Turguéniev - "En vísperas"
Las novelas de Iván Turguénev se caracterizan por unos personajes que representan maneras de ver la vida muy marcadas; sus protagonistas suelen defender o encarnar posiciones morales que se ponen de manifiesto a lo largo de la narración. En un momento histórico en el que tanto Rusia como el resto de Europa atravesaban cambios profundos, estos caracteres de ficción servían al autor para presentar conflictos sociales, aunque también, como excelso novelista que era, aspectos íntimos del alma humana.
En vísperas nos presenta a cuatro protagonistas con unas visiones del mundo definidas y, en cierta forma, antagónicas. Andréi Petróvich Bersénev es un intelectual sobrio, culto y mesurado: un ejemplo de estudioso quizás más preocupado por sus conocimientos que por lo que le rodea. Frente a él tenemos a su amigo Pável Yákovlevich Shubin, un diletante alocado que tan pronto se entusiasma con la contemplación de un insecto como se enamora perdidamente de cualquier muchacha que se le cruce en el camino. Estos dos amigos se enamoran (cada uno a su manera) de la joven Yelena Nikoláievna, hija de unos indolentes bugueses que, sin embargo, hace gala de un carácter inquieto, curioso y rebelde. La relación entre estos tres personajes cambiará cuando aparezca en escena Insárov, un independentista búlgaro cuya hosquedad y determinación fascinan a todo el que le conoce.
Turguénev crea en esta novela algunos de sus personajes más memorables: la figura de Yelena se alza en todo su esplendor por el papel que jugará en la historia, pero la personalidad de los protagonistas está trazada con una sutileza bellísima y magistral. Bersénev y Shubin conforman un dúo que encarna la antítesis entre la pasión y el saber, entre el arte y la ciencia; en la primera escena de la novela ya se nos deja esto claro cuando ambos discuten sobre el efecto del enamoramiento sobre las personas. Ante las reflexiones psicológicas de Bersénev, el impetuoso Shubin le espeta que no hay nada en lo que haya que pensar: «¿Qué es lo que hay que mirar? Vive y todo irá bien.», afirma con su encendida creencia en la fogosidad de la propia existencia.
Yelena, por el contrario, parece acercarse más a la figura del estudioso por su personalidad introspectiva e inconformista. En palabras de Turguénev:
"Su alma se encendía y apagaba en soledad, luchaba como un pájaro en una jaula, solo que no tenía jaula: nadie la molestaba, nadie la retenía, pero ella forcejeaba y se consumía".
Ella será la auténtica protagonista en una obra que se centra en mostrar cómo la pasión por la vida puede tomar formas diversas según el carácter de cada persona. Su rol femenino, no obstante, hace del personaje toda una revolución para la época; el hecho de que una muchacha de veinte años se rebele contra sus padres, tenga espíritu inquieto y adopte decisiones propias (y controvertidas) hace de Yelena una creación impresionante. Su decisión, su firmeza y su autoridad moral se acaban imponiendo sobre el resto de personajes para transformarla en un carácter sobresaliente, cuyas vivencias marcarán a todos y conformarán un destino que, si bien no parece feliz, es brillante en tanto es fruto de sus propias decisiones.
En vísperas es una novela asombrosa en su concepto y hermosa en su forma. Turguénev alcanza momentos de esplendor en algunas descripciones y los cuatro protagonistas (especialmente Yelena y Shubin) destilan una humanidad poco común, incluso a pesar de algunos rasgos arquetípicos. El amor, la inteligencia y la renuncia se conjugan a lo largo de las páginas para tejer una historia de emociones sutiles, pero intensas, que emocionan a cualquier lector y que demuestran (una vez más) el extraordinario talento del escritor ruso para la creación de personajes.
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