El libro en español que nos acompañó durante el 2014


Aunque lo primero que notemos de una lista sean las omisiones –como señalaba con ironía Jorge Luis Borges– hay obras que resultan imprescindibles para quienes aman la literatura. Cuento, ensayo, novela o libros de autoayuda, cada uno de ellos tiene su preferencia en lo que a lecturas en tiempo de ocio se refiere. He aqui un grupo de reconocidos nombres en el mundo de las letras que nos confiesan cuáles han sido sus libros favoritos durante el año que termina y cuáles son los motivos por los que estas obras le sedujeron.

Carlos Alberto Montaner: “Me pareció interesantísimo un ensayo titulado Bolívar, empresario del historiador cubano-venezolano Antonio Herrera-Vaillant, publicado por Planeta. Cuenta las dificultades de ‘el Libertador’ en su lucha contra la burocracia para poder explotar unas minas de su propiedad. Para el chavismo es un duro golpe confirmar que el reverenciado Bolívar era o deseaba ser un capitalista exitoso. La obra, por otra parte, prueba cómo el Estado puede llegar a ser una fuente tremenda de infelicidad. Tal vez por eso Bolívar llegó a afirmar que ‘la única cosa que se puede hacer en América es emigrar’. Triste frase”.

Ismael Cala: “Este 2014 tuve el gustazo de leer y estudiar un libro que me fue regalado en Mar del Plata el 29 de diciembre de 2012. Elogio de la lentitud, de Carl Honoré. Y como a veces siento que vivo muy de prisa, leí entonces el libro a retazos. Este año me propuse conocer a este gurú de la vida sosegada y para eso bebí cada parrafo de su bien fundamentada tesis de vivir con menos celeridad, de crear conciencia sobre la enfermedad del tiempo. Carl estará en Cala en CNN en español muy pronto, en una hora que ya grabamos y que no tiene desperdicio”.

José Ignacio Valenzuela: “Con motivo de la edición conmemorativa que Alfaguara volvió a editar de Rayuela, el libro cumbre de Julio Cortázar cayó una vez más en mis manos. Lo había leído en la universidad, cuando se lee esta afiebrada historia por primera vez, y me enamoré para siempre de la Maga y sus devaneos. Muchos años después, lo releí ahora con más calma, pero sin pausa alguna, y volví a conectarme con la potencia bestial que Cortázar imprime a sus textos. Rayuela es una joya, es magia pura, es alquimia hecha con palabras, es juego y es una época entera donde fondo y forma eran igualmente importantes y trascendentes.

Teresa Dovalpage: “Leí Memorias del tiempo circular, de Chely Lima, con una mezcla de miedo y placer —emociones que las cuatro novelas que integran el volumen provocan a la perfección. El placer, por lo mucho que disfruté el estilo, la trama y la atmósfera magistralmente creadas por la autora; el miedo porque sabía que el placer terminaría al llegar a la última página”.

Pedro Medina León: “Es difícil elegir un mejor libro del año entre tantas buenas obras que han pasado por mis manos. Hace 3 meses, sin embargo, leí una novela que hasta hoy regresa a mí casi a diario: La pena máxima, de Santiago Roncagliolo. El libro de Roncagliolo es uno de suspenso-policial, que siembra la intriga desde la primera página, tiene unos personajes siniestros muy bien logrados y goza de un finísimo sentido del humor cubierto por el telón de la ironía. He leído todos los libros del autor a excepción de uno o dos, y La pena máxima me parece hasta ahora lo mejor en su trayectoria. Ante la dificultad de votar por un mejor libro del año, opto por el mejor libro de Santiago Roncagliolo según mi criterio”.

Anjanette Delgado: “Pues a mí los relatos que me cautivaron este año fueron las microficciones de la argentina Ana María Shua. Leer su más reciente tomo, Fenómenos de circo, es como sentarte en un banco público a darte besos prohibidos con un amante delicioso. Cada microficción te expone a un olor, a un sabor, a un sentir del que no sabías que eras capaz. Cada libro es una delicada, pero bien construida, cajita de chocolates belgas”.

Antonio Orlando Rodríguez: “Una de mis lecturas más gratificantes del año fue La puerta de los pájaros, novela del español Gustavo Martín Garzo publicada por la editorial Impedimenta. Este cuento de hadas gótico es una joya por la calidad de su prosa, pero a la belleza del texto hay que sumar la de las fascinantes ilustraciones de Pablo Auladell. Texto, ilustraciones y diseño gráfico de primera: un libro extraordinario. Simplemente perfecto.

Luis de la Paz: La Habana para un infante difunto.“Sobrecogedor libro póstumo de Guillermo Cabrera Infante, Mapa dibujado por un espía, donde recrea el ambiente habanero de los años sesenta, en plena asfixia castrista. A su vez el deterioro de la ciudad, la pérdida de la libertad y el miedo, todo alrededor de un hombre que viaja a La Habana para asistir al entierro de su madre. Una novela testimonial, amarga y marcada por la desesperanza”.

HERNÁN VERA ALVAREZ
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