Salta, Argentina.
“Para viajar lejos no hay mejor nave que un libro”. Esta frase de la poeta estadounidense Emily Dikinson resume el sentido –y la importancia- que la lectura tiene para quienes se sumergen en ella. Y las bibliotecas son espacios como detenidos en el tiempo que atesoran historias, cuentos, textos académicos, reflexiones, y todo tipo de publicaciones que alimentan la imaginación y nutren el conocimiento. A las bibliotecas oficiales y populares que están ubicadas en diferentes barrios de la ciudad, se le suman los espacios independientes que destinan uno de sus cuartos para exponer libros y fomentar la lectura.
Venta e intercambio de libros en el Túnel 46
En el Túnel 46, una sala cultural que desde el año pasado funciona en la calle 25 de Mayo 46, hay una biblioteca de consulta, donde se pueden leer, comprar y vender ejemplares. “Los libros son una parte esencial del Túnes 46 porque entendemos que una sede cultural tiene que fomentar la circulación de conocimiento y tiene que ser motivadora de ideas”, destaca el director del Túnel, Idangel Betancourt.
Desde hace unos meses en 25 de Mayo se puede visitar la biblioteca donde se encuentran editoriales de Psicología y Psicoanálisis, que son difíciles de conseguir, también libros de Eloisa Cartonera y el Suri Porfiado. Además, en enero se implementó una nueva actividad entorno al intercambio de libros. Todos los días, en la vereda, hay un buzón donde el transeúnte puede dejar un compendio y llevarse otro.
“La idea es que se genere un punto de intercambio y para eso necesitamos de entusiasmo de todos los lectores”, agrega el también escritor y director teatral. Un complemento ideal a la biblioteca de consulta es el taller de escritura creativa que se desarrolla todos los lunes, a las 20.30, a cargo de Betancourt, donde, a través de la lectura, se desarrolla la redacción. “Es en la palabra, en el lenguaje donde circula la cantidad de humano que podemos llegar a ser”.
Arte y lectura
“Diente de León” es el nombre de la biblioteca especializada en teatro, títeres y literatura que desde el año pasado funciona en La Ventolera –O’ Higgins y Mitre-. La sala está abierta los días martes, miércoles, jueves y viernes de 10 a 13 y martes de 18 a 21. En la sala hay textos para adultos y especialmente para niños, también materiales discográficos de los músicos que tocaron en el espacio cultural.
“La característica de ´Diente de león’ es que la persona interesada en leer su material puede asociarse a la biblioteca. Esta herramienta le da la posibilidad de llevarse el libro a la casa durante una semana y después devolverlo. También se reciben donaciones de libros relacionados a la temática del espacio de lectura”, cuenta Carmen Ruiz de los Llanos, asistente técnica de la biblioteca.
Por otro lado, en la avenida Reyes Católicos 1677, en el barrio Tres Cerritos abrió sus puertas Altazor, un café literario. El ambiente es agradable y muy cultural. Tiene un repisa con libros y aunque es nuevo la idea es que sea un lugar para tomar algo mientras se disfruta de la lectura.
Desde 2008, Natalia Rosenblum dicta diversos talleres de escritura creativa donde los alumnos comparten la lectura de publicaciones y redactan textos a partir de una consigna marcada por la docente.
Natalia cuenta que al principio dictaba clases para abuelos pero que al poco tiempo captó también al público infantil. Los cursos son cuatrimestrales y arrancan en marzo en diferentes modalidades: cuento enmarcado, escritura creativa, literatura de viajes y taller de narrativa. Los interesados en participar pueden consultar en enlostalleres@gmail.com.
En Facebook también se encuentra el grupo Taller de Escritura, que dicta clases presenciales y virtuales. La plataforma está abierta a quienes quieran incribirse y tomar clases.