Biografía de Julián del Casal


Julián del Casal

Julián del Casal y de la Lastra (La Habana, 7 de noviembre de 1863 - 21 de octubre de 1893) fue un poeta y escritor español nacido en Cuba y uno de los máximos exponentes del modernismo, quien ocupa un lugar meritorio dentro del modernismo rubendariano en Hispanoamérica.

Poeta español nacido en la provincia de Cuba. Aunque inició su trayectoria dentro del romanticismo decimonónico, es considerado un precursor de la estética modernista. Nacido en el seno de una familia acomodada, de padre español y madre cubana, perdió a su madre siendo muy niño, y a su padre cuando contaba 22 años; la fortuna paterna se vino abajo y su vida cambió radicalmente. Julián del Casal se encontró sin recursos frente a la vida, tras los estudios que había cursado en el Colegio Belén, y a solas con el caudal de sus inclinaciones literarias y periodísticas.
Modesto empleado de Hacienda, perdió su empleo cuando inició la publicación de La Sociedad de la Habana, cuyo primer capitulo contenía alusiones mordaces para la familia del gobernador; la publicación fue suspendida por orden de las autoridades. Dedicado íntegramente a las letras, vivió primero en un cuarto de la redacción de La Habana Elegante; hizo un viaje de pocos meses a España, donde trabó amistad con Salvador Rueda, y al volver se hospedó en un cuarto de la redacción de El País, por no disponer de medios de subsistencia. Una rotura de aneurisma acabó tempranamente con su vida.
Considerado uno de los precursores del modernismo en la literatura hispanoamericana, Casal incorporó a las letras cubanas y a las de toda Hispanoamérica el tono de una nueva sensibilidad, y fue el creador de algunas nuevas combinaciones métricas que el modernismo generalizó. Maestro del soneto endecasílabo (Pax AnimaeSalomé), intentó también el dodecasílabo y el alejandrino (Profanación); bello ejemplo de verso eneasílabo es Tarde de lluvia, y, de verso en diez sílabas, Horridum Somnium. Casal representa una anticipación del movimiento modernista, que en Cuba fue interrumpido en su desarrollo por la última guerra de independencia.
Casi al final de su vida publicó los tres libros que constituyen sus obras completas: Hojas al viento (1890), todavía con marcada influencia del romanticismo español y francés; el parnasiano Nieve (1892) y, finalmente, Bustos y Rimas (1893), conjunto de prosas y versos en el que se aprecia la influencia de Charles Baudelaire y de Paul Verlaine, y una intuición que preanuncia el modernismo. En este último libro predomina el subjetivismo peculiar de Casal, su alma lírica dominada por la tristeza irreparable, por el ensueño superador de la estrecha y mísera realidad provinciana, monótona y vulgar, que le rodea. Se añade a ello su necesidad espiritual de refinamiento, su aptitud para la expresión tanto de estados de alma como de escenas brillantes de la naturaleza y su progresiva maestría para la factura del verso nuevo.
Julián de Casal conoció a Rubén Darío en 1892, poco antes de morir, por lo que poca pudo ser la influencia rubeniana en su obra; fue más bien Casal quien influyó poderosamente en el alma lírica de Rubén Darlo. Aunque su inspiración enfermiza nos haga recordar a Gustavo Adolfo Bécquer, Julián de Casal no es un posromántico, sino un renovador, maestro de la rima y de las formas métricas que tanto habría de cultivar el modernismo; no se detiene en Heine: pasa por Gautier, Verlaine y Baudelaire, y forja una lírica de inquietud íntima que expresa una angustia de sentido universal desde una oscura habitación de La Habana. Poeta cubano de la angustia, como ha sido llamado, Casal sentía una apasionada inclinación hacia una niña de alma lírica que se llamaba Juana Borrero, a la que cantó en redondillas; como contagiada de la mortal angustia del poeta, la joven murió tres años después que él, a los diecinueve de edad.
La fantasía desbordada de Casal pareció prever los honores que se le habían de rendir después de la muerte (Fatuidad póstuma); Martí y Rubén Darío cantaron su grandeza. Su obra dispersa en El estudiante (periódico manuscrito de su primera juventud), en el semanario La Habana Elegante, en El PaísLa DiscusiónEl Fígaro y La Caricatura, ha sido recogida y publicada recientemente. Ejerció el periodismo con los seudónimos El conde de CamorsHernani y Alceste.