Jakob Boehme
(24 de abril de 1575, Alt Seidenberg, cerca de Görlitz † 17 de noviembre de 1624, Görlitz) Fue un místico y teósofo luterano alemán. Además de trabajar como
maestro zapatero desde 1599 y como tratante de hilos desde 1613 en
Görlitz, Böhme fue un buen conocedor de la Biblia luterana que
además se ocupó siempre con la lectura de textos místicos y tratados
sobre ciencias naturales, entre otros con la obra del médico Paracelso (1493-1541). Su primera obra, escrita en 1612, Aurora, das ist: Morgenröthe im Aufgang und Mutter der Philosophie (Aurora o la llegada del amanecer y la madre de la filosofía),
y difundida en versiones manuscristas, fue confiscada y se le prohibió
escribir más obras. A pesar de ello, Böhme escribió desde el año 1919
otros 32 escritos y cartas, entre ellos Beschreibung der drey Principien göttliches Wesens (Descripción de los tres principios del ser divino, 1619), Psychologia vera (1620), Mysterium Magnum (1623), Sex puncta theosophica (1620), Clavis (1624) y Der Weg zu Christo (El camino hacia Cristo, 1624), este último el único de sus escritos que, sin saberlo el propio Böhme, le fue publicado en vida.
En Aurora,
Böhme, que se creía inspirado por el propio Espíritu Santo, refleja
visiones y experiencias, en un lenguaje ciertamente misterioso, y que
encuadra dentro de tres categorías: la filosofía trata de la existencia
de Dios y del cosmos creado por Él; la astrología de las fuerzas de la
naturaleza y de sus buenos y malos efectos; y la teología de la lucha
del reino de Dios en la naturaleza. En la Beschreibung (Descripción),
Böhme se cuestiona la disputa continua entre el Bien y el Mal aunando
en Dios mismo este principio dialéctico. En esta lucha, en la que el
hombre es libre de elegir uno u otro bando, Cristo ocupa un lugar
decisivo. En el Mysterium se recrea la historia de la creación
(el Génesis) de manera alegórica, exponiendo reflexiones antropológicas,
ético-sociales y lingüístico-filosóficas, a las que subyace la idea de
integrar el lenguaje humano en la eterna palabra de Dios.
Böhme se
mueve dentro de la esfera de los que luchaban por una mayor libertad de
pensamiento dentro del luteranismo, una vez que éste, superado el
movimiento de la revuelta, cayó en la fase institucional. Su mentalidad
es monístico-emanacionista, neoplatónico-cristiana y
racionalístico-mística, por lo tanto, difícil de definir. Identificaba
en la creación, el libre don electivo de la voluntad con la fuerza
irresistible de la naturaleza, el proceso trinitario de la misma vida de
Dios con el proceso creador del mundo, la encarnación con la creación,
la creación de las ideas intelectuales en el Verbo con la creación de
las cosas en el mundo, el retorno natural de las cosas a Dios con el
retorno sobrenatural por la obra de Cristo. Lo que parece más original
en el pensamiento de Böhme es la acentuación de la contradicción como
algo esencial a toda la vida y, sobre todo, a la misma vida divina.
Contradicción que no debe identificarse con el dualismo de Lutero.
Según
qué aspectos de su pensamiento se consideren, Böhme puede ser
calificado como católico, por el respeto a la Virgen; como luterano, por
la primacía de la fe; como panteísta, por su afirmación de la
omnipresencia del ser divino, e incluso como maniqueo, por su continuo
enfrentamiento de los contrarios. Lo que sí es cierto es que influyó
poderosamente en el pietismo, en el pensamiento teológico-filosófico del
protestantismo y, a través de éste, en el Romanticismo alemán.
Los
escritos de Böhme influyeron de manera decisiva en el movimiento
pietista del siglo XVIII, especialmente en Holanda e Inglaterra, y
fueron muy apreciados por los románticos alemanes. Böhme, llamado por
sus coétaneos "Philosophus Teutonicus", fue considerado por Hegel como el primer filósofo alemán.
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