Este viernes, a partir de las ocho de la tarde y en la casa de la Cultura de Trillo, va a tener lugar la presentación de dos libros de historia sobre la localidad alcarreña, ambos obra del historiador Aurelio García López.
El primero se titula “Vida y virtudes de María Martínez de la Cruz, beata de Trillo”. El libro consiste en la edición del manuscrito titulado Vida y virtudes de la sierva de Dios María Martínez de la Cruz, religiosa de la Tercera Orden de la Penitencia del glorioso patriarca Santo Domingo de Guzmán, natural de la villa de Trillo, obra de Fray Domingo Caballero. Esta obra había sido redactada en 1731 a partir de un diario escrito por don Francisco Cortijo, párroco de Trillo y confesor de la beata. El manuscrito quedó inédito y se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid. Ahora es dado a conocer gracias al estudio y edición de Aurelio García López.
El primero se titula “Vida y virtudes de María Martínez de la Cruz, beata de Trillo”. El libro consiste en la edición del manuscrito titulado Vida y virtudes de la sierva de Dios María Martínez de la Cruz, religiosa de la Tercera Orden de la Penitencia del glorioso patriarca Santo Domingo de Guzmán, natural de la villa de Trillo, obra de Fray Domingo Caballero. Esta obra había sido redactada en 1731 a partir de un diario escrito por don Francisco Cortijo, párroco de Trillo y confesor de la beata. El manuscrito quedó inédito y se conserva en la Biblioteca Nacional de Madrid. Ahora es dado a conocer gracias al estudio y edición de Aurelio García López.
La edición literal del manuscrito que habla de la vida y virtudes de sor María Martínez de la Cruz (1658-1710), cómo fue la vida y cuáles fueron sus virtudes, narrando algunos de los milagros que realizó Sor María Martínez para proteger a los vecinos de Trillo de ahogamiento en el río Tajo, tempestades y sequías.
El conocido historiador presentará también un segundo libro, Trillo en las ordenanzas de 1591. El texto presenta un estudio detallado de un documento jurídico como es el de unas ordenanzas que para el lugar de Trillo concedió el consejo Real en 1591. Las ordenanzas de 1591 manifiestan una defensa a ultranza de los cultivos y bosques contra los ganaderos. Esta normativa está planteada a modo de prohibiciones, con la intención de dejar muy claro que es lo que no se debe hacer y su castigo.
A raíz de la política impositiva implantada por Felipe II en las últimas décadas del siglo XVI, con la creación de nuevos servicios “impuestos”, hizo que los encabezamientos que tenía que pagar Cifuentes, como cabeza de condado, fueran repartidos entre los lugares de su jurisdicción y se aumentara la cuota que a cada uno le correspondía pagar. Este abusivo incremento de impuestos trajo el malestar, pleitos, revistas de pleitos para comprobar quién tenía razón y a quién correspondía pagar esos impuestos. Fue el inició de un largo proceso que culminó con la obtención por parte del concejo de Trillo de la concesión de título de villazgo.
Al convertirse Trillo en villa: “sea villa en sí y por sí”. Se convertía en una entidad independiente de la cabeza del condado de Cifuentes. Pasaba a considerarse como Insigne Villa de Trillo. La lucha para la adquisición de esta distinción fue larga, costosa y con muchos sin sabores, pero a la larga mereció la pena.
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