¿Y si los mapas que conocemos no fuesen verdad?

El matemático flamenco Gerhard Kremer, más conocido por Gerardus Mercator, fue quizás el más grande de todos los «hacedores de mapas». No obstante, su legado está hoy en entredicho


Desde Colón y Magallanes a los exploradores de El Dorado, descubridores y aventureros produjeron un caudal de información que creó una ingente masa de trabajo para los cartógrafos del siglo XVI. Si el reto de explorar nuevos territorios era enorme, no era mucho menor el de representarlos con los rudimentarios medios de la época, lo cual no fue obstáculo para que algunos de ellos, como Gerardus Mercator, alcanzasen el grado de maestros.
Mercator, nacido un 5 de marzo de 1512, hace hoy justo 503 años, —efeméride que Google recuerda en un nuevo «doodle»—, fue quizás el más grande de todos los «hacedores de mapas». El matemático flamenco, venido al mundo como Gerhard Kremer, consiguió una más perfecta representación plana de la Tierra basada en la proyección de un cilindro tangente al ecuador esférico, y dio el nombre de Atlas a un libro formado por un conjunto de mapas. La suya fue una vida apasionante en un mundo que parecía salir de un largo letargo y bullía de ideas y creatividad.

GERARDUS MERCATOR
Mapa de Europa realizado por Gerardus Mercator en 1589
En 1541, Gerardus Mercator trazó sobre un mapamundi las líneas que ayudaban a los navegantes a encontrar más fácilmente la ruta. En 1569 logró transportar éstas líneas de su globo terráqueo a un plano, dando, sin ni siquiera salir de su estudio, un paso de gigante en la historia de la navegación marítima.

Un legado en entredicho


Gerardus Mercator, doodle de Google
La representación del mundo de Mercatorpervive hasta nuestros días, si bien no es completamente fiel a la realidad, ya que da a las potencias del hemisferio norte un tamaño mayor al real. Basta con mirar la extensión de Europa y Sudamérica y luego observar el dibujo de Mercator para darse cuenta fácilmente de que no hay correlación entre las cifras y los tamaños. Estos dos continentes parecen similares y, sin embargo, Sudamérica es en realidad bastante más grande que Europa, que ocupa una extensión de 10.530.751 km cuadrados por los 17.824.296 km cuadrados sudamericanos. O por poner otro ejemplo, África y Groenlandia parecen casi iguales, cuando en realidad el primero es catorce veces el segundo.
Por ello, la proyección de Gerardus Mercator cuenta hoy en día con numerosos detractores, como la Unesco o muchas ONG, que proponen el mapa de Peters (o Gall-Peters), que ajusta mucho más fielmente las áreas de los continentes. Para los críticos, esta desproporción crea prejuicios y perpetúa una concepción eurocéntrica u occidentalcéntrica.
También hay otro aspecto engañoso que hay que mencionar del mapa de Mercator: los países no están donde creemos que están. Europa y Norteamérica deberían estar mucho más al norte de donde están. Aparecen centrados en el mapamundi, prácticamente en el ecuador, cuando están muchos más grados hacia el norte.
Aún así, el mapa de Mercator sigue siendo el más popular, no solo porque su gran éxito inicial haya anulado a sus rivales, sino porque calcula bien las distancias en los rumbos de Europa hacia América y porque tampoco ninguna de sus alternativas, más de 400, es fiable al 100 por cien.

Representación de Gall-Peters