Joan Maragall
Poeta, ensayista y periodista español (Barcelona, 10 de octubre de 1860 + Barcelona, 20 de diciembre de 1911) . Fue, con su
vitalismo de raíz nietzscheana, el introductor de la poesía catalana en
la modernidad y el máximo representante de la Generación del 98 en
Cataluña (junto con Jacint Verdaguer), contribuyó asimismo a la aparición y desarrollo del modernismo catalán.
Nació
en Barcelona el 10 de octubre de 1860 en el seno de una familia
burguesa propietaria de una industria de tejidos. En 1879 y tras
finalizar sus estudios secundarios, que simultaneó con clases de piano e
idiomas, ingresó en la facultad de Derecho de Barcelona. Su carrera
universitaria discurrió paralela a su incipiente pasión por la
literatura, que se benefició ya de la rica sensibilidad moral del precoz
poeta.
En 1881 descubrió la obra de Goethe,
a quien tradujo con dedicación a lo largo de los años, realizando
también adaptaciones teatrales de algunas de sus obras. Traductor
también de Nietzsche,
puede considerarse a Maragall su introductor en España. Ese año, dentro
de las tradicionales competiciones poéticas denominadas “juegos
florales”, significó para Maragall el primer éxito lírico en Badalona.
Las tertulias del Ateneo de Barcelona y las funciones operísticas del
Teatro del Liceo, alimentaron por esas fechas al recién licenciado
(1884) Maragall. Dos años después entró a formar parte de la redacción
del Diario de Barcelona, trabajando al mismo tiempo en el bufete de un abogado barcelonés. El Diario de Barcelona, órgano
de la burguesía y conservadora, se convirtió en la plataforma desde la
que Maragall, alcanzó gran prestigio con sus escritos. Desde sus
páginas, agitó e incomodó a su propia clase. Como influyente ensayista,
su figura se erigió en árbitro moral de la conciencia de las clases
burguesas ilustradas.
En 1891 apareció Poesies originals i traduccions,
libro en el que destacaban el rechazo a la retórica del romanticismo
tradicional. En él, aparece ya la defensa de una expresión sencilla que
une poesía y vida en el marco de una naturaleza clara y trascendente. En
1895 apareció Poesies, en la que se incluyó L’oda infinita,
reflejo del poeta visionario que palpitaba bajo la imagen plácida del
burgués reposado, optimista y conservador. El mismo que, casado unos
años antes con Clara Noble, se convertiría en padre multitudinario:
trece hijos.
Próximo al ideario de la Lliga Regionalista e
interlocutor respetado de la intelectualidad española, Maragall defendió
la independencia espiritual de Cataluña. Su artículo de 1897 “La
independencia de Cataluña”, centrado en la autonomía cultural catalana,
presentaba a España absolutamente acabada en el terreno de las ideas.
Cataluña debía, por tanto, volverse hacia Europa. Algo después escribió
otro artículo, “El sentiment catalanista”, en el que abundaría en la
convicción de que España debía “recomponer” su rumbo. En 1899, con otro
artículo, “La Regeneración Política”, el vivo impulso de regeneración
cultural de una España sin nervio vital, alimentó las mismas tesis en lo
político y lo económico, con la rotunda expresión del poeta. El éxito
creciente de sus artículos en el Diario de Barcelona, hizo que solicitaran sus escritos otros periódicos catalanes. Así, La Renaixença, La Veu de Catalunya y La Vanguardia, entre otros, recogieron su producción.
En enero de 1900 apareció en la revista Catalónia el primer fragmento del extenso poema El conde Arnau,
que se convirtió en un importante aporte intelectual para el emergente
nacionalismo político catalán. Un mito autóctono que, reelaborado por
Maragall, desde su vitalismo nietzscheano, funde romanticismo y
patriotismo. El libro que recogería posteriormente el poema, Visions i cants, se publicó el mismo año. La idea de la redención por la poesía (inspirada por Novalis) aparece en la noción maragalliana de “palabra viva” y creadora. El texto que desarrolló esta estética fue Elogi de la paraula de 1903, ampliado en 1909 en Elogi de la poesia. En 1904 se publicó Articles y Les disperses, con traducciones de Goethe. En Enlla (1906) el sentimiento trascendente de la naturaleza, domina el interés del poeta. La traducción de Enrique de Ofterdingen de Novalis le ocupó por esas fechas.
La
amargura que subyace a la visión pesimista de España característica de
los escritores del 98 se manifestó en Maragall acompañada de matices
propios. Sus artículos contra la “política centralista” del gobierno, a
la que consideró miope, se insertaron en las tesis del nacionalismo
catalán. Su Oda a España se situó en estas mismas coordenadas
ideológicas. De entre los escritores de su generación, con Unamuno
trabaría una fuerte amistad, coincidiendo ambos en hondas preocupaciones
morales de raíz cristiana. En 1907 y unido a la casi totalidad de la
opinión en Cataluña, con motivo de la defensa de las libertades públicas
(amenazadas por la Ley de Jurisdicciones), Maragall publicó en La Veu de Catalunya su artículo L’alçament a favor del movimiento Solidaritat Catalana.
Tras
los violentos sucesos de 1909 en Barcelona (Semana Trágica), el
pedagogo libertario Ferrer i Guardia, acusado de instigador de los
mismo, fue condenado a muerte por un tribunal militar. La evidencia
generalizada de lo injusto de la condena, desató una campaña fuera del
país -y, tímidamente, dentro- en su defensa. Maragall participó en ella
escribiendo un famoso artículo: La ciutat del perdó. Su fama se
debió al hecho de que fuera censurado. Desde su coherencia cristiana y
su catolicismo avanzado, Maragall defendió en el escrito la conmutación
de la pena capital para Ferrer y los demás acusados. El artículo, que no
apareció hasta 1932 (con motivo de la publicación de sus obras
completas) y dada la influencia de que Maragall disfrutaba, pudo, de
haberse publicado, evitar el desenlace fatal. En palabras del director
de La Veu de Catalunya, escritas a Maragall para justificar la
censura del artículo, el estado de la opinión hacía su publicación
“imposible y contraproducente”. Ferrer i Guardia fue fusilado.
En febrero de 1910 Maragall publicó en La Veu de Catalunya su Oda a Barcelona que, junto al Cant espiritual, Visca Espanya, El ideal ibérico e Himne iberic, daban fe de la dolorosa visión del poeta ante la sentida decadencia española. Junto con la tercera y última parte del Conde Arnau, las piezas anteriores formaron el libro Sequencies, aparecido en 1911. Por esas fechas, publicó asimismo su traducción de los Pensamientos de Goethe y la Olimpica I de Píndaro. Ese mismo año terminó Maragall Nausicaa, escenificación de un episodio de la Odisea de Homero, que apareció publicada en 1913. Su versión de los Himnos homéricos le ocupó durante este último período de su vida.
Bibliografía
-
COMAS, Antoni y CARBONELL, Antoni. “Literatura catalana”, en Historia de las literaturas hispánicas no castellanas. (Madrid, 1980).
-
ESPADALER, Antón M. Historia de la literatura catalana. (Barcelona, 1993).
-
MARFANY, Joan Lluis. “Sobre el movimiento modernista”, en Aspectes del modernisme. (Barcelona, 1975).