Maurice Blanchard
(Montdidier, 14 abril de 1890 + Ibidem, 19 marzo de 1960) Poeta francés.
Autor de una obra lírica de hondo calado
existencial, en la que huye del artificio y la alharaca retórica para
adentrarse en la dimensión más compleja del ser humano y las cosas que
le rodean, está considerado como uno de los poetas surrealistas
franceses que con mayor pureza asimiló y plasmó en sus versos los
postulados estéticos e ideológicos de dicha corriente vanguardista. Pese
a ello -y aunque sus poemarios vieron la luz con cierta regularidad en
la Francia del segundo tercio del siglo XX-, su producción lírica fue
escasamente conocida y valorada en vida del autor, y sólo después de su
muerte comenzó a ser recordada y estudiada por la crítica, que en la
actualidad la tiene situada entre los legados poéticos más importantes
de la lírica francesa de dicho período.
Nacido en el seno de una familia humilde, cursó sus estudios primarios
en la escuela pública de su localidad natal y, con tan sólo doce años de
edad, se vio obligado a adentrarse en la vida laboral, para apuntalar
con su salario la maltrecha economía doméstica. Aún era un niño, pues,
cuando comenzó a trabajar como aprendiz de cerrajero, oficio que pronto
abandonó para empezar a ejercer como herrador de caballerías. Todavía en
plena adolescencia, deseoso de ampliar sus horizontes vitales y su
hasta entonces escasa formación cultural, se trasladó a París y
subsistió durante algún tiempo desempeñando labores de albañilería en
los barrios del extrarradio de la capital.
Viendo que el único medio de progresar -tanto social como económica y
culturalmente- que quedaba a su alcance era la carrera militar, en 1907,
con diecisiete años de edad, ingresó en las Fuerzas Navales francesas,
donde aprovechó al máximo las oportunidades que se le ofrecieron y
consiguió un título superior de Ingeniero Naval. Como sus principales
objetivos pasaban por procurarse una buena formación, una vez obtenido
este éxito académico Maurice Blanchard abandonó la Marina en 1913, un
año antes de que el estallido de la Primera Guerra Mundial le forzara a
regresar precipitadamente a la vida militar, a la que se incorporó en
1914 convertido en piloto aéreo. Intervino en la contienda bélica
internacional como un miembro más de la famosa escuadrilla aérea
Dunkerque, que quedó prácticamente desmantelada; y, antes de que
concluyera la guerra, sin reparar en el peligro que había corrido (fue
uno de los pocos supervivientes de dicha escuadrilla), reforzó sus lazos
con las fuerzas aéreas con la obtención del título de ingeniero
aeronáutico, especializado en el diseño de prototipos.
Fue uno de los autores más tardíos entre los escritores de su
generación, pues no comenzó a escribir sus primeros versos hasta finales
de la I Guerra Mundial -en torno, aproximadamente, a 1917 ó 1918,
cuando ya había cumplido los veintisiete años de edad-, y aún tardaría
más de un decenio en asomarse a los escaparates de las librerías con su opera prima. Finalmente, se dio a conocer como escritor a finales de la década de los años veinte por medio del poemario titulado Les lys qui pourrisent (1929), que no se atrevió a firmar con su nombre auténtico, sino con el pseudónimo de Erskine Ghost.
a desde la aparición de ese tardío poemario, el escritor de
Montdidier se reveló como un poeta firmemente anclado al legado del
Surrealismo, corriente que continuó cultivando en su segunda entrega
poética, publicada -ya con su auténtico nombre- bajo el título de Malebolge
(1934). Se diría que todas las prevenciones observadas por Maurice
Blanchard antes de publicar sus primeros versos se disiparon de golpe
tras la aparición de este segundo poemario suyo, pues, como si hubiera
sentido de repente la necesidad de dar a conocer los textos literarios
que venía escribiendo desde finales de la Gran Guerra, durante el lustro
siguiente dio a la imprenta, sin solución de continuidad, otros cinco
volúmenes de poemas: Solidité de la Chair (1935), Sartrouville (1936), Les Barricades Mystérieuses (1937), Les Perils de la Route (1937) y C'est la fête et vous n'en savez rien (1939). Posteriormente, Blanchard incrementó su bibliografía con otras entregas poéticas tan dignas de mención como Les Pelouses fendues d'Aphrodite (1945), La Hauter des Murs (1947), L'Homme et ses Miroirs (1950), Le Monde qui nous entoure (1951) y Le Pain la Lumière (1951).
En
líneas generales, sobresale en la lírica del autor de Montdidier esa
predilección por la pureza de conceptos tendente a ahondar en el hombre y
su entorno hasta encontrar la raíz misma de sus cuitas existenciales,
valiéndose para ello de depuradas imágenes de innegable sello
surrealista que, pese a su carácter onírico o visionario, no renuncian
casi nunca a sus lazos con la realidad, la historia, el presente y, en
definitiva, la propia dimensión humana del poeta y de quienes le rodean.
Como rasgo singularizar de su obra lírica, destaca la abundancia de
poemas en prosa dentro de su heterogéneo y regular corpus poético.