Arturo Onofri .- La mañana


Siente el sabor del aire esta mañana,
un sabor a hierba y a naranja,
como los jardines de una fábula
que duermen todavía embalsamados
en nuestra infantil memoria.

Refresca tu gesto alegre
la sombra oscilante del sauce;
inconscientemente te mueves
como las curvas lejanas de las montañas
que el viento circunda y tiñe de azul.

Pero tu dulce brío quizás alude
al aliento de nieve irreal
que exhalan hasta aquí abajo
los países que oculta el sol
en las lejanías heladas.

No canta ni un pájaro,¡y somos tan felices!
Una chispa salta del corazón del guijarro
que tu paso lanza sin detenerse,
mientras que la hierba absorta
gira y tiembla súbita
el soplo que dormía.

¿Oyes? Ésta es la voz
que el oído no entiende
sino sólo el despertar de tu silencio
entregado al sueño celeste de la música.
Ésta es la mañana
color de mi escalofrío.

Y yo con palabras inocentes
voy como palpando
los fugitivos contactos de estos momentos con el cielo:
son además saludos de amor,
 bella atmósfera de una felicidad silenciosa
reflejada en el contorno de nuestro horizonte.



Cuadro: Andrea Tavernier, Mañana otoñal.