Biografía de Juhan Liiv

Juhan Liiv

Juhan Liiv (Alatskivi, 30 de abril de 1864 – Kavastu-Koosa, actual Luunja, Tartumaa, Estonia, 1 de diciembre de 1913) fue un poeta y escritor estonio. Su poesía, concisa y minimalista, está dedicada a su patria y a la naturaleza, y está impregnada de una gran sensibilidad.

Liiv nació en una familia extremadamente pobre en el pueblo de Alatskivi , Condado de Tartu, gobernación de Livonia , Imperio ruso . A pesar de su pobreza , los padres de Liiv lo enviaron a Tartu para estudiar en  el Hugo Treffner . La enfermedad física forzó Liiv a abandonar la escuela y volver a casa, donde escribió poesía y columnas ocasionales para el periódico Olevik. Su poesía contrastaba la de sus contemporáneos, y por lo tanto fue ignorado en gran medida.


Cuando volvió a vivir en el campo, ayudó a sus parientes en las labores agrícolas mientras se sometía a tratamiento psiquiátrico (estuvo incluso internado en un sanatorio para enfermos mentales), y hasta principios del siglo XX no reapareció en Tartu. Fue en aquella época cuando compuso sus mejores poemas, que forman el canon poético más celebrado en Estonia. Pero nunca publicó un libro preparado por él mismo.

  

No fue hasta el año 1904, al publicarse por entregas en los suplementos del periódico Uus Aeg sus obras en prosa y algunos de sus poemas –muchos de los cuales pertenecían a su época juvenil, anterior a su enfermedad– cuando un grupo de jóvenes escritores que formaron el movimiento intelectual y cultural Noor Eesti (‘Joven Estonia’) empezaron a interesarse por la obra de Liiv, en quien vieron un precursor de sus propias ambiciones de creación simbolista, inspiradas en el incipiente modernismo francés. En el primer álbum que publicaron, en 1905, incluyeron el poema “Noor-Eestile” (‘A la Joven Estonia’), que Liiv había compuesto para ellos. Al mismo tiempo una de las revistas más populares del país, Linda, dio a conocer varios de sus poemas más destacados.



Busto del poeta en la plaza principal de Alatskivi, la localidad donde nació.
(© JannoE / Panoramio, 2012)


En 1909 y 1910 algunos miembros de Noor Eesti seleccionaron 45 poemas de Liiv, que publicaron en dos antologías: la primera, plagada de erratas, tuvo que ser destruida, y la segunda, que fue sometida al poeta para que la diera por buena, tampoco satisfizo a éste.

  

A principios de 1913, unos revisores arrojaron al escritor enfermo a un terreno pantanoso desde el tren Tartu-Valga, tomándolo por un vagabundo. Este episodio, junto con su hábito de fumar, le produjo la neumonía tuberculosa que acabó con su vida el 1 de diciembre del mismo año en la aldea de Kavastu-Koosa. En 1924 fue erigido sobre la tumba de Liiv, en Alatskivi, un monumento con un bajorrelieve y su poema “Kui tume veel kauaks ka sinu maa” (‘Aunque la oscuridad permanezca mucho tiempo sobre tu tierra’).



La tumba de Juhan Liiv en el cementerio de Alatskivi.
(Fuente: dic.academic.ru)

No fue hasta después de la muerte de Juhan Liiv cuando un miembro destacado de Noor Eesti, Friedebert Tuglas –autor entre otras obras de Teekond Hispaania (‘Viaje a España’, 1918)–, decidió revisar los manuscritos del poeta que se habían conservado –y se conservan actualmente en el Museo de la Literatura de Tartu– y publicó dos selecciones (1919 y 1926) y dos monografías (1914 y 1927). A partir de aquel concienzudo trabajo los poemas de Liiv empezaron a incluirse en libros escolares, se imprimieron numerosas veces y se popularizaron. Todos, en Estonia, saben de memoria algunos de esos poemas.

A la labor de Tuglas se sumó, después de la segunda guerra mundial, la de Aarne Vinkel (1918-2006), que dejó publicada la antología Sinuga ja sinuta (‘Contigo y sin ti’, 1989, con 363 poemas), y más recientemente yo mismo ofrecí nuevas interpretaciones de la obra de Liiv y publiqué la monografía Juhan Liivi luule (‘La poesía de Juhan Liiv’, 2012) y la mayor antología editada hasta ahora de su obra poética, Lumi tuiskab, mina laulan (‘La nieve cae, mi voz canta’, 2013), con 370 poemas transcritos directamente de los manuscritos.


Juhan Liiv 

retratado por Nikolai Triik en 1909.

Sin duda, Liiv ocupa un lugar muy destacado tanto entre los poetas-filósofos europeos como mundiales. Hay una gran semejanza entre Juhan Liiv y Walt Whitman: ambos fueron prácticamente autodidactas, pese a lo cual, sin ninguna formación sistemática en filosofía ni en estética, formaron su propio sistema estético-conceptual, irreducible a modelos concretos anteriores. Les une la rebelión contra los modelos y las corrientes existentes en la poesía y la busca constante de una expresión original.


Liiv, por supuesto, no sabía nada de Whitman. Conocía a Byron a través de traducciones alemanas, pues no sabía inglés, y las de aquel entonces escasas e incipientes versiones al estonio del bardo británico, de escasa calidad. En uno de sus poemas, “Puusärk” (‘Ataúd’), Liiv ataca incluso la traducción como fenómeno, en general –la consideraba una especie de imitación que ahoga y mata la fuerza creativa e imaginativa del poeta–, comparándola precisamente con un ataúd.


Se sabe que el poeta predilecto de Liiv era Heinrich Heine. Efectivamente, en muchos de sus poemas recurría a la forma poética del verso tradicional alemán, habitual en la obra de Heine, sobre todo porque le permitía más libertad expresiva que la poesía escrita en rimas puras. La rebelión de Liiv contra la rima era muy consciente: quería que el pensamiento, en la creación poética, buscara su propia forma sin someterse a formas pre-establecidas. Ello hace que en su poesía haya mucha irregularidad formal: encontramos poemas que empiezan con una métrica y un ritmo y continúan con otro ritmo. Y si utilizaba rimas –no podía ignorar los gustos del público de su tiempo–, éstas eran intencionadamente simples, pues sabía que la lengua estonia, con su gran riqueza de formas, se prestaba poco a las rimas puras y exactas.


Liiv según un grabado del artista estonio Ernst Kollom (1908-1974)

Desde una perspectiva filosófica, además de los paralelismos con Heine y Whitman, Liiv seguía de algún modo, aun sin ser consciente de ello, el ejemplo del gran pensador renacentista Michel de Montaigne: ridiculizaba la corriente predominante del pensamiento occidental que había tratado de proclamar la preeminencia del intelecto y la razón sobre los sentidos y los sentimientos y, como consecuencia, establecer para el hombre –el “ser racional”– privilegios especiales en la totalidad de la naturaleza, sobre todo, irónicamente, el derecho a destruir la naturaleza en torno a él, la base misma de su existencia.

Liiv se ha hecho famoso por sus poemas patrióticos, pero el suyo era un patriotismo difícil de asumir por los nacionalistas fundamentalistas, ya que al tiempo que afirmaba el derecho a la individualidad e independencia de toda nación, grande o pequeña, incluyendo la propia, Estonia, criticaba duramente la vulgaridad y la avidez materialista de los estonios. Por otra parte, afirmaba la totalidad vital, espiritual y corporal al mismo tiempo, en la que todo elemento era indispensable y en la que no debía haber “primeros” o “amos” que aspiraran a establecer su superioridad y su dominio sobre “otros”, socialmente “segundos” o “terceros”, o sobre la naturaleza del entorno de los humanos. El fermento de esta totalidad es el amor, que mucho más que con las aspiraciones racionalistas y materialistas de la estirpe humana tiene que ver, según el ideario de Liiv, con su ser profundo y la parte más noble de su creación.

Como pocos poetas contemporáneos, Juhan Liiv logró sintetizar su filosofía con una imagen poética original e irrepetible. Creó una larga serie de poemas líricos, de gran sensibilidad y concentración, que transmitían el sentimiento trágico de la existencia y, a la par, lo bello y lo purificador, en el sentido espiritual, cuya fuente sempiterna es la naturaleza. Otra parte de la creación poética de Liiv es irónica y humorística: observa con una sonrisa melancólica situaciones humanas y paradojas de nuestra vida cotidiana, y al mismo tiempo derrumba los falsos ideales de la humanidad, que en nombre del “progreso” materialista han ido aniquilando o socavando las bases de su propia existencia.

Jüri Talvet, Universidad de Tartu