Controversia por la "islamización" de Francia


Le Clézio desaconseja leer la novela Sumisión, de Houellebecq


CARTAGENA.- Jean-Marie Gustave Le Clézio, premio Nobel de Literatura 2008, criticó la novela que encabeza el ranking de ventas en Francia, Sumisión, de Michel Houellebecq, que alerta sobre la aceleración de la islamización de ese país, y pidió abrir las fronteras de Europa.
Al referirse a la novela de Houellebecq, Le Clézio dijo: "No me gusta su título y probablemente no la leeré. No creo que sea un buen mensaje para los franceses decirles que deben tener mucho miedo del Islam".
Desde Colombia, donde participó como invitado de honor de Hay Festival. Cartagena de Indias, que evoca a su homónimo británico, Le Clézio planteó a la agencia de noticias AFP que "en Francia ya tienen una tendencia a ceder al temor", por lo que Sumisión no le parece "una buena idea".
De 74 años, el autor de unas cuarenta obras, entre las que se destacan Desierto, Tempestad El africano, también fue contracorriente al pedir que se abran las fronteras europeas, pese a las voces que solicitan endurecer los controles migratorios tras los ataques de integristas islámicos en Francia.
"No se deberían crear más fronteras. Al contrario, se deberían disminuir para que la gente pueda circular más fácilmente por todas partes", consideró.
"Si pudiese cambiar el mundo acabaría con estos límites sin pensarlo dos veces", afirmó el escritor, que vivió en varios continentes, incluida una inmersión con aborígenes colombo-panameños en su paso por América latina en la década de 1970.
Viajero incansable, de "identidad múltiple" al estar casado con una marroquí, como suele señalar, Le Clézio criticó incluso las restricciones del espacio Schengen -integrado por 25 países europeos-, a las que calificó como una "vergüenza". Afirmó: "Cerramos Europa a África, a Oriente, a América latina: la frontera Schengen no parece buena. Debería suprimirse".
Como solución al islamismo radical, Le Clézio propuso: "Podemos remediar la pobreza y el aislamiento de los suburbios en Francia. Haría falta mayor comunicación. Más allá de eso, no podemos impedir a los locos que sean locos. Basta con que no estén armados".