El publicista y gestor cultural Juan Carlos Monroy debuta como novelista con Yo Maté a Kaulak, una novela a caballo entre la biografía del considerado el padre del retrato fotográfico del XIX, la ficción y, de fondo, una reflexión, en palabras de Monroy, de “vidas que se descubren a sí mismas a través de las vidas de otros y donde las opciones de elegir están condicionadas por las opciones de terceras personas”. La presentación será el sábado 9 de mayo, a las 13.00 horas, en la librería Intepestivos de Segovia
“Yo maté a Kaulak” dibuja la vida del fotógrafo Antonio Cánovas del Castillo y Vallejo, más conocido como Kaulak, a través de los recuerdos de un nonagenario que fue empleado de su laboratorio fotográfico. El testigo del relato es un joven de apenas 17 años que atraviesa la puerta de la madurez al tiempo que va descubriendo su lugar en el mundo. Todo ello transcurre en apenas 6 meses, los últimos 6 meses de la dictadura franquista y en un único lugar, un centro de internamiento para dementes a las afueras de Madrid. Anciano y joven mantienen una estrecha relación de amistad que se va tejiendo poco a poco gracias a las experiencias vitales del viejo con Kaulak a lo largo de su vida e iniciada cuando de adolescente formó parte de la plantilla del estudio del fotógrafo.
Kaulak fue el mejor retratista de estudio del primer cuarto del siglo XX. A tal reconocimiento llegó después de años de andadura política obligado por su ilustre apellido. Nadie podía concebir, en los primeros años del siglo XX, que renunciase a la cómoda posición social y económica que otorgaba la función pública para dedicarse en cuerpo y alma al incipiente oficio de la fotografía. Sin embargo, Antonio Cánovas del Castillo y Vallejo lo hizo, no sin pagar por ello el distanciamiento de su familia. El proceso comenzó con la transformación de su nombre. Dalton Kaulak, primero y simplemente Kaulak después. Tras años de búsqueda de un estilo propio y de su lugar en el gremio de fotógrafos de la capital de España, alcanzó las más altas cotas de reconocimiento a comienzos del siglo XX. Esta realidad ha dado pie a casi 640 páginas de biografía novelada en la que los acontecimientos históricos reales se entrelazan con varias historias ficticias que enriquecen el conjunto de la novela otorgándole un innegable atractivo.
El triángulo formado por la vida de Kaulak, el anciano y el joven construyen una sólida estructura en la que el vaivén de los acontecimientos invita al lector a reconocer la realidad más cercana y a ser partícipe de la más alejada en el tiempo. El continuo ir y venir de los sucesos incita a un viaje a través de los capítulos a través de datos, fechas, lugares y protagonistas que cobran vida en el instante en el que hacen aparición. Este modo de trazar la trama, que el propio autor define como “escritura de sierra”, va cortando el desarrollo con el mismo impulso que lo haría el manejo de una sierra, es decir, de atrás hacia delante. En este vaivén, retazos de historia son trasladadas de su primigenio lugar hacia otro lugar integrándose en la historia, del mismo modo que ocurre con las trazas de madera al cortar madera.
Por otro lado, el valor histórico de la novela queda patente a través de las numerosas citas que aparecen en sus páginas enmascaradas en boca de sus propios dueños o en testimonios cercanos que quienes formaron parte de ellas, en un arduo trabajo de investigación desarrollado por el propio Monroy.
Juan Carlos Monroy
Sobre el autor, Juan Carlos Monroy (Segovia 1970),
es licenciado en Publicidad y Relaciones Públicas por la Universidad Complutense de Madrid y Técnico en Publicidad y Marketing por el Centro Español de Nuevas Profesiones (Madrid). Durante 20 años ha desarrollado su trayectoria profesional como redactor creativo en agencias de publicidad como McCann Erickson, Saatchi & Saatchi o S.C.P.F. donde ha obtenido premios a la mejor creatividad en los festivales más prestigiosos del sector como Cannes (2 leones), Eurobest, FIAP, Festival El Sol o el Premio Ondas a la mejor creatividad en radio. Posee un máster en gestión cultural por la entidad La Fábrica y desde 2014 compagina su labor como gestor cultural independiente con diversas actividades centradas en el ámbito de la creación y la difusión cultural.