"Conquista de Jerusalén por los cruzados", por Emil Signol
Jerusalén liberada
La escritura y edición de la más importante de sus obras, Jerusalén liberada, fue una tarea que a Torcuato Tasso le ocupó toda su vida: de joven, ya había publicado una epopeya en octavas, Rinaldo, en la estela del Amadís
de su padre. Torcuato tenía finalizada su gran epopeya en 1575, con
treinta años, pero no se decidió a darla a la imprenta a causa de
escrúpulos morales que, junto con sus problemas nerviosos, le forzaban a
una revisión obsesiva del texto. Llegó a entregarla a varios
intelectuales amigos suyos para que se la corrigieran y, pese a recibir
el visto bueno incluso de la Inquisición, seguía sin decidirse a
publicarla. Por ello, en 1580 la obra apareció en una primera edición
incompleta en Venecia sin autorización del autor, con el título de Goffredo. Inmediatamente, un amigo del escritor publicó el texto completo con el título de La Gerusalemme liberata, con el que se lo conocerá en adelante. La primera edición autorizada por el autor salió en Ferrara,
dedicada al duque Alfonso II de Este, en 1581. Siguieron nuevas
ediciones en 1584, con correcciones de los censores aceptadas por el
autor, y en 1590, ya con anotaciones críticas. Tras este gran trabajo de
reelaboración, la obra quedó dividida en 20 cantos y comprende 1.917
octavas. Todavía, durante su estancia en la cárcel de Santa Ana, Tasso
reescribió todo el poema con el nombre de Gerusalemme Conquistata, versión que llamó su “hija predilecta” y que, sin embargo, es prácticamente desconocida por los lectores.
La Jerusalén Liberada
La
trama gira en torno al histórico personaje de Godofredo de Buillon,
jefe de la primera cruzada, a quien, en el sexto año de la expedición,
se le aparece el arcángel Gabriel para animarle a llevar a cabo el
ataque final contra Jerusalén. Destacan emocionantes episodios bélicos,
como el duelo entre Clorinda y Tancredo, enamorado de ella, y extensas
secciones amorosas, como la seducción de Rinaldo por la maga Armida. El
poema concluye cuando Godofredo planta la bandera cristiana en el
interior de los muros de la ciudad santa.
Tasso
elige la primera cruzada por ser un tema conocido, que apartaba su obra
de la pura ficción, pero lo suficientemente lejano en el tiempo para
permitir una reelaboración literaria. El tema central es
épico-religioso, la lucha de la fe cristiana contra sus enemigos
musulmanes, pero Tasso los entreteje con temas más ligeros como el amor y
la magia para endulzar la seriedad y el didactismo de la obra. Tasso
toma como modelo el Orlando furioso pero, debido a la
historicidad de su tema, evita dar rienda suelta a su fantasía; al mismo
tiempo, ese anclaje histórico le permite dar a su poema una impronta
educativa, propia de la Contrarreforma, de la que carece la obra de
Ariosto. Tasso sostiene que la poesía puede unir a lo verdadero lo
verosímil, a condición de mantener la coherencia en el desarrollo del
argumento. Además, el elemento maravilloso también se caracteriza por
sus elementos cristianos, con la participación de ángeles y demonios.
Así pues, el poema no tiene en cuenta solo el delectare sino también el docere.
En cuanto al contenido, en la Jerusalén liberada
impera la contraposición entre la temática heroica propia de la
Cruzada, que coincide con el desarrollo moral de los personajes, y la
temática sentimental, en donde triunfan las pasiones más violentas. El
equilibrio entre pecado y redención, entre vida e ideal, resulta
irrealizable porque el poder del ser humano está limitado por
condicionamientos morales y metafísicos.
Entre
las fuentes de Tasso hay que mencionar sobre todo tres: las crónicas de
las cruzadas, las epopeyas de la Antigüedad y los poemas caballerescos
italianos. En realidad, el autor reelabora casi siempre episodios ya
existentes. La Eneida ocupa el primer puesto entre los textos
clásicos y Boiardo y Ariosto entre las epopeyas contemporáneas. La
principal fuente cronística de las cruzadas es la de Guillermo de Tiro.
También es fundamental el influjo de la Iliada. Así, los
acontecimientos humanos se entremezclan con intervenciones
sobrenaturales: ángeles y demonios apoyan a cristianos y musulmanes como
los dioses clásicos a griegos y troyanos.
Entre
los protagonistas cristianos de la obra destaca Godofredo de Buillón.
Es un personaje histórico, que ejerce como tal sobre todo al inicio y al
final del poema, pero pierde relevancia en la parte central, sustituido
por Tancredo y Rinaldo en los episodios más novelescos. Su
contraposición es Tancredo que, lleno de ambivalencias, está siempre
sujeto a dudas y enamoramientos por culpa de los demonios. Tancredo
representa la duda, el ánimo humano frágil que cede a las tentaciones.
También Rinaldo, como Tancredo, es una figura plena de defectos y
contradicciones. Entre los musulmanes destaca el personaje de Clorinda.
La escena final en la que una Clorinda moribunda pide el bautismo a
Tancredo, el hombre que la ha herido pese a estar enamorado de ella, es
una magnífica expresión de las mejores dotes líricas
del autor. Por su parte, Armida es una bellísima maga enviada contra
los cruzados para que distraiga de su misión al mayor número de ellos
con su belleza y sus artes mágicas. Finalmente también se convierte al
cristianismo, por amor a Rinaldo.
La
epopeya de Torcuato Tasso gozó de un gran éxito, testimoniado por
numerosas reediciones en los años sucesivos: treinta en la parte final
del siglo XVI, 116 en el XVII, 115 en el XVIII... La obra se convirtió
inmediatamente en un modelo de poema heroico y un punto de referencia
para los poetas cultos y pronto hubo varias traducciones del italiano al latín y a las principales lenguas europeas. La influencia del argumento y los personajes de la Liberata en la cultura europea clásica ha sido impresionante: Lope de Vega,
Poussin, Monteverdi, Van Dyck, Lully, Händel, Tiepolo, Gluck, Haydn,
Delacroix, Rossini o Dvorak basaron en ella alguna de sus obras.