Jacinto de Salas y Quiroga
Poeta, narrador, dramaturgo y periodista español, nacido en La Coruña en 1813 y fallecido en Madrid en 1849 (La Coruña, 14 de febrero de 1813 + Madrid, 1849). A pesar de su breve existencia, dejó impresa una interesante producción literaria y periodística que le sitúa entre las grandes voces de la primera generación de poetas románticos españoles, integrada -entre otros- por José de Espronceda (1808-1842), el Duque de Rivas(1791-1865), José Zorrilla(1817-1893), Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873), Patricio de la Escosura(1807-1878), Juan Arolas (1805-1849), Antonio Ros de Olano (1808-1886), Gabriel García Tassara (1817-1875) y Nicomedes Pastor Díaz (1811-1863).
Hombre impulsivo y enérgico, aunque dotado también de una exquisita sensibilidad artística y una notable formación cultural, desde su temprana juventud se enroló en diversas aventuras que le llevaron a realizar continuos viajes por el extranjero, con especial insistencia en los países de Hispanoamérica. Durante su estancia en Puerto Rico se dio a conocer como poeta por medio de la difusión, en revistas literarias locales, de algunas composiciones sueltas que pueden encuadrarse entre las primeras muestras de la estética romántica en la isla antillana. A su regreso a España en 1832, se instaló en Madrid y, tras integrarse con presteza en los foros intelectuales y artísticos de la capital, comenzó a desplegar una intensa actividad periodística que arrojó por fruto la fundación de la revista literaria No me olvides; posteriormente, ocupó la dirección de La Constancia y de la Revista del Progreso.
En su condición de poeta, reunió sus composiciones de juventud en un volumen publicado bajo el título genérico de Poesías (Madrid, 1834), colección de poemas románticos que, juzgada desde la perspectiva que otorga el paso del tiempo, puede considerarse como uno de los grandes hitos que, coincidentes en dicho año de 1834, vinieron a confirmar la definitiva implantación de la estética del romanticismo en las Letras españolas. En efecto, al tiempo que Jacinto Salas y Quiroga daba a los tórculos estos poemas, Martínez de la Rosa estrenaba en Madrid La conjuración de Venecia, Larra llevaba a los escenarios su drama Macías, Espronceda publicaba su novela histórica Sancho Saldaña o El castellano de Cuéllar, y el Duque de Rivas ponía en circulación en París El moro expósito.
Seis años después de la publicación de estas Poesías, el escritor coruñés volvió a las librerías madrileñas con Viajes (1840), una obra autobiográfica en la que relataba sus antiguas vivencias por el Nuevo Mundo. Autor, también, de un drama que alcanzó notable éxito en su tiempo, Claudina, un año antes de morir Jacinto Salas dio a la imprenta una interesante incursión en el género novelístico, publicada bajo el título de El Dios del siglo (1848). En estas brillantes páginas en prosa, el escritor romántico ofreció un lúcido análisis del conflicto ideológico que desorientaba a la nueva burguesía española, dividida entre la aceptación sumisa de los valores tradicionales en todos los órdenes de la vida (cultura, política, moral, etc.) y el deseo de apuntarse también a las nuevas corrientes progresistas que, procedentes de Europa y traídas por los españoles que habían retornado del exilio, comenzaban a implantarse en el país.