Walt Whitman
Allí
se despertó su afición por el periodismo, interés que le llevó a
trabajar en varios diarios y revistas neoyorquinos. Nombrado director
del Brooklyn Eagle en 1846, permaneció en el cargo sólo dos años debido a
su disconformidad con la línea abiertamente proesclavista defendida por
el periódico. Su afición por la ópera (género que influyó enormemente
en su obra poética) le permitió coincidir en una noche de estreno con un
dirigente del periódico de Nueva Orleans Crescent, quien lo convenció
para que dejara Nueva York y aceptase una oferta para trabajar en el
diario.
Durante el viaje hacia al Sur, que emprendió
en 1848, tuvo la oportunidad de contemplar una realidad, la de
provincias, para él totalmente desconocida y que, en definitiva, sería
decisiva para su carrera futura. Por todo este conjunto de experiencias,
cuando regresó a Nueva York, unos meses después, abandonó el periodismo
y se entregó por completo a la escritura.
La primera edición de su gran obra, sin embargo, no vio la luz hasta 1855. Esta primera edición de Hojas de hierba
(Leaves of grass) (habría otras ocho en vida del poeta) constaba de
doce poemas, todos ellos sin título, y fue el propio Whitman quien se
encargó de editarla y de llevarla a la imprenta. De los mil ejemplares
de la tirada, Whitman vendió pocos y regaló la mayoría, uno de ellos a
Ralph Waldo Emerson, importante figura de la escena literaria
estadounidense y su primer admirador. Su crítica, muy positiva, motivó a
Whitman para seguir escribiendo, a pesar de su ruinosa situación
económica y de la nula repercusión que, en general, habían tenido sus
poemas.
Al año siguiente apareció la segunda edición
y, cuatro años más tarde, la tercera, que amplió con un poema de
presentación y otro de despedida. La noticia de que su hermano George
había sido herido, al comienzo de la Guerra Civil, le impulsó a
abandonar Nueva York para ir a verle a Fredericksburg. Más tarde se
trasladó a Washington D.C. donde, apesadumbrado por el sufrimiento de
los soldados heridos, trabajó voluntariamente como ayudante de
enfermería. Tras el fin de la contienda, se estableció en Washington,
donde trabajó para la Administración. Allí publicó varios ensayos de
contenido político, en los cuales defendía los ideales democráticos,
pero rechazaba el materialismo que, a su juicio, impregnaba la vida y
las aspiraciones de la sociedad estadounidense.
Aquejado de varias enfermedades, en 1873 se
vio obligado a abandonar Washington y trasladarse a Camden, en Nueva
Jersey, donde permaneció hasta su muerte. Dedicó los últimos años de su
vida a revisar su obra poética, y a escribir nuevos poemas que fue
incluyendo en las sucesivas ediciones de Hojas de hierba.
Whitman
fue el primer poeta que experimentó las posibilidades del verso libre,
sirviéndose para ello de un lenguaje sencillo y cercano a la prosa, a la
vez que creaba una nueva mitología para la joven nación estadounidense,
según los postulados del americanismo emergente. El individualismo, los
relatos de sus propias experiencias, un tratamiento revolucionario del
impulso erótico y la creencia en los valores universales de la
democracia son los rasgos novedosos de su poética; en línea con el
romanticismo del momento, propuso en su poesía una comunión entre los
hombres y la naturaleza de signo cercano al panteísmo. Tanto por sus
temas como por la forma, la poesía de Whitman se alejaba de todo cuanto
se entendía habitualmente por poético, aunque supo crear con los nuevos
materiales momentos de hondo lirismo.