5 libros para conocer a William Gibson

Una guía para comprender el presente, escrita en pasado


Quién desee entender la transformación que la cultura digital e internet produjeron en la sociedad postindustrial, más que recurrir a algún tratado actual de sociología cultural, encontrará la descripción más precisa del presente en la serie de novelas que William Gibson (Conway, Carolina del Sur, 1948) comenzó a publicar desde las últimas décadas del siglo XX. Después del nuevo horizonte artístico que autores como Philip K. Dick y J. G. Ballard imprimieron a la ciencia ficción, Gibson es quién anticipó con mayor lucidez los cambios tecnológicos que darían nueva forma a la vida humana, tanto en el modo de producción y circulación de la información, como en el diseño de nuevas identidades y la complejización de una matriz económica y de control social, en esa "alucinación colectiva", según sus palabras, que llamamos realidad virtual.

Neuromante (1984)

Una de las razones por las que Gibson parece hablar del presente tecnológico mejor que cualquier otro es que sus relatos no solo acertaron en su imaginación prospectiva, sino que influyeron en la propia conceptualización del mundo informático desde antes de que las redes alcanzaran escala global. Tal es el caso del concepto mismo de "ciberespacio", acuñado por el autor estadounidense en "Quemando cromo", un cuento breve de 1982, pero que alcanzaría su sentido más profundo en su primera novela, Neuromante. Ganadora de los mayores premios del género, el Philip K. Dick, el Nébula y el Hugo, la novela cuenta los afanes de Case, un ciber-vaquero –lo que hoy se definiría como un hacker—, a quien se le ha extirpado, por dedicarse al espionaje empresarial, el enlace neuronal que permite entrar al ciberespacio. Mientras sobrevive en la corrupta ciudad japonesa de Chiba City, es contratado por un oscuro personaje, Armitage, quien financia su asistencia médica para poder contar con sus habilidades en una misión secreta. Más allá de su estructura, y algo del estilo chandleriano, del policial negro, la potencia de Neuromante está en el mundo que diseña, desde las descomunales "ciudades corredor" que ocupan buena parte de los territorios nacionales, como el "ensanche" lumpen que va desde Boston hasta Atlanta, hasta las estaciones espaciales en las que los clanes familiares económicos administran sus fortunas en un ciclo temporal ilimitado, garantizado por las clonaciones que les dan cuerpos perdurables.

Conde Cero (1986)

Del cruce que inauguró Neuromante entre ciencia ficción, novela de aventuras y policial negro, tecnología sofisticada y clases bajas y lumpenizadas, mafias, conspiraciones políticas y económicas, hackers, ciborgs y clones, surgiría a su vez todo un subgénero, el ciberpunk. En esa nueva veta estética de la ciencia ficción, Gibson escribe su "trilogía del Sprawl" o el "Ensanche" como denomina a las grandes y continuas masas urbanas que rodean a las ciudades del futuro. Además de Neuromante, la trilogía incluye Conde Cero y Mona Lisa acelerada (1988), que comparten escenarios, temas y personajes. Conde cero es el seudónimo de Boby Newmark, un joven hacker amateur que casi muere al probar un software de hackeo de dudosa fuente. El episodio lo conducirá paulatinamente a involucrarse en la red de violencia y espionaje de las corporaciones multinacionales Maas Biolabs y Hosaka, que compiten por controlar un nuevo y poderoso biochip. El mundo del ciberpunk alcanza aquí una escala aún más asombrosa, en la que la inteligencia artificial toma la forma de deidades originadas en la red. Uno de los más fuertes antecedentes narrativos de la serie de films Matrix, de los hermanos Wachowskila "matriz" misma es otro concepto acuñado por Gibson—.

La máquina diferencial (1990)

Además de ser uno de los principales autores del cyberpunk, Gibson también se acercó a su contracara retrofuturista y paródica: el steampunk. Se trata de una forma particular de la ucronía centrada en la cultura de la máquina de vapor de la decimonónica época victoriana. Las hipótesis del steampunk llevan al extremo la ingeniería del vapor hacia una desarrollo teconológico similar al de la informática del siglo XX, para ensayar qué versiones alternativas de la historia podrían haber surgido de esa ciencia contrafáctica. En La máquina diferencial, que Gibson escribió junto con Bruce Sterling, un Lord Byron sobreviviente de la guerra de independencia griega se convierte en el líder del Partido Industrial Radical, a la cabeza del imperio Británico. El matemático Charles Babbage logra construir la calculadora de funciones polinómicas que fue su proyecto fallido en la realidad. La máquina diferencial se convierte en la punta de lanza de una sofisticada tecnología militar de vapor que contribuye a que el Imperio Británico sostenga su poderío mundial, frustrando la unificación de los Estados Unidos, que se divide en pequeñas república como la de Texas, California, la comuna socialista de Manhattan o la "América rusa", que mantiene el dominio zarista sobre Alaska.

Idoru (1996)

Durante los noventa, Gibson cambia su acercamiento a la ciencia ficción para apostar por un futuro más cercano, situado en el comienzo del siglo XXI. En ese tiempo se centra la Trilogía del puente, que comienza con la regular Luz virtual (1993) y que mejora con Idoru y Todas las fiestas de mañana (1999), titulo tomado de una célebre canción de The Velvet Underground. Situadas en la costa oeste de los Estados Unidos y en Japón, ambas regiones asoladas por terremotos y reconstruidas a partir de nanotecnología, las novelas apuestan por un enfoque sociológico más fino en la concepción de un mundo en el que las corporaciones buscan el control del flujo de información en las redes, para lograr un completo dominio de las vidas de los ciudadanos, convertidos en puros consumidores. El protagonista de Idoru es Colin Laney, un hacker con una asombrosa capacidad para detectar nodos de importancia en grandes flujos de información. Laney es contratado por los agentes artísticos de Rez, la megaestrella de un grupo musical de rock que planea casarse con Rei Toei, una idoru, idolo prefabricado del pop japonés, pero que, en este caso, no es una persona real sino una "personalidad sintética".

Mundo espejo (2003)

Casi como si le fuera imperioso explicar hasta que punto su visión del futuro es una mirada lúcida sobre el presente, Gibson abandonó momentáneamente la ciencia ficción para escribir Mundo espejo (Pattern recognition). Cayce Pollard, una joven consultora de mercado es contratada para seguir el rastro de unos breves films anónimos que se han vuelto virales en la red. La novela se convierte así en un minucioso análisis del modo en el que fenómenos como la moda generan los sentidos sociales a partir de la búsqueda de patrones y la creación de subtextos que definen las opciones de personalidad posibles, esa colección de gestos y consumos que configuran nuestras identidades, allí donde creemos que existe el individuo singular. La lectura de Gibson de los prisiones informáticas y tecnológicas que el hombre ha creado para sí no se detiene, y vuelve a proyectar su prosa lírica hacia un futuro mucho más lejano en su última novela, The Peripheral (2014), cuya traducción al español aún se demora