Pedro Muñoz Seca
Pedro Muñoz Seca (Puerto de Santa María, 20 de febrero de 1881 + Paracuellos del Jarama, 28 de noviembre de 1936) se convirtió durante los años
20 y 30 del siglo XX en uno de los autores con más éxito
y más representativo del teatro de principios de siglo, equiparable
a otros autores de su época como los hermanos Joaquín y Serafín Álvarez
Quintero, Carlos Arniches, e incluso, al Premio Nobel de Literatura, Jacinto
Benavente.
- El estallido de la Guerra Civil le sorprende en Barcelona tras el estreno de La tonta del rizo el 17 de julio de 1936. Pocos días después del Alzamiento, es detenido y trasladado a Madrid. Fue fusilado en Paracuellos del Jarama el 28 de noviembre de ese mismo año
Muñoz Seca nació en El Puerto de Santa María (Cádiz)
el 21 de febrero de 1879 en el seno de una numerosa familia. Respecto
a su fecha de nacimiento, el propio autor creó un equívoco
situándola en 1881 por su peculiar afición a los números
capicúa. Los estudios primarios los realizó en el Colegio
de San Luis Gonzaga, perteneciente a los Padres Jesuitas, donde fue compañero
de estudios de Juan Ramón Jiménez y Fernando Villalón.
Una vez finalizados sus estudios en El Puerto se trasladó a
Sevilla, donde cursó Filosofía y Letras y Derecho concluyéndolos
en 1901.
Durante esta época de estudiante, Muñoz Seca ya demostró inquietudes
artísticas estrenando entre 1898 y 1899 las primeras obras de
teatro en su ciudad natal: República estudiantil, Un
Perfecto de pasivas o El señor de
Pilili. Será en el último año del siglo XIX
coincidiendo con su estancia sevillana cuando el joven autor teatral
ponga en escena Las Guerreras, en el Teatro
del Duque.
Finalizados sus estudios universitarios, el autor se trasladó a
Madrid movido por dos objetivos: obtener el título de Doctor en
Derecho y abrirse camino en el mundillo teatral. Al poco tiempo de establecerse
en la capital de España comenzó a trabajar impartiendo
latín, griego y hebreo entrando posteriormente en el bufete de
D. Antonio Maura.
En una de las tertulias a las que habitualmente asistía, Muñoz
Seca conoció a Sebastián Alonso con quien estrenó El
contrabando en el Teatro Lara en 1904. En 1908 consiguió un
puesto en la Comisaría General de Seguros, dependiente del Ministerio
de Fomento. Poco después contrajo matrimonio con Dª. Asunción
Ariza Díez de Bulnes, con quien tuvo nueve hijos.
Paralelamente, el comediógrafo comenzó a colaborar en
revistas que se encontraban entre la prensa más prestigiosa de
España a principios de siglo: “Blanco y Negro”, “La
Ilustración Española y Americana” y “Nuevo Mundo”.
A partir de 1911, la figura de Muñoz Seca se consolida como autor
teatral y empieza a colaborar con diversos autores destacando entre ellos
Pedro Pérez Fernández a quien conoció en 1911. La
primera obra conjunta de los dos se tituló Por
Peteneras y la colaboración de ambos se sitúa por
encima de las 100 obras. Otro colaborador importante será Enrique
García Álvarez. En 1914 estrenan Fúcar XXI, obra
escrita en común por los tres autores.
En el teatro de Muñoz Seca se va perfilando una peculiar forma
de hacer comedia: el astracán o astracanada,
subgénero que exagera y deforma hasta lo increíble los
rasgos cómicos utilizando todo tipo de recursos con el único
fin de hacer reír. Se considera al autor portuense su creador.
Se iran sucediendo estrenos y éxitos importantes: Trampa
y Cartón (1912), El roble de la
Jarosa (1915), Los cuatro Robinsones (1917), El
rayo (1917), etc.
La venganza de don Mendo con el subtítulo
de
“caricatura de tragedia en cuatro jornadas, escrita en verso, con
algún que otro ripio”, se estrenó el 20 de diciembre
de 1918 en el Teatro de la Comedia. Es la obra maestra de Muñoz
Seca y parodia al teatro romántico, tan en boga en los escenarios
españoles de principios de siglo. De esta genial obra merece destacarse
la calidad y variedad de la versificación y el gran dominio de
los recursos humorísticos.
Tras el estreno de La venganza de don Mendo,
su popularidad alcanzó las cotas más altas y su producción
teatral fue muy abundante, cosechando grandes éxitos: La
pluma verde (1922), Los chatos (1924), La
tela (1925), Los extremeños se tocan (1927) “opereta
sin música pero con cantables y evoluciones”; todas estas
obras en colaboración con Pérez Fernández. En su
obra hay una cierta evolución porque abandona el costumbrismo
de los Quintero y se afianza en la astracanada con cierto acercamiento
a la alta comedia.
Muñoz Seca, monárquico convencido y con amistad con Alfonso
XIII, no ocultó su postura tras el advenimiento de la II República
en 1931. El número de obras estrenadas disminuye, pero no el éxito: La
Oca (1931), La voz de su amo (1933), Anacleto
se divorcia (1932), La EME (1934), La
plasmatoria (1935). En estas obras predomina la alta comedia astracanada
y la comedia de salón con elementos culturales, posiblemente en
respuesta a la crítica.
El estallido de la Guerra Civil le sorprende en Barcelona tras el estreno de La tonta del rizo el 17 de julio de 1936. Pocos días después del Alzamiento, es detenido y trasladado a Madrid. Fue fusilado en Paracuellos del Jarama el 28 de noviembre de ese mismo año.
El estallido de la Guerra Civil le sorprende en Barcelona tras el estreno de La tonta del rizo el 17 de julio de 1936. Pocos días después del Alzamiento, es detenido y trasladado a Madrid. Fue fusilado en Paracuellos del Jarama el 28 de noviembre de ese mismo año.
Ni la férrea crítica de su tiempo ni la posterior niegan
el ingenio, la gracia inimitable, la capacidad de comunicación
y su dominio de la “carpintería teatral” en la que fue
un auténtico maestro. La gran aportación del teatro de
Muñoz Seca está en la ruptura que supone el astracán
y en el precedente del teatro del absurdo que se desarrollará en
la posguerra española gracias a figuras como Miguel Mihura, Jardiel
Poncela, ...
www.fundacionpedromunozseca.org/
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