Josele Sánchez: “Santiago Carrillo asesinó a su primera mujer y la enterró en la vivienda que Dolores Ibárruri (“La Pasionaria”) tenía en París”


<<En la novela explico, por ejemplo, que Santiago Carrillo asesinó a su primera mujer y la enterró en la vivienda que Dolores Ibarruri (“La Pasionaria”) tenía en París. Este hecho estuvo en conocimiento de José Manuel Lara, editor de Planeta, y no lo publicó por presiones de la Casa Real. Parece una trama de ficción, pero no lo es. Todo es demostrable. Esta información estuvo en manos de Lara a través de un libro que publicó de Enrique Lister, titulado “Así destruyó Carrillo el Partido Comunista”.  >>

Estas Navidades, editada por Círculo Rojo, llegará a las librerías españolas “Con la piel de cordero”, la primera novela que se escribe sobre la vida personal y política de Santiago Carrillo. Se trata de un trabajo literario de Josele Sánchez que deja al descubierto un Santiago Carrillo completamente alejado de la imagen de político sensato y conciliador con un papel decisivo en la Transición democrática española. De hecho, el relato describe verdaderas atrocidades llevadas a cabo, según el autor, por Santiago Carrillo e incluso ofrece un listado, con nombres, apellidos y lugares de ejecución, de militantes comunistas presuntamente asesinados por órdenes suyas.
Josele Sánchez (Bunyol-Valencia, 1964) es un escritor contundente, polémico y sobrado de oficio. Columnista de prensa, analista político y periodista nómada en el territorio siempre movedizo de lo "políticamente incorrecto", Sánchez es licenciado en Periodismo y en Ciencias Empresariales y Máster en Dirección de Empresas y Dirección de Marketing por EADA Business School. Actualmente, el autor de “Con la piel de cordero” desarrolla una intensa labor docente en universidades y escuelas de negocio españolas e hispanoamericanas y posee una vasta producción literaria que abarca desde la poesía hasta el ensayo, pasando por el cuento infantil y, por supuesto, la novela.


“Con la piel de cordero” es una de esas obras que desde un primer momento parecen predestinadas a levantar ampollas y a crear polémica. De hecho, un grupo de estudiantes madrileños ya ha contactado con el escritor solicitándole que presente la novela en la Universidad Complutense de Madrid, de la que es rector José Carrillo, hijo del líder comunista. La respuesta de Josele Sánchez no se ha hecho esperar: “Estaría encantando de acudir con la novela a la Complutense, pero dudo mucho que el rector esté dispuesto a aceptarlo”. Y ha mandado un mensaje tan claro como categórico al director universitario: “Debe ser muy difícil vivir sabiendo que eres el hijo de un asesino”.

“La novela es una deuda que tenía pendiente con mi padre, que murió hace algunos años”, explica Josele Sánchez en conversación telefónica con "La Tribuna del País Vasco". “Ahora, simplemente, he cumplido con mi promesa. Cuando murió Santiago Carrillo, me dio mucho coraje observar todo el montaje social que se desplegaba en su honor. La Monarquía, el mundo político y los medios de comunicación trataron el hecho como si esta persona hubiera sido alguien loable, dejando oculta la auténtica realidad de su trayectoria vital”.

“Yo no soy historiador, soy escritor y, por ello, intenté construir una novela encabezada por un personaje que tuviera vida propia. La historia que presento es independiente de la investigación que se ofrece alrededor de Carrillo y, por ello, hay también en la trama amor, sexo y peripecias profesionales. El reto consistía en ligar todo esto, de una forma eficaz, con lo que quería contar de la figura de Carrillo”.

Para construir su historia, el autor de “Con la piel de cordero” crea el personaje de Marcos Larrazábal, un periodista que debe investigar la vida del ex secretario general del Partido Comunista de España (PCE). Más allá de su participación en las matanzas de Paracuellos sobre lo que tanto se ha escrito, el personaje de la novela descubre un pasado oculto y maléfico del político comunista desconocido por la opinión pública: “la posible participación de Santiago Carrillo en el estrangulamiento de su primera mujer; su involucración en la condena a muerte de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española, y en el brutal asesinato de Leon Trotski, e incluso la sistemática eliminación física de militantes comunistas incómodos son algunas de las “perlas” con las que se irá encontrando el lector de una novela que, además, engancha desde la primera hasta la última página.

¿Con qué dificultades se encontró a la hora de planificar la historia?

La gran dificultad de la novela ha sido intercalar con éxito acontecimientos históricos con la trama argumental de ficción que estaba desarrollando. Quería conseguir que, de una forma obvia, quedara claramente expuesto ante el lector lo que era una verdad histórica y lo que era un elemento de ficción. Es una novela con saltos en el tiempo y con saltos geográficos que, en mi opinión, consiguen dar consistencia a la trama y logran atrapar al lector.

Por otro lado, tampoco fue fácil conseguir la documentación necesaria para escribir la novela. He estado dos años investigando para escribir una obra sobre Santiago Carrillo en la que el lector se va a encontrar con muchas sorpresas sobre este personaje. Se trata de hechos históricos que deberían haber llevado a Carrillo ante los tribunales.

¿Qué revelaciones hace la novela sobre la figura de Carrillo?

En la novela explico, por ejemplo, que Santiago Carrillo asesinó a su primera mujer y la enterró en la vivienda que Dolores Ibarruri (“La Pasionaria”) tenía en París. Este hecho estuvo en conocimiento de José Manuel Lara, editor de Planeta, y no lo publicó por presiones de la Casa Real. Parece una trama de ficción, pero no lo es. Todo es demostrable. Esta información estuvo en manos de Lara a través de un libro que publicó de Enrique Lister, titulado “Así destruyó Carrillo el Partido Comunista”.  

En su opinión, ¿por qué posee Santiago Carrillo la imagen positiva que actualmente tiene en España?

Cuando el Rey Juan Carlos todavía era príncipe, hubo un pacto para marcar de algún modo lo que iba a hacer el Partido Comunista una vez que Franco muriera. A través de ese pacto, Santiago Carrillo se aseguró de que se limpiara su nombre, su pasado y su expediente. Carrillo se aseguró de que no pudiera ser juzgado por ningún motivo y que, además, no se le hiciera responsable de ninguna de las cosas que había hecho. Tanto es así que el único exiliado del Partido Comunista que no pudo volver a España en la Transición fue Segundo Serrano Poncela, mano derecha de Santiago Carrillo en la matanza de Paracuellos, a quien Martín Villa, en aquel momento ministro del Interior, impidió regresar a España. Se trataba cumplir el pacto con Santiago Carrillo para que el Partido Comunista no montara una nueva revolución y permitiera la evolución de la Transición democrática. La Monarquía, a cambio, se comprometió a proteger a Santiago Carrillo, y así lo hizo hasta el último momento.

¿Cómo ve al Partido Comunista actual?

La novela explica cómo Santiago Carrillo ordenó eliminar selectivamente a militantes del Partido Comunista que le resultaban incómodos. De hecho, en la obra se incluye una relación de nombres de víctimas.

Carrillo, cuando destrozó el PCE, lo destrozó totalmente, incluso económicamente. Gerardo Iglesias le sustituyó en la secretaría general, pero cuando quiso actuar de una forma independiente se encontró con la férrea oposición de Carrillo y sus hombres. Ocurría que Carrillo había acordado con Alfonso Guerra que el cuerpo central del PCE acabara en el PSOE y, de hecho, así ocurrió, excepto con el propio Carrillo, que acabó siendo “fichado” por el Grupo Prisa.

 El Partido Comunista fue el gran sufridor de Santiago Carrillo, tal y como reflejo en la novela.  Los militantes comunistas eran los más honrados que había en el frente republicano, pero tenían los dirigentes más deshonestos. Los líderes comunistas abandonaron a sus hombres en la Guerra Civil y, posteriormente, hicieron lo mismo en el exilio.

Finalmente, con Julio Anguita, el PCE se incluyó en Izquierda Unida, donde hoy es algo puramente testimonial.
Fuente: www.elespiadigital.com