1898: La guerra infame contra España

1898: La guerra infame contra España: La voz de España contra sus enemigos


José María Avilés, marino de guerra español, publica este libro que titula en su día "La voz de España contra todos su enemigos" en 1899. Sale a la luz la obra de la imprenta El Mercantil de Sevilla, recién derrotada España en la guerra contra Estados Unidos.


Avilés se expresa en un lenguaje apasionado al calor de la recientísima derrota de España. Se trata de un testimonio de gran interés porque transmite un sentimiento de hastío muy extendido en gran parte de la población contra la clase política que había llevado a España al "Desastre del 98" contado en las inmediatas fechas posteriores a la debacle de Filipinas, Guam y Cuba.

La tensión con Estados Unidos venía de lejos. Este país no admitía ningún tipo de negociación porque estaba convencido de alcanzar sus objetivos gratis, sin necesidad de ninguna concesión a España. De en medio ya había desaparecido del escenario político español el único hombre capaz de estar a la altura de las circunstancias cruciales que se aproximaban, Antonio Cánovas del Castillo. 
Ramón Emeterio Betances era un secesionista portorriqueño que contaba con todo el apoyo de Estados Unidos, en donde se refugiaba cuando era expulsado o perseguido por las autoridades españolas de la isla caribeña. Viajó a París y se reunió con Michele Angiolillo, el terrorista anarquista que habría de asesinar a Cánovas del Castillo, jefe del gobierno español. Existen pruebas de que gracias a Betances el anarquista italiano consiguió pasar a España mediante el uso de una falsa identidad. 

El objetivo inicial del asesino era la misma reina-regente

María Cristina, pero tras el encuentro con Betances la víctima preferida pasa a ser el presidente del gobierno español.

Las causas de esta catástrofe para José María Avilés son de carácter interno y externo, a la ineptitud de la clase política por un lado y al expansionismo agresivo de Estados Unidos por otro.
Las intenciones de dicha nación respecto al Caribe español eran antiguas, apenas conseguida la independencia de la Corona Británica.

De todos es sabido que el detonante de la declaración de guerra del presidente William McKinley fue la voladura del acorazado Maine en el puerto de la Habana el 15 de febrero de 1898. Como consecuencia de las explosiones murieron 2 oficiales y 266 tripulantes.

España propuso la formación de una comisión de investigación neutral, a lo que Estados Unidos respondió creando una propia que dictaminó que el hundimiento del Maine fue provocado por una causa externa, de afuera hacia adentro.

Pasada la contienda, el Maine fue reflotado el 12 marzo 1912 y sus restos fueron llevados mar adentro y hundidos en aguas profundas, quedando impedida para siempre cualquier investigación sobre la prueba material del “casus belli”.

El comandante del Maine, el Capitán de Navío Charles Sigsbee, declaró antes de morir:"Nunca he dicho mi opinión sobre quién destruyó el acorazado y jamás la diré".

Curiosas y desconcertantes palabras de uno de los principales personajes de un hecho que se llevó de este mundo a más de doscientos compatriotas suyos.

Desde el primer momento planeó la sombra de un atentado de falsa bandera sobre el suceso del Maine, por las extrañas circunstancias que rodearon el caso, pero nunca se tuvo una prueba fehaciente que confirmase esas sospechas.

Sin embargo un documento secreto, y desclasificado en 1997, acerca de la Operación Northwoods, por la que el Estado Mayor de EEUU proponía intervenir militarmente en Cuba en 1962 para llevar a cabo el derrocamiento de Fidel Castro, dice literalmente:

‘A series of well-coordinated incidents will be planned to take place in and around Guantanamo to give genuine appearance of being done by hostile Cuban forces’ (Se ha previsto una serie de incidentes bien coordinados a tener lugar en y alrededor de Guantánamo para dar apariencia genuina de ser hecho por fuerzas cubanas hostiles).

Además, haciendo mención expresa a: ‘A “Remember the Maine” incident could be arranged in several forms”, señala ‘We could blow up a US ship in Guantanamo Bay and blame Cuba’, es decir que un "Acuérdate del Maine" podría llevarse a cabo de diversas formas, añadiendo que "Podríamos hacer volar un barco estadounidense en la Bahía de Guantánamo y culpar a Cuba".

Vivir para ver. Ahí está la prueba que pone en evidencia el "Día de la Infamia", como así llaman los estadounidenses el 7 de diciembre de 1941, cuando el presidente Roosevelt y su ayudante Harry Hopkins recibieron la llamada del Secretario de Guerra Henry Stimson comunicándoles el ataque japonés a Pearl Harbor. 

El Día de la Infamia, "Day of Infamy", fue el 15 de febrero de 1898. Estamos esperando a que los historiadores y, sobre todo, los políticos tomen cartas en el asunto y procedan a las actuaciones que la verdad, los muertos y la Patria demandan. 

Además, no olvide el lector que cuando Estados Unidos invade Filipinas, no llega sólo con el ejército, sino que distribuye por todo el archipiélago más de siete mil maestros que implantarán la lengua inglesa mientras la española quedará prohibida.

Les dejo con el testimonio airado de José María Avilés.

B. Ramírez