El italiano Domenico Rudatis, al alpinismo le dedicó un libro llamado “Liberazione”, porque para él practicar alpinismo es una forma de liberación, un modo de alcanzar el nirvana. En el libro encontramos muchas referencias, revelaciones y experiencias personales de toda una vida dedicada a la montaña y sobre todo del encantamiento del alpinismo.
“Liberazione”, escrito en italiano y editado en el año 1985, es un libro espiritual, una rareza de la literatura alpinística, una preciosidad que sólo la pueden escribir los veteranos que llevan años recorriendo las montañas y la sienten como otra parte del yo.
“Liberazione” vincula la montaña a objeto de contemplación, lugar de meditación y teatro de acción, donde algunas escaladas son verdaderas experiencias esotéricas y un perfecto medio para la “liberación”, su significado lo es todo.
Domenico Rudatis mezcla las actividades alpinísticas del libro con definiciones, pensamientos, comparaciones de las artes místicas orientales, unión con los antepasados y otros fenómenos telepáticos.
Muy a menudo en el libro sale a relucir la palabra “liberazione” y la famosa frase de Milarepa, más adelante también citado, y que dice: “Caminar por las montañas salvajes es una forma de liberación”.
Indudablemente el libro es una de las más claras respuestas que muy bien refleja que los ingredientes que componen la alquimia paisajística han creado el alpinismo y por qué se escala. Este nos enseña mediante escaladas y narraciones de gran valor, por su alto contenido histórico, que el alpinismo sobre todo es relación con la naturaleza y un desarrollo interior que nos hace sentir como si alcanzásemos el umbral de una nueva existencia, un paso decisivo a la “liberazione” en el que muchos actos en el mundo de la montaña sólo persiguen un final, la liberazione, “liberación” en castellano.
Entre otras frases del libro tenemos esta: “El inicio de una escalada y en especial de una ascensión totalmente ignota, es un momento psicológico especial. No es la separación de dos períodos de tiempo, sino que propiamente es la separación de dos mundos. Se deja el mundo de la vida cotidiana con todas sus banalidades, sus egoísmos y obsesiones políticas, se ahuyenta lo negativo y se entra en un mundo nuevo y purificado en que el amor y la sinceridad prevalecen naturalmente. El inicio de una escalada es una transformación mágica o esotérica donde los primeros pasos realizados adquieren el poder de un exorcismo liberador, es el inicio de un juego divino y la consciencia adquiere una transparencia desconocida. En el encuentro con la montaña se descubre una nueva comunicación, se puede presentir que todo estimula nuestro entusiasmo y escalar es un motivo de arte, es como abrir una puerta de la montaña, atravesarla y junto a la corteza de las verticales paredes escuchar ecos que son preludios de libertad, la mejor melodía que se puede escuchar junto al silencio de las montañas”.
(Texto extraido del libro "La alquimia del alpinismo" de Antonio Garcia Picazo)
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