El amor nació en la literatura: el amor cortés y los libros

Si se habían preguntado dónde nació el amor, la respuesta la encontrarán en los libros.


 Qué pasaría si les digo que toda esta parafernalia del amor surgió gracias a la prodigiosa imaginación de un autor de libros de caballería? ¿Qué pasaría si le digo que las letras de un libro se convirtieron en hechos reales que ahora adoptamos como naturales?  Si, después de todo, los convenzo de que la literatura inventó al amor contemporáneo con todo y sus incongruencias, maravillas y locuras de las que ahora gozamos.


Pues sí, el amor surgió gracias a las posibilidades del lenguaje y la imaginación.  En palabras de John Cheever: "La literatura es el único sitio donde podemos refrescar nuestro sentido de posibilidad y nobleza. [...] es el único registro continuo de nuestra lucha por ser ilustres, un monumento de aspiraciones, un vasto peregrinaje [...] Una página de buena prosa me parece la forma más seria de diálogo que hombres y mujeres bien informados pueden llegar a tener en su intento de hacer que los fuegos de este planeta continúen ardiendo en paz [...]. La literatura, tal vez, pueda salvar al planeta".

El amor, como ahora lo conocemos, demuestra el alcance de la escritura. Todo surgió poco tiempo antes de la Edad Media, antes de los libros de caballería el concepto de matrimonio no tenía nada que ver con los sentimientos de nadie, sino que se buscaba –en el caso de los nobles– transmitir su herencia para negociar entre grandes familias y armar relaciones de poder; para el resto de la sociedad casarse significaba la posibilidad de reproducirse y obtener la mayor cantidad de mano de obra para poder mantener a la familia.

Después, los libros de caballería planteaban un amor idílico basado en los sentimientos. Este género literario en prosa, muy popular en España, Portugal, Francia y la península itálica, planteaba la historia de un caballero que, ataviado con armadura y espada, tenía la tarea de luchar contra monstruos y enemigos, conquistar territorios y recorrer grandes distancias con el único fin de ganarse el favor de una dama que, en la mayoría de los casos, era casada. 

Para demostrar su valor y ganarse la aprobación de su amada, el caballero tenía que poner de manifiesto sus cualidades guerreras mediante justas y torneos en donde competían más de uno para obtener el corazón y lograr casarse con ella. 

Todos esos sacrificios tenían el fin de demostrar que el amor iba más allá de la atracción sexual, mucho más allá de lo carnal, de hecho, en algunas regiones de Francia los amantes demostraban su amor durmiendo desnudos una noche con una actitud de abstinencia sexual. Actualmente, en muchas regiones del mundo, algunas parejas llegan vírgenes al matrimonio y se entregan después de haberse jurado amor eterno. 

¿En qué libros surgió el amor? La respuesta puede ser amplísima, además de los libros de caballería está la lírica trovadoresca, una poesía laica, aristocrática y adulterina que floreció entre los siglos XII y XVIII. En esta lírica se describen las relaciones entre el poeta, que aspira a “la unión carnal”, y la amada. 

Si buscan conocer en qué libros nació este tipo de amor tendrían que leer Berceo, el Libro de Alexandre, el Libro de buen amor y, en el caso de los de caballería, no deberían dejar pasar títulos como Amadís de Gaula, Floriseo, Tirante el Blanco, Tristán de Leonís y un laaargo etcétera.