No es fácil intentar definir qué género es “La Leyenda de Broken”, de Caleb Carr. De hecho, ya en las primeras páginas me preguntaba seguido qué estaba leyendo. ¿Una novela fantástica? ¿Una novela histórica? ¿O ambas?
La respuesta es extraña. Personalmente creo que “La Leyenda de Broken” (Ediciones B / $ 16.500, aprox.) es una novela de fantasía, pero narrada para parecer una novela histórica. Precisamente así se nos presenta el libro al principio, explicándonos que nos contarán la historia de un imperio, de una civilización que existió en la Tierra hace muchos siglos —de forma contemporánea a otros grandes imperios como el egipcio, por ejemplo—, pero que desapareció sin dejar huella.
El primer elemento fantástico es, por supuesto, el reino de Broken, magníficamente bien construido en la narración, pues Carr no repara en detalles para mostrarnos ese lugar y lo que hay detrás de sus murallas. Todo el texto está plagado de descripciones arquitectónicas, religiosas y monárquicas que hacen que el lector piense que está aprendiendo sobre la historia de un lugar que realmente existió.
El mismo efecto causan las descripciones del bosque que rodea Broken y sus criaturas. Es bastante notable el aura de misterio con que el autor delinea el lugar y la emoción que siente el lector al ver que la narración se traslada hasta allá.
Otro punto a favor es la descripción de personajes, muy carismáticos, con personalidades marcadas y muy bien construidas, aunque —salvo con excepción de una especie de druida u hombre de ciencias que vive en el bosque y que parece tener habilidades de guardabosque de D&D— con pocas características de la literatura fantástica.
Lamentablemente, pese a estos puntos a favor, “La Leyenda de Broken” no genera entusiasmo en la medida en la que uno avanza por sus páginas.
Esto sucede porque el libro es demasiado complejo. Está narrado como una mezcla de novela de aventuras y novela histórica. Ambos estilos están tan cuidados que finalmente no prevalece ninguno sobre el otro, haciendo que ni la acción despegue, ni que la historia se desarrolle correctamente.
De hecho, cuando finalmente el libro parece adquirir un ritmo que pareciera llevarlo al clímax, el autor se centra en los personajes, olvidando totalmente la trama. Así, el lector termina perdiendo el hilo y al final —cuando todo concluye— uno prácticamente choca con el final, como si éste hubiese caído casi por casualidad.
A esto se suma que el libro es excesivamente largo y grueso —884 páginas—, incómodo y casi imposible de trasladar de un lugar a otro.
Desde un comienzo “La Leyenda de Broken” se muestra con una fachada atractiva ante el lector. Una que, sin embargo, se desmorona a poco andar. Un libro interesante, pero que requiere mucha paciencia.