Santiago Posteguillo
presenta 'La legión perdida', el libro que cierra la trilogía de Trajano
«Hay emperadores que cabalgan directos a la leyenda», reza la
cubierta de la tercera y última parte de la trilogía de Trajano 'La
legión perdida' del escritor valenciano Santiago Posteguillo. Habrá
emperadores que cabalguen hacia la leyenda, pero Posteguillo lo hace
hacia el éxito. Apenas unos días atrás salió a la venta, pero el libro
ya es el más vendido. Después de mucho tiempo de espera, sus seguidores
han podido saborear el ansiado desenlace de la trilogía.
Muchos de ellos, llenaron ayer como si de un coliseo se tratara el
Museo L'Íber de los soldaditos de plomo de Valencia. Allí se celebró
Aula LAS PROVINCIAS, una cita ya ineludible para los amantes de la
literatura histórica y que sirvió para presentar en sociedad 'La legión
perdida' (Planeta).
Más de doscientas personas abarrotaron literalmente el patio del
museo donde se celebró el encuentro. El jefe de Opinión de LAS
PROVINCIAS, Pablo Salazar; el director de L'Íber, Alejandro Noguera; y
el columnista de LAS PROVINCIAS Ramón Palomar fueron los encargados de
abrir la presentación.
Salazar destacó que, en apenas unas semanas, Posteguillo ya era líder
de ventas. Por su parte, Noguera, gran conocedor de la Historia, no
pudo sino resaltar el enorme trabajo del autor a la hora de configurar
un texto de más de mil páginas. Por último, Palomar fue tajante y,
tomando como referencia una de las citas de 'La legión perdida' sobre
Trajano («era un emperador demasiado grande para una Roma tan pequeña»)
aseguró que Posteguillo «era demasiado grande para una tribu literaria
tan pequeña».
Posteguillo quiso demostrar cómo hasta para encontrar el nombre de
una princesa del imperio parto tuvo que recurrir a la tesis de una
experta. Resaltó la importancia de conocer idiomas y de superar el
complejo del Capitán Trueno. Lo explicó: el popular personaje de cómic
era capaz de tener una novia vikinga y viajar hasta Japón y relacionarse
con una noble. ¿Cómo podía conocer tantas lenguas? El tebeo era una
cosa, pero su novela requería de todo el rigor posible ya que en ella se
intercalan personajes que hablan latín griego, sánscrito, chino
clásico, arameo y parto, entre otros.
También bromeó sobre lo útil que es para él dar clases en la
Universitat Jaume I de Castellón. «Invitando a muchos cafés puedes
conseguir que tus compañeros de departamento te ayuden a la hora del
proceso de documentación», contó. Asimismo, y sin querer tampoco
destripar la historia, aseguró que «Trajano sabía que no se puede
derrotar al miedo, es el peor de los enemigos», en alusión a esa legión
perdida a la que deben enfrentarse las tropas romanas.
Dos apuntes más dio el escritor. Afirmó que en esta última novela «he
innovado en la estructura, pero no he cambiado el estilo», confesó. Y
fue más allá. «A veces, lo que parece sencillo, en realidad no lo es».
Finalmente, declaró a los asistentes que tenía «una deuda con Trajano».
Viajó a los lugares donde nació y murió. «El emperador fue enterrado
entre libros. En griego y en latín. Incluso en su muerte, algo nos quiso
decir», afirmó el novelista. E insistió en que, y pese a que Ramón
Palomar le afeó que había 'malgastado' muchas ideas de muchas novelas en
una sola, Posteguillo aseveró que era necesario que esta «novela de
muchas novelas fuera así para explicarlo todo».
Muchos fueron los ávidos lectores que no pudieron resistirse a sus
argumentos. Entre ellos, el presidente del Consejo de Administración de
Federico Domenech, Guillermo Zarranz, y el director general de LAS
PROVINCIAS, Fidel Pila. Tras el acto, el autor firmó numerosos
ejemplares. En declaraciones a este periódico contó que, tras cerrar la
trilogía de Trajano, está trabajando en otra novela. No desveló más
datos. Aunque dejó caer que intentara no necesitar esas tres mil páginas
en las que se ha volcado con Trajano.
Mientras llega su nuevo libro, los lectores pueden saborear de las
intrigas, batallas, amores, naumaquias, combates de gladiadores, idiomas
extraños en los cuatro confines del un vasto imperio -Roma, Partia,
India, China-, dos césares y una emperatriz que se entrecruzan en este
rico fresco literario del mundo antiguo. Posteguillo lo narra en dos
tiempos, el de Craso, el que dio su nombre al garrafal error, -y que
explicó ayer ante los asistentes a Aula LAS PROVINCIAS- y el de Trajano,
y recorre los exóticos territorios de un vasto impero «nada
eurocéntrico» que alcanzó su apogeo en el año 116: la civilización
partia, el Imperio Kusham al norte de la India y el Imperio Han en
China.
Esta novela es «el mayor reto narrativo y de documentación» al
que se ha enfrentado el autor. Se nota. Posteguillo lo quiso explicar
ayer, aunque casi no hizo falta. Sus incondicionales le arroparon y le
agradecieron que, por fin, cerrara la historia del emperador Trajano.
http://www.lasprovincias.es/