El éxito de la "vida real" de 'La casa de la pradera'

La autobiografía de Laura Ingalls, en la que se basó la popular serie de televisión, se convierte en un inesperado triunfo de ventas en EE UU

NUEVA YORK.- La imagen bucólica pintada en las novelas y en la serie 'La familia Ingalls', también llamada 'La casa de la pradera', está lejos de parecerse a la dura vida de los pioneros, según una autobiografía de Laura Ingalls Wilder que arrasa en Estados Unidos. El libro 'Pioneer Girl' (Joven pionera) es el "primer borrador escrito por Laura Ingalls Wilder, alentada por su hija Rose, que fue luego editado y novelado", explica Nancy Tystad Koupal, directora de la editorial Sociedad histórica de Dakota del Sur.

"Esta versión fue elegida porque queríamos mostrar lo más fielmente posible la vida de los pioneros del siglo XIX. En cierta forma buscábamos introducirnos entre bambalinas" en la obra. Publicada en noviembre pasado, esta edición documentada -que encuentra un público cada vez más amplio- muestra sin artificios la aventura de los colonos que conquistaron el oeste en búsqueda de una nueva vida y que en muchos casos los puso al margen de la ley. En cambio, 'La familia Ingalls' relataba en un estilo romántico la vida en lo que es hoy el mediooeste estadounidense, en base al libro de Laura Ingalls Wilder, en una serie de 11 tomos, publicada entre 1932 y 1943.

Esta larga novela fue luego adaptada para la televisión por Michael Landon en 1974 y la serie de 205 episodios se extendió durante nueve temporadas. Mientras la novela presentaba una visión idealizada de la vida de los colonos en el siglo XIX, la realidad era diferente. "En esa época, la vida era difícil y la violencia formaba parte de la vida cotidiana", recuerda Koupal. Muchas de las situaciones presentes en 'Pioneer Girl' fueron retiradas de las adaptaciones, porque fueron consideradas demasiado violentas. En la vida real, Laura Ingalls cuidaba a una mujer enferma, cuyo marido, en estado de ebriedad, había intentado violarla.

Koupal cuenta que la familia Ingalls no era rica. Tenían pocos recursos y no eran dueños de su casa. Vivían en apartamentos que el padre de Laura no siempre podía pagar. 'En una ocasión, la familia debió huir en plena noche para no pagar el alquiler', agrega Koupal.

La decisión de publicar una edición documentada fue tomada después de una amplia investigación. "Primero precisamos lo que queríamos documentar". Con ello se alcanzaron tres objetivos. "Queríamos asegurarnos de que lo que estaba escrito era cierto, porque aunque se trata de una autobiografía, Laura Ingalls Wilder la escribió cuando estaba en sus 60 años y la memoria puede fallar", asevera Koupal.

"Además, tratamos de explorar la relación particular con su hija Rose, que fue su primera editora y quien la convenció de escribir sus memorias. Finalmente, quisimos distinguir la ficción de la realidad", explica la directora de la editorial.