"Voy a dormir, nodriza mía, acuéstame./Ponme una lámpara a la cabecera;/una constelación; la que te guste;/todas son buenas; bájala un poquito". Así, pidiendo calma, solicitando que la dejen dormir, abandonó el mundo hace 78 años la poetisa argentina Alfonsina Storni, tras suicidarse internándose lentamente en el mar.
Tras ella, un imaginario poético complejo, romántico y oscuro, plagado de dramatismo y con tintes feministas, en una época en que nadie lo era. Detrás de los eternos poemas de Storni, se entrevé una mujer enferma de nervios y tristeza, con un carácter verdaderamente singular.
Nació el 29 de mayo de 1892 en Capriasca, Suiza, donde trabajaban sus padres. A los cuatro años Storni se trasladó a Argentina, país de procedencia de su familia y donde la poetisa pasó gran parte de su vida. La familia Storni se instaló primero en San Juan, aunque se mudaron años después a Rosario, donde abrieron una cafetería
Alfonsina trabajó desde muy niña en el negocio familiar, que pasó grandes apuros económicos durante estos años. Su padre, que debía regentar el local, era un hombre alcohólico que se sentaba en el café a beber hasta que su familia le arrastraba a la cama. Falleció en 1906, cuando Alfonsina solo tenia 14 años.
Comenzó a escribir poesía a los 12 años, actividad que la acompañó hasta el día de su muerte, siempre desde un tono grisaceo y triste, aunque bello.
Storni se trasladó a Coronda en 1909 para estudiar Magisterio mientras que trabaja como celadora en una escuela, pero el dinero no le alcanzaba para mantenerse y tuvo que emplearse como corista en un teatro. Al poco tiempo, se descubre en Coronda que tiene este segundo empleo. Este sería el desencadenante por el que la poetisa comenzó a pensar en el suicidio. Tres años después tuvo un hijo, Alberto, de padre desconocido, algo muy mal visto por la sociedad argentina de la época.
Alfonsina trabajó desde muy niña en el negocio familiar, que pasó grandes apuros económicos durante estos años. Su padre, que debía regentar el local, era un hombre alcohólico que se sentaba en el café a beber hasta que su familia le arrastraba a la cama. Falleció en 1906, cuando Alfonsina solo tenia 14 años.
Comenzó a escribir poesía a los 12 años, actividad que la acompañó hasta el día de su muerte, siempre desde un tono grisaceo y triste, aunque bello.
Storni se trasladó a Coronda en 1909 para estudiar Magisterio mientras que trabaja como celadora en una escuela, pero el dinero no le alcanzaba para mantenerse y tuvo que emplearse como corista en un teatro. Al poco tiempo, se descubre en Coronda que tiene este segundo empleo.
Este sería el desencadenante por el que la poetisa comenzó a pensar en el suicidio. Tres años después tuvo un hijo, Alberto, de padre desconocido, algo muy mal visto por la sociedad argentina de la época.
La participación de la poetisa en la vida literaria de Argentina siempre fue intensa, extendiéndose a Europa en 1928, tras varios viajes que realizó a España.
La poetisa siempre tuvo una faceta feminista, en sus poemas se entreven numerosas reivindicaciones de igualdad, de manera que supuso una gran alegría que en 1931 fuese nombrada jurado, siendo la primera mujer del país en conseguirlo.
La decadencia definitiva de Storni, una mujer neurótica y triste por naturaleza, llegó en 1935 cuando, al estar bañándose en el mar, recibió el golpe de ola en el pecho, lo que le hizo perder el conocimiento. Al despertarse se noto un bulto en un seno que resultó ser cáncer de mama, para el que le tuvieron que realizar una mastectomía.
La participación de la poetisa en la vida literaria de Argentina siempre fue intensa, extendiéndose a Europa en 1928, tras varios viajes que realizó a España.
La poetisa siempre tuvo una faceta feminista, en sus poemas se entreven numerosas reivindicaciones de igualdad, de manera que supuso una gran alegría que en 1931 fuese nombrada jurado, siendo la primera mujer del país en conseguirlo.
La decadencia definitiva de Storni, una mujer neurótica y triste por naturaleza, llegó en 1935 cuando, al estar bañándose en el mar, recibió el golpe de ola en el pecho, lo que le hizo perder el conocimiento. Al despertarse se noto un bulto en un seno que resultó ser cáncer de mama, para el que le tuvieron que realizar una mastectomía.
Alfonsina Storni murió igual que vivió, con un arte triste y desesperado, bello pero gris, como la propia Alfonsina. Su romántica muerte evocó múltiples canciones y creaciones artísticas. Fue una decisión tomada de forma coherente por una mujer que, harta del sufrimiento, decidió abandonar de forma voluntaria un mundo que no le era afable, antes de que fuese otro el que tomase la decisión por ella.
'Alfonsina y el mar' fue una de las canciones que inspiradas a raíz del triste suicidio de la poetisa. Fue compuesta por el pianista Ariel Ramírez y escritor Félix Luna, ambos argentinos. La canción, que es muy popular en países hispanohablantes, ha sido versionada en múltiples ocasiones, por famosos artistas como Miguel Bosé, Plácido Domingo, Antonio Machín o Shakira.