Ernst Theodor Amadeus Hoffmann
Escritor y compositor alemán. (Königsberg, 24 de enero de 1776 + Berlín, 25 de junio de 1822) Hijo de un abogado, su
tercer nombre era originalmente Wilhelm, pero más tarde adoptó el de
Amadeus en honor a Mozart. Estudió derecho en Königsberg, y empezó en
Glogau su carrera administrativa, que lo llevó a Berlín, Poznan y Plock.
De 1804 a 1807 residió en Varsovia, donde vivió una época de intensa
actividad profesional y artística: creó una orquesta, organizó
conciertos y se dedicó a la composición.
La invasión napoleónica le obligó a regresar a
Berlín, ciudad que abandonó en 1808 para trasladarse a Bamberg, en
Baviera, donde residió hasta 1813 viviendo en exclusiva de su arte:
trabajó en el teatro que dirigía su amigo Holbein y se dedicó a tareas
tan diferentes como director de orquesta y arquitecto. Fue en esta época
cuando publicó sus Fantasías a la manera de Callot (1814-1815).
En 1814 aceptó el cargo de consejero de justicia del tribunal de Berlín,
sin que por ello se resintiera su ingente producción literaria de
aquellos años.
Su fama se debe más a su obra como
escritor que a sus composiciones. Adscrito al Romanticismo, donde más
destacó su gran personalidad fue en sus cuentos fantásticos, en los que
se mezclan el misterio y el horror, y que han alcanzado fama universal.
En ellos crea una atmósfera en ocasiones de pesadilla alucinante, y
aborda temas como el desdoblamiento de la personalidad, la locura y el
mundo de los sueños, que ejercieron gran influencia en escritores como Victor Hugo, Edgar Allan Poe y el primer Dostoievski.
Las historias de Hoffmann son «siniestras», en el
sentido que dio Freud a esta expresión: el efecto de horror y
extrañamiento que produce la repentina realización en el mundo real de
los temores supersticiosos o infantiles. Muchas de sus novelas cortas
más famosas fueron reunidas en dos volúmenes bajo el título de Piezas fantásticas
(1814-1815), que también contienen una colección de crítica musical y
sus propias ilustraciones. El cariz fantástico de la mayor parte de
estas obras atestigua la viva imaginación del autor, que se apoya en sus
grandes y sutiles dotes de observación. Sueño y realidad se confunden
en el espíritu del autor que percibe -como él mismo dejó dicho- las
cosas «invisibles para los ojos terrenos».
La rica imaginería literaria de Hoffmann inspiró a Jacques Offenbach su ópera Cuentos de Hoffmann, tal como Chaikovski transformó su cuento Cascanueces en un ballet en 1892 y Léo Delibes se basó también en el escritor para la creación de su ballet Coppélia en 1870. Del mismo modo, Kreisler, uno de los personajes de uno de sus cuentos, Las opiniones del gato Murr sobre la vida, inspiró a Robert Schumann su obra para piano Kreisleriana.
Hoffmann escribió también numerosas piezas para piano, música de
cámara, lieder, coros, música religiosa y óperas, entre las que destaca
por su calidad Ondina (1816), ópera romántica que ejerció cierta
influencia sobre Weber. En su labor como crítico musical, fue un
entusiasta de Beethoven.