistral descripción de una magdalena mojada en una taza de té...

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