«Me interesa la psicología del crimen, no la política»

La autora de la serie de novelas negras "Alfabeto del crimen" acaba de lanzar la W de su particular abecedario

«Soy apolítica», afirma la creadora del «alfabeto del crimen», una de las sagas de género negro de más éxito en el mundo, Sue Grafton, que recientemente presentó en Valencia su última novela, W de Whisky.

Irradia salud y la sensación de una vida placentera: la que le permite el éxito mundial de las 24 novelas de su alfabeto del crimen, iniciado en 1982. Sue Grafton presenta nueva novela de su serie: W de Whisky (Tusquets). Y tiene ya entre manos la de «X». Le faltarán dos para completar el abecedario, pero no tiene nada pensado. Lo que venga después, con o sin la detective Kinsey, le queda lejos.


¿En el siglo XXI, no cambiaría la «C» de cadáver por corrupción?
Oh, ¡quizás sí! Porque además las novelas de misterio suelen tratar de asesinatos y en el mismo centro de estos suele haber corrupción. 



¿Defiende una novela negra más clásica, con menos contenido político y social? 
A mí lo que me interesa es la psicología del crimen, no la economía o la política que hay detrás. De hecho, soy apolítica.



Como los asesinatos que investiga Kinsey, sus novelas no son pretenciosas. ¿Hay demasiada elocuencia y ego en la literatura actual?
Bueno, creo que en la narrativa lo más importante es la historia, más que el personaje. En algunos aspectos, yo soy Kinsey y hay algo de mí en ella, pero lo que predomina es la historia. 



Su éxito viene de una gran infelicidad, ha dicho en alguna ocasión. ¿El éxito borra la infelicidad? 
Oh, mi vida personal es fantástica ahora [ríe]. Soy muy feliz, tengo una familia, dos casas –una en Kentucky, otra en Santa Barbara–, un gato, buena salud, también mi marido la tiene, y un bisnieto de seis meses. Y escribir es otra fuente de felicidad. Siempre que vaya bien, claro. 



Pero su pasado no es tan feliz, ¿no? Es hija de un novelista frustrado. ¿Aprendió de ese fracaso?
Mi padre era fiscal, pero siempre tuvo una gran pasión por las novelas de misterio. De hecho, escribió tres y su sueño era dejar los temas de leyes y triunfar en la literatura, pero nunca pudo hacerlo. 



¿Y es verdad que empezó a escribir novelas de asesinatos pensando en cómo acabar con un exmarido?
¡Exacto! Mi segundo marido. Solía pasar las noches despierta imaginando las posibles maneras de acabar con él. Por eso al final decidí escribir cómo hacerlo. 



¿Kinsey no es un personaje masculino vestido de mujer: no cocina, no le importa su aspecto, dice tacos...? 
[Ríe] Creo que en realidad es muchas mujeres. Hay muchas que deciden llevar una vida más sencilla, sin cocinar, limpiar ni tener hijos... Es quizá una manera más moderna de vivir. 



No creo que Kinsey sea feminista. ¿Usted lo es? 
No mucho. Veo muchas mujeres fuertes e independientes, y creo que eso es más bien la naturaleza de la mujer, no que sea feminista o no. 



Oiga, hay poco sexo en Kinsey y su alfabeto del crimen. ¿Qué le parece el fenómeno actual de la novela erótica para mujeres?
Bueno, yo soy demasiado decorosa y Kinsey, la protagonista de mis libros, es una profesional de la investigación, que es lo que a mí me interesa, no su vida sexual. 



¿Y Kinsey es el personaje ideal para tiempos de crisis, dada su tacañería? 
Bueno, ella lleva una vida muy simple. Ella decide para quien trabaja y lleva una vida muy austera, con poca ropa, una casa pequeña...



¿Sus novelas son una reivindicación de la otra América frente a la sobreexposicion de Nueva York? 
Sí, puede ser. No sé cuántos autores de novela negra hay en Nueva York, que sí, es el centro de publicaciones del mundo, pero hay escritores de misterio en cualquier rincón.

TEXTO DE ALFONS GARCIA FOTO DE JOSÉ ALEIXANDRE