María Dueñas, una escritora de hierro y sin etiquetas

La autora de «El tiempo entre costuras»


Alérgica a las etiquetas de histórica y mucho más a lo femenino, despegada de los circuitos literarios hasta una edad relativamente alta,organizada y metódica para planear sus libros, pero apasionada a la hora de concebir a los personajes y las tramas. Así se presentó este miércoles la escritora María Dueñas en el Foro Cultural de ABC. Con lleno absoluto de un público muy entusiasta, en el salón de Cajasur en Gran Capitán, la autora de «El tiempo entre costuras» llegó para hablar de sus dos novelas publicadas y también para avanzar algo de«La templanza», que se publicará el próximo 17 de marzo.
La cita, patrocinada por la Fundación Cajasur y Carburos Médica, reunió a muchos lectores, además de al director de ABC Córdoba, Francisco Javier Poyato; el gerente de ABC Andalucía,Álvaro Rodríguez Guitart, y el teniente de alcalde de Cultura, Juan Miguel Moreno Calderón. Comenzó hablando de la concepción de «El tiempo entre costuras» y «Misión olvido». A preguntas del director del Foro Cultural ABC y también escritor, José Calvo Poyato, María Dueñas desveló cómo la segunda en publicarse nació en la cabeza de la autora antes que la primera, que le daría fama internacional. «Fue durante una estancia en Estados Unidos, cuando conocí las misiones de los franciscanos españoles en California», contó. Sin embargo, parte de su familia había residido en Tetuán, en la época del Protectorado español y ello había formado parte, dijo, «de las conversaciones habituales» en casa. Así que decidió empezar su carrera como escritora por ahí, y nació la peripecia de Sira en «El tiempo entre costuras». Entre el público estaba su familia cordobesa, pues sus abuelos eran deVilla del Río.
José Calvo Poyato indagó en personajes reales, como el militar Juan Beigbeder, que fue ministro de Exteriores con Franco, pero terminó destituido. «Era un personaje fascinante, un encantador de serpientes, melómano y amante de la cultura árabe», relató para luego hablar de su relación con su amante, la inglesa Rosalind Fox, que le llevó a ser aliadófilo en la II Guerra Mundial. «Misión olvido», la segunda novela, supuso para María Dueñas una especie de liberación, tras una época en la que tenía que seguir atendiendo su labor de profesora universitaria y compaginarlo con la mucha atención que se le requería tras «El tiempo entre costuras». «Tenía que salir de ahí y fue un soplo de aire fresco», dijo, a pesar de que sus lectores no dejaban de pedirle la segunda parte de su primera novela. «El final estaba abierto, pero lo dejé así sin ninguna intención», afirmó la autora.

Huellas en las misiones

«Misión Olvido» fue, dijo, algo parecido a lo que en el ámbito anglosajón se ha llamado una «novela de campus», porque aparecen los entresijos de la vida universitaria, aunque es mucho más complejo. Contó cómo quiso mostrar las huellas de lo español en Norteamérica, pero también la visión de quienes habían visitado España en otras épocas. Ahí incluyó la historia de las misiones franciscanas, que tanto le habían interesado, esas construcciones que sobrevivían y que tanto recordaban a Andalucía, donde todavía ondeaba la bandera española. María Dueñas habló también de «La templanza», que saldrá esta primavera. El título, como en las dos anteriores, tiene varias lecturas, y alude a la virtud, pero también a unaviña jerezana, porque en esta ciudad andaluza acaba la obra, que empieza en México y continúa en La Habana.
Una buena parte de su intervención, cuajada con abundantes y significativas anécdotas, se dedicó a explicar la forma en que afronta la escritura. En ese sentido, cuando se recrean épocas pasadas, aunque sus obras no sean en sentido estricto novelas históricas, tiene la voluntad de ser rigurosa. «Tengo la sensación de tengo una balanza invisible para evitar que haya un descompensación entre la ficción y la historia», afirmó. María Dueñas es profesora de Literatura Inglesa y de su conocimiento de esta cultura, y también de su propio trabajo universitario, ha obtenido una concepción muy metódica del trabajo: «He aplicado las mismas herramientas que usaba en mi trabajo en la Universidad: planifico y organizo todo». Y así, cuando comienza la novela ya sabe dónde quiere llegar, aunque después irá decidiendo los detalles conforme avance en la escritura.
María Dueñas se resistió a las etiquetas de la narrativa, de forma que no quiso hablar de que sus novelas sean históricas ni de ninguna otra clase, aunque en ellas aparezcan de vez en cuando personas que existieron en la realidad. ¿Y femenina? ¿Es su literatura femenina? Lo plantearon desde el público que llenaba la sala, y no era la primera vez. «Todos los elementos que existen no son suficientes para que sea una novela exclusivamente femenina, y de hecho muchos hombres la han leído y les ha gustado», afirmó, para después decir que «todavía existen muchos prejuicios». La presentación tiene mucho que ver en esa forma de acercarse a sus obras. De hecho contó cómo, al mostrarle a uno de sus hermanos la portada de «El tiempo entre costuras», éste le auguró que iba a triunfar «el Día de la Madre».