LIBRO REVIVE CONMOVEDORA HISTORIA DE NIÑA BOLIVIANA ABUSADA Y ASESINADA


 

“Todos fueron culpables”, de la periodista y escritora Lilian Olivares de la Barra, recrea la dolorosa travesía de Paola Pacajes Canqui, de 10 años, que fue violada y quemada en esta caleta de pescadores, ubicada a tres horas de Copiapó. El relato pone de relieve que los jueces de Familia no consideraron las distintas señales que alertaban del riesgo en que se encontraba la menor. El caso "me marcó en forma especial, porque me cuesta entender como un ser humano puede tener tanta capacidad para sufrir. Pese a todo era una niñita alegre. Me impactó su capacidad de resiliencia”, dice Olivares.

El 28 de febrero de 2011, la niña boliviana Paola Pacajes Canqui, de 10 años, murió en extrañas circunstancias en un incendio que destruyó la casa en la que permanecía en Carrizal Bajo, caleta de pescadores ubicada a tres horas de Copiapó.
En esa ocasión la directora regional del Sename, Paola Pérez Zamora, informó que el deceso de la menor estaba siendo investigado por el Ministerio Público “porque existen sospechas de que se haya debido a un incendio supuestamente intencional, con el que posiblemente se buscaría esconder una grave vulneración de derechos como es el abuso sexual y violación de la que habría sido víctima”.
La Fundación Amparo y Justicia, que dirige Ramón Suárez, conoció la existencia de Paola cuando laUnidad Regional de Atención a Víctimas y Testigos (URAVIT) de Copiapó acudió, a mediados de 2011, a ese organismo en busca de ayuda.
Casi dos años después, la entidad se contactó con la periodista y escritora, Lilian Olivares de la Barra, y la invitó a escribir un libro sobre la historia de esta menor inmigrante.
La profesional, con un destacada trayectoria en el vespertino La Segunda, recorrió Copiapó, Carrizal Bajo, Vallenar, La Serena y Santiago para reconstruir la trama.
Compartió con Mery Canqui, la madre de la niña, que llegó a Chile con sus hijos en busca de mejores condiciones económicas sin imaginar siquiera la dolorosa ruta que debería transitar.
Conoció los relatos de la asistencia social, que logró captar una prueba crucial en la historia, pero fue sancionada, de la jueza que hizo un descarnado “mea culpa”. Conoció al asesino, a la cuidadora de la menor y a la anciana que compartía con ella la habitación cuando en Carrizal Bajo ocurrió la tragedia.
El resultado de la investigación tomó forma en el libro “Todos fueron culpable” (237 páginas), deEdiciones UC, que este jueves fue lanzado en el Centro de Extensión de la Universidad Católica (UC)en una ceremonia encabezada por el rector Ignacio Sánchez y en la que participaron el ministro de Justicia, José Antonio Gómez; el presidente de América Solidaria, Benito Baranda y la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia, María Estela Ortiz.

TRAS SU MUERTE “HUBO JUSTICIA”

Imagen foto_00000012Lilian Olivares reeditó el recorrido de la menor que pasó hambre, mendigó, debió separarse de su madre y sus hermanos (fueron enviados a un hogar), que se vio en la obligación de vivir con una extraña que era su cuidadora. Y que el 28 de febrero de 2011 fue violada y quemada en Carrizal Bajo. El culpable fue Arturo Araya, hijo de Leonor Villalobos, la mujer que tenía su custodia por orden judicial.
Durante el lanzamiento, Olivares remarcó que Paola “habría estado muy contenta de tener esta audiencia” (la Sala Matte estaba repleta). “Afortunadamente después de su muerte hubo justicia”, hizo hincapié. De acuerdo al relato, los jueces de Familia no consideraron las distintas señales que alertaban del riesgo en que se encontraba la menor.
El libro destapa el drama que vive el país: la escasa capacidad de las instituciones para proteger y defender a los niños, niñas y adolescentes víctimas de abuso y maltrato.

“DEBEN LEERLO JUECES Y SICÓLOGOS”


Imagen foto_00000013Lilian Olivares es madre deJosé Antonio y Francisca García y tiene dos nietos:Cristóbal y María José.Indagar la historia de Paola le llegó profundamente, confiesa.
-  Como mamá y abuela, ¿cuán impactante te resultó reconstruir esta historia?
- Mery Canqui necesitaba viajar a su país a buscar los documentos. Ella pertenece a la cultura aymara, tiene una conexión distinta con las cosas; yo no habría podido dejar a mis hijos, por ejemplo. Ella soñó que su hija se metía al mar y le decía que la habían matado. Después le señaló que era un hombre equis. Un día Mery va caminando por la feria y se tropieza con un sujeto, algo le dice que él es. Cuando murió su niña murió sufrió mucho, pero después, a los 46 años, quedó esperando guagua. Sintió que
se la mandaba Paola. Lo que hice, entonces, fue ponerme en su situación, porque ella es una mujer atípica.
- Has reporteado grandes casos e historias. Ésta en particular, ¿qué ha significado para ti?
- Me marcó en forma especial, porque me cuesta entender como un ser humano puede tener tanta capacidad para sufrir. Pese a todo era una niñita alegre. Me impacta su capacidad de resiliencia. En esta historia me metí mucho, los Canqui pasaron a ser parte de mi familia. Cuando el hijo de Mery cumplió un año, que es como el niño que le dejó Paola, yo estuve en la celebración y le regalé la torta de cumpleaños.
- ¿A quiénes está dirigido este libro?
Deberían leerlo los jueces y sicólogos, porque no puede ser que no captaran qué le pasaba a esta niña, cómo la estaban violentando a diario. Como era servil para no provocar conflictos. No quería causar problemas entre su familia real y la cuidadora.