Sherlock Holmes, primer friki de la historia
Psicólogo, criptógrafo, criminólogo, científico, apasionado. A estas cualidades añada el egocentrismo, la soberbia y escasas habilidades sociales. Una descripción que podría corresponder con lo que hoy se conoce como un friki. Alguien que sabe de todo, pero con problemas para relacionarse. Ahora viene la sorpresa: las características citadas corresponden a Sherlock Holmes, uno de los personajes literarios más queridos y cuya influencia ha sido vital en la novela de detectives.
Creado en 1887 por Arthur Conan Doyle, Holmes se encargó durante cuatro novelas y 56 relatos de dignificar la figura del raro, del señalado por dedicar su vida a su pasión. Y gracias a ello su influencia en personajes actuales como el Sheldon de The Big Bang Theory ha sido fundamental
Psicólogo, criptógrafo, criminólogo, científico, apasionado. A estas cualidades añada el egocentrismo, la soberbia y escasas habilidades sociales. Una descripción que podría corresponder con lo que hoy se conoce como un friki. Alguien que sabe de todo, pero con problemas para relacionarse. Ahora viene la sorpresa: las características citadas corresponden a Sherlock Holmes, uno de los personajes literarios más queridos y cuya influencia ha sido vital en la novela de detectives.
Creado en 1887 por Arthur Conan Doyle, Holmes se encargó durante cuatro novelas y 56 relatos de dignificar la figura del raro, del señalado por dedicar su vida a su pasión. Y gracias a ello su influencia en personajes actuales como el Sheldon de The Big Bang Theory ha sido fundamental
Así lo recoge Daniel Tubau en su libro No tan elemental (Editorial Ariel), en el que trata en poco más de 300 páginas de analizar el método Holmesiano, es decir, las claves utilizadas por Holmes para resolver sus casos.
El propio autor reconoce a El Confidencial ese punto ‘nerd’ del personaje. “Es un raro. Un verdadero raro. Un friki. Un 'geek'. Es extravagante. Eso lo refleja muy bien la serie de la BBC. Para muchos el Sherlock Holmes clásico es sólo un señor victoriano y se perdía la rareza, pero era un tío extravagante que tocaba el violín, se inyectaba cocaína…”, explica Tubau que cree que ahora ser friki es de lo más normal.