María Mendoza de Vives
Poetisa y narradora española (Ardales, Málaga, 19 de diciembre de 18212 + Barcelona, 21 de febrero 1894).
Por la riqueza y variedad de su obra, está considerada como una de las
autoras más sobresalientes de la literatura española femenina de la
segunda mitad del siglo XIX.
Vida
A pesar de haber nacido en el seno de una familia acomodada (su padre era el médico Juan Mendoza Rico), no recibió ninguna instrucción académica durante los primeros años de su infancia, ya que su madre (Luisa Agustín Méndez) se negó incluso a que aprendiera a escribir. Pero, tras el fallecimiento de ésta, acaecido en 1834, la joven María pudo dar rienda suelta a su innata vocación humanística y comenzó a dedicarse al cultivo de la creación literaria, para dar a conocer sus primeros poemas en los medios de comunicación de su ámbito local, a partir de 1839. Claramente influida por la corriente estética del momento, esta inicial producción poética de María Mendoza Méndez vio la luz entre las páginas de El Guadalhorce (de Málaga) y La Alhambra (de Granada), dos publicaciones inmersas en el romanticismo que, a la sazón, estaba en boga en toda Europa.
A pesar de haber nacido en el seno de una familia acomodada (su padre era el médico Juan Mendoza Rico), no recibió ninguna instrucción académica durante los primeros años de su infancia, ya que su madre (Luisa Agustín Méndez) se negó incluso a que aprendiera a escribir. Pero, tras el fallecimiento de ésta, acaecido en 1834, la joven María pudo dar rienda suelta a su innata vocación humanística y comenzó a dedicarse al cultivo de la creación literaria, para dar a conocer sus primeros poemas en los medios de comunicación de su ámbito local, a partir de 1839. Claramente influida por la corriente estética del momento, esta inicial producción poética de María Mendoza Méndez vio la luz entre las páginas de El Guadalhorce (de Málaga) y La Alhambra (de Granada), dos publicaciones inmersas en el romanticismo que, a la sazón, estaba en boga en toda Europa.
Apenas
contaba veinte años de edad cuando, en 1841, contrajo matrimonio con el
abogado y magistrado Ramón Vives y Torrebadella, a quien acompañó en
los diferentes destinos que fue ocupando por varios lugares de Cataluña.
Fruto de esta unión conyugal fueron las niñas María (que, al cabo de
los años, se casó con el abogado José Bahy, y, posteriormente, con Juan
Mañé y Flaquer, director de El Diario de Barcelona) y Montserrat
(que acabaría siendo esposa del Gobernador Militar de Murcia). De la
educación de ambas hijas se ocupó personalmente la propia escritora
malagueña, sin permitir que asistieran a escuela alguna.
Instalada
definitivamente en Barcelona, entró en contacto directo con las
principales personalidades de la cultura catalana, ciudad donde su
familia gozaba de una destacada posición social. Ello no impidió que
María Mendoza entablara relación con algunas de las más conspicuas
representantes del feminismo literario barcelonés, en cuyos proyectos y
asambleas tomó parte de forma activa. No obstante, pronto hubo de
abandonar esta militancia para acompañar a su esposo a su nuevo destino,
pues en 1863 don Ramón Vives fue nombrado Fiscal de Su Majestad en la
Audiencia de Manila. Hasta allí marchó el matrimonio en compañía de una
de sus hijas, y en la capital filipina residieron los tres hasta 1865,
año en el que falleció el magistrado.
Tras haber enviudado, María
Mendoza Méndez regresó con su joven hija a Barcelona, donde su vida
transcurrió sin mayores novedades durante un cierto tiempo (en general,
durante estos períodos signados por las dificultades se refugió en un
discreto silencio, sin dar a la imprenta ninguna obra). Según algunos
estudiosos de la literatura española decimonónica -aunque este dato no
ha podido ser verificado con documentación oficial-, poco después se
casó en segundas nupcias y se trasladó a la capital de España, donde
pronto gozó del mismo prestigio literario que se había granjeado en
Barcelona (se honró, entre otras, con las amistades de las escritoras Dolores Gómez de Cádiz).
En
efecto, ya en 1859 había triunfado como escritora en unos juegos
florales celebrados en la Ciudad Condal, donde fue nombrada Reina de las
Fiestas. A partir de entonces, su trayectoria literaria quedó jalonada
por una larga sucesión de premios y distinciones, entre los que resulta
obligado destacar la "Amapola de Oro" de la Asociación Literaria de
Gerona (1875), obtenida por su poema "Un velatorio. Recuerdos de
Andalucía"; y el "Jazmín de Oro", concedido, a guisa de primer premio,
en el certamen convocado por la Real Academia Española para festejar las
bodas reales de María de las Mercedes (el poema premiado, que llevaba por título "Una página de gloria", era un relato de la conquista de Mallorca por parte de Jaime I).
No
es de extrañar que estos galardones y homenajes, sumados a su constante
presencia en los principales periódicos y revistas del país,
convirtieran a María Mendoza Méndez en una de las figuras femeninas más
relevantes de su época, admirada y admitida en algunas sociedades
culturales en las que no era frecuente la concurrencia de mujeres (v. gr.,
la Real Academia de Buenas Letras y la Asociación Filomática, ambas de
la Ciudad Condal). No obstante, el paso del tiempo y la evolución de las
modas estéticas provocaron que su legado literario fuera cayendo poco a
poco en el olvido, hasta el punto de que, al morir la escritora
malagueña en 1894, llevaba ya varios años alejada de cualquier círculo
intelectual.
Obra
En Barcelona dio a
la imprenta María Mendoza de Vives la mayor parte de sus libros, aunque
su obra literaria abarca mucho más papel del contenido en estos tomos,
pues hay que considerar la enorme cantidad de poemas y relatos que fue
dejando dispersos en los diferentes periódicos y revistas de todo el
país. Empezó colaborando, como ya se ha indicado más arriba, en El Guadalhorce (de
Málaga), donde dejó estampados los siguientes poemas: "Romance" (24 de
marzo de 1839), "A una fuente" (28 de abril de 1839), "El anciano" (12
de mayo de 1839), "El porvenir" (2 de junio de 1839), "A mi madre" (23
de junio de 1839), "A un bosque" (14 de agosto de 1839), "Mi esperanza"
(6 de octubre de 1839), "Una noche. Meditación" (5 de abril de 1840),
"Elvira. Canto" (26 de abril de 1840), "Una Inés por otra Inés. Romance"
(1 de julio de 1840), y "Al mar" (4 de octubre de 1840).
Simultáneamente a la aparición de estas últimas entregas, la escritora
malagueña fue enviando otras colaboraciones a La Alhambra (de
Granada), entre las que destacan las tituladas "Mis ilusiones" (6 de
octubre de 1839), "A la noche" (8 de diciembre de 1839), y "Bello es el
mundo, mágica la vida..." (16 de febrero de 1840).
Posteriormente, ya instalada en la capital de Cataluña, publicó varios escritos en el Diario de Barcelona, donde vio la luz por vez primera su famosa narración legendaria Brígida (1851). Además, allí mismo publicó también los folletines Hijo por hijo. Narración de un suceso (1862), Preferencias de un padre, Cataluña (12 de mayo de 1882) y El Conde de Teba. En la revista La Floresta
(de Barcelona) dio a conocer sus poemas "La primavera" (10 de mayo de
1857) y "La mendiga y la golondrina" (19 de julio de 1857), y en El Semanario Familiar Pintoresco, también de la Ciudad Condal, publicó una leyenda bíblica titulada La buena hija (1879). Además, colaboró en otros muchos periódicos y revistas de Barcelona, como La Ilustración (donde publicó el poema "Lágrimas" [21 de noviembre de 1880]), El Mundo Ilustrado (donde dejó impresos "El diluvio" [1880], "Jerusalem" [1880] y "Mater dolorosa" [1881]), La Ilustración de la Mujer (en donde aparecieron, en 1883, Leyendas Bíblicas. Herodías y La loca de las tres cruces), La Velada (donde salió "Las llaves perdidas. Tradición popular" [6 de agosto de 1892]), La Ilustración Moderna (donde apareció "Un velatorio. Recuerdos de Andalucía" [1894]) y La Ilustración Barcelonesa (donde vio la luz su famosa leyenda bíblica Jephté).
Respecto a los rotativos madrileños que publicaron escritos de María Mendoza de Vives, cabe destacar La Discusión (donde quedó impreso su poema "A Polonia" [6 de mayo de 1863]), El Ángel del Hogar (donde aparecieron numerosos trabajos de la autora malagueña, como las narraciones Hijo por hijo [8 de abril de 1865], Preferencias de un padre [16 de agosto / 24 de octubre de 1865], La buena hija. Leyenda bíblica [mayo de 1866], La mayor miseria [24 de septiembre de 1866] y El horno del castigo [16 de noviembre de 1866]), La España (donde vieron la luz varias leyendas bíblicas, algunas de ellas ya publicadas en otros medios), y Los Niños (donde apareció la leyenda titulada La mujer de Sareptha). Además, María Mendoza Méndez publicó algunos de sus escritos en diferentes rotativos provinciales y locales, como El Faro del Mediodía,
de Málaga (en el que estampó sus poemas "La niña y la espiga" [9 de
agosto de 1858] y "La caña y la yedra" [6 de septiembre de 1858], y su
leyenda El Conde de Teba), y El Eco de Santiago, de Santiago de Compostela (donde apareció, póstumamente, su poema "La calle de la amargura" [7 de abril de 1898]).
Al
margen de estos escritos publicados en periódicos y revistas, María
Mendoza Méndez fue autora del prólogo que precedía al poemario Espumas,
de Enrique Claudio Girbal, y de otros textos que aparecieron en algunas
de esas obras colectivas que tanta difusión alcanzaron en la segunda
mitad del siglo XIX, como las tituladas Las mujeres españolas,
americanas y lusitanas pintadas por sí mismas. Estudio completo de la
mujer en todas las esferas sociales. Sus costumbres, su educación, su
carácter... (Barcelona: Est. Tip.-Ed. de Juan Pons, [¿1881?]), Asociación literaria de Gerona (Gerona: Librería Vicente Dorca, 1876) y Escritoras españolas contemporáneas (1909).
Respecto a las obras que la propia autora llegó a ver impresas en forma de libro, conviene citar los títulos siguientes:
- Brígida. Leyenda (Madrid, 1853). Apareció encuadernada, en un mismo volumen, junto a la obra Lucila, de José Alegret de Mesa.
- El alma de una madre. Quien mal anda mal acaba
(Barcelona: S. Manero, 1862). Se trata de dos novelas originales, sin
ninguna relación entre sí. La segunda de ellas alcanzó pronto un éxito
notable, hasta el punto de que fue reeditada aquel mismo año (Barcelona:
Imprenta "El Porvenir" de Buenaventura Barca, 1862).
- Preferencias de un padre. Se trata de una novela breve publicada por vez primera en el llamado Libro del obrero (Barcelona, 1862).
- Recuerdos de Andalucía (Gerona, 1876).
- Flores de otoño
(Barcelona: Imprenta Barcelonesa, 1879). Se trata de una magna
recopilación de sus leyendas, narraciones y poemas, en la que tienen
cabida los títulos siguientes: Brígida (leyenda), El Conde de Teba (leyenda), No hay venganza sin castigo (leyenda), El amor de los amores (leyenda extraída de una balada alemana), "Un velatorio" (romance), y "Una página de gloria" (ensayo épico, en verso).
- Cataluña (Barcelona, 1882). Se publicó en una edición costeada por el marqués de Casa-Brusi.
- Las barras de plata. La loca de las tres cruces
(Barcelona: S. Manero, 1887). Se trata de dos narraciones que vieron la
luz en la colección "Biblioteca para Todos". La primera de ellas fue
traducida al francés por F. Turck, bajo el título de Les lingots d'argent (París: J. Albanel, 1866); la segunda apareció por entregas en La Ilustración de la Mujer.
- La pubilla Ferraró
(Barcelona: Salvador Manero, editor, 1887). Se trata de una novela
costumbrista que también vio la luz en el seno de la famosa colección
"Biblioteca para Todos". Premiada, en 1884, con una mención honorífica
otorgada por la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, estaba
dedicada a Marta y María, las dos hijas de la autora, ya fallecidas.
- La llaves perdidas (Barcelona, 1887). Novela.
- Leyendas bíblicas dedicadas a los Padres Jesuitas de Manila (Barcelona: Fidel Giró, 1890).
- Poesías y leyendas (Barcelona: Salvador Manero, [s.a.]).
Bibliografía
- CRIADO Y DOMÍNGUEZ, Juan P. Literatas españolas del siglo XIX. Apuntes bibliográficos (Madrid: Imprenta de Antonio Pérez Dubrull, 1889).
- DÍAZ DE ESCOVAR, NARCISO. Galería literaria malagueña. Apuntes para un índice biográfico bibliográfico, relativo a escritores hijos de esta provincia, residentes en ella o que han escrito respecto a la misma (Málaga: Tipografía de Poch y Creixell, 1898).
- ------------- Galería de malagueñas. Apuntes para una obra biográfica de las mujeres, hijas de esta provincia, o residentes en ella, que se han distinguido por su talento, piedad, valor, ilustración (Málaga: Tipografía La Equitativa, 1901).
- GONZÁLEZ RIVAS, Trinidad. Escritores malagueños. Estudio bibliográfico (Málaga: Diputación Provincial, 1971).
- JIMÉNEZ MORALES, María Isabel. Escritoras malagueñas del siglo XIX (Málaga: Universidad, 1996).
- QUILES FAZ, Amparo. "Escritoras malagueñas del siglo XIX. (Notas sobre el silencio y el olvido)", en M. D. Ramos y M. T. Vera (eds.), Actas del I Congreso Internacional. El trabajo de las mujeres. Pasado y presente (Málaga: Diputación Provincial, 1996).
- SIMÓN PALMER, Carmen. Escritoras españolas del siglo XIX. Manual biobibliográfico (Madrid: Castalia, 1991).
J. R. Fernández de Cano.
www.mcnbiografias.comTweet