Felipe VI, Rey de Jerusalén


Felipe VI Rey de Jerusalem

Con motivo de la efeméride de Torcuato Tasso, "La Jerusalem liberada", recordemos quien es el actual titular del Reino de Jerusalem, cuyo perímetro no es sólo el de la ciudad.



A pesar de no existir como reino desde finales del siglo XIII, el título de “rey de Jerusalem” recae por herencia dinástica a la Corona española. Debemos recordar que el reino de Jerusalem  tan solo estuvo vigente a lo largo de dos siglos (1099-1291), fundándose a raíz de la “Primera Cruzada”.

La historia comenzó en 1095, cuando el Papa Urbano II hizo un llamamiento a los mejores caballeros de la cristiandad para que engrosaran las filas de una Cruzada contra los ejércitos turcos y fatimíes que acosaban a los cristianos en Bizancio y en Tierra Santa. Desde Europa, unos 50.000 combatientes se encaminaron a Jerusalem, a donde llegaron el 7 de julio de 1099 bajo el mando de Godofredo de Bouillon.

Tras la victoria, los nobles cristianos ofrecieron el título de rey de Jerusalem a Godofredo de Bouillon, que declinó la oferta porque no decía que no podía reinar en las tierras de Jesucristo, aunque sí aceptó el cargo de protector del Santo Sepulcro. A su muerte le sucedió su hermano Balduino I, que fue coronado como primer rey de Jerusalem.

Cuando Saladino reconquistó Jerusalem, el reino se mantuvo vivo en la cercana ciudad de San Juan de Acre. La Corona pasó de generación en generación hasta que María de Antioquía, esposa del emperador de Bizancio, la vendió en 1277 a Carlos de Anjou, rey de Nápoles. Catorce años después, el sultán Khalil, con un ejército de mamelucos, capturó San Juan de Acre, lo que dejó sin tierras a la Corona de Jerusalem, aunque el trono siguió vinculado al de Nápoles.

En 1504, Gonzalo Fernández de Córdoba, el Gran Capitán, conquistó Nápoles para el rey Fernando el Católico, que se hizo de esa forma con la Corona de Jerusalem. El nombramiento en 1504 de Fernando el Católico como Rey de Nápoles se trajo hacia España el título al trono de este reino. Con la Guerra de Sucesión y la llegada de los Borbones se perdieron las posesiones italianas, así que España se quedó sin Nápoles y sin Jerusalem temporalmente, pero Felipe V recuperó la isla para su hijo Carlos y, al regresar este a Madrid como Carlos III, volvió a fundir los cargos en el mismo trono, hasta los Borbones de hoy. Desde entonces la corona española ostenta  dicho cargo; de ahí que Felipe VI, además de España, sea también Rey de Jerusalén.

Como curiosidad final indicar que cuando el rey emérito Juan Carlos I, se encontraba con el presidente de Israel Shimon Peres, este siempre lo presentaba de la misma forma: “El monarca de los Santos Lugares”, reconociéndole como Rey de Jerusalem