La maratón, que se televisó, se llevó a cabo al cumplir la novela de
León Tolstói 150 años. Hubo lectores de diferentes países, y hasta un
astronauta desde la Estación Espacial Internacional.
El aniversario número 150 de la primera publicación del libro La La Guerra y la Paz,
del escritor ruso León Tolstói, se celebraron de una manera muy
particular: más de 3.000 personas entre famosos y anónimos trabajadores
de distintos rubros leyeron públicamente las más de mil páginas de la
legendaria novela en lo que fue una maratón de lectura que llevó dos días y medio y se extendió a todo el mundo.
"Por
una parte, el objetivo era hacerle un regalo a Tolstói. Por otra,
queríamos desempolvar la novela con una nueva lectura", explicó Fiokla
Tolstaya, descendiente del patriarca de la literatura rusa y autora de
la iniciativa.
La lectura pública se prolongó durante 60 horas y
fue retransmitida en directo por televisión y radio, comenzó el 8 de
diciembre y terminó ayer con un gran éxito de participación y de
audiencia, ya que tomaron parte lectores de toda clase y condición desde
Moscú hasta Crimea, Pekín, Nueva York, Kamchatka, Chechenia o París.
El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev,
no perdió la ocasión de leer durante dos minutos y medio un fragmento
del libro ambientado en 1805 y que comienza con una acalorada discusión
sobre la figura de Napoleón Bonaparte, que acabaría invadiendo el
Imperio ruso (1812).
Pero también hubo espacio en la iniciativa
para pastores de renos del lejano oriente, actores, marineros sobre la
cubierta de un buque de guerra, escritores, exploradores polares,
periodistas, operarios de gasoductos, músicos, cantantes y azafatas.
Incluso el astronauta ruso Serguéi Volkov fue uno de los elegidos para leer
y pese a encontrarse en la Estación Espacial Internacional, las
condiciones de microgravedad no impidieron que su lectura fuera
inteligible.
Entre los lugares elegidos para la lectura en voz
alta también se destacó la casa museo del escritor en la región de Tula,
en Yásnaya Poliana, donde Tolstói nació, vivió y está enterrado. A ese
lugar se desplazó Vladímir Tolstói, tataranieto del escritor y consejero
cultural del Kremlin, y varios famosos actores que leyeron mientras caminaban sobre la nieve. Precisamente, La Guerra y la Paz y también Anna Karénina fueron escritas en ese auténtico santuario, obligatorio lugar de peregrinación para los admiradores del novelista.
“Unas 3.300
personas de diferentes ciudades y países leyeron la novela desde la
primera hasta la última página", informó hoy la dirección del museo.
Los
autores de la iniciativa aseguran que ésta no tiene parangón en la
historia, aunque la lectura pública de la novela rusa por antonomasia
tiene sus antecedentes en otras obras literarias, como El Quijote o Cien años de Soledad.