Biografía de Domingo Báñez


Domingo Báñez O. P., (Valladolid, 29 de febrero de 1528 + Medina del Campo, 22 de octubre de 1604), fraile dominico, filósofo y teólogo español.

Insigne escolástico español y campeón del tomismo, ve la luz por vez primera en Valladolid el 29 de febrero del año bisiesto de 1528. Hijo de Juan Báñez de Artazubiaga (Mondragón) y de Francisca López Paldón, sus primeros años discurren en Valladolid. En 1540 se traslada, junto con su familia, a Medina del Campo, donde aprende las primeras letras latinas. En octubre de 1542, cumplidos ya los quince, Báñez se encamina hacia Salamanca para cursar Artes en su Universidad. En la primavera de 1546 ingresa en el convento de San Esteban de Salamanca, centro por aquel entonces de rigurosísima observancia y prestigiado por la presencia entre sus muros de dos de las más excelsas luminarias que ha conocido la teología católica: Francisco de Vitoria y Domingo de Soto. Al año siguiente, Báñez profesa votos religiosos y toma el hábito de Santo Domingo. A pesar de haber completado los estudios de Artes en la Universidad de Salamanca, los frailes dominicos de San Esteban, según era preceptivo entre ellos, obligan a Báñez a cursar otro año de Artes antes de comenzar sus estudios teológicos, a los que Báñez consagra sus esfuerzos entre los años 1548 y 1552 bajo magisterio de doctores como Melchor Cano y Pedro de Sotomayor.
«De la escuela de Vitoria y filósofo de fama mundial del siglo XVI, es Domingo Báñez, de familia de Mondragón, como él mismo proclama llamándose “Mondragonensis”. Catedrático famoso de Prima de Teología de la Universidad de Salamanca; gran comentarista de Aristóteles y de Santo Tomás; valiente controversista contra Molina; compuso diversas obras.» (Miguel de Alzo, Filosofía Vasca, Euskaltzaleak, Donostia 1934, pág. 39.)

En 1552, con 24 años de edad, comienza su carrera docente, enseñando Artes durante tres años en el convento de San Esteban. Entre 1555 y 1561, Domingo Báñez profesa la Teología como lector, tras lo cual recibe el grado de la presentatura o licenciamiento de la orden. De este modo, Báñez fue «presentado», esto es, se admitió su título en el Capítulo provincial celebrado en Piedrahita en abril de 1561. El Capítulo general celebrado en mayo del mismo año confirmó su presentatura. De Salamanca el Padre Báñez pasaría a continuar su labor docente a la recién creada Universidad de Ávila, establecida en el convento dominico de Santo Tomás. En esta ciudad Báñez oirá en confesión a Santa Teresa, a la que también ayuda y asesora en sus proyectos reformadores. En enero de 1565 el Padre Báñez marcha a Sigüenza, para graduarse en su Universidad de bachiller, licenciado y doctor en Teología. Tras fracasar en su oposición a la cátedra de prima de Teología de la Universidad de Alcalá, que acababa de dejar vacante Mancio del Corpus Christi, vuelve a Ávila. Dos años más tarde, en 1567, pasa al convento de Santo Tomás de Alcalá. En 1569 el Capítulo provincial celebrado en Valladolid designa a Báñez rector del Colegio de Santo Tomás de Ávila, donde sólo permanecerá un año, ya que en 1570 vuelve al convento de San Esteban de Salamanca, donde permanece hasta 1573. De ahí pasa al Colegio de San Gregorio de Valladolid, donde ejercerá el cargo de rector.

En 1576 se ve sometido a investigación por parte del tribunal de la Inquisición debido a razones disciplinares. Las sospechas inquisitoriales debilitaron el ánimo y la salud del Padre Báñez, pese a lo cual, todavía tuvo fuerzas para opositar a la cátedra salmanticense de Durando, toda vez que su anterior titular, Bartolomé de Medina, había pasado a ocupar la cátedra de prima de Teología. En esta ocasión Báñez triunfó sobre su oponente, convirtiéndose así en catedrático con cuarenta y nueve años. Durante cuatro años se ocupará de la cátedra de Durando, pero comentando la 2-2ae de la Suma teológica de Santo Tomás, lo que dará lugar a sus Decissiones de iure et iustitia. También por estos años Báñez trabaja en la reforma gregoriana del calendario. Pero tras la muerte, en 1580, de Bartolomé de Medina, que detentaba la cátedra más prestigiosa de la Universidad de Salamanca, la cátedra de prima de Teología, Báñez se presenta y gana por oposición dicha cátedra, en la que profesará hasta 1599.

Durante estos años publica sus obras principales, entre las que cabe destacar sus comentarios escolásticos a laSuma teológica de Santo Tomás. También en esta época Báñez sufre nuevo proceso inquisitorial, después de que fray Luis de León denunciase que algunas afirmaciones de Báñez sobre la eucaristía sabían al error de Lutero. Pero tampoco en esta ocasión Báñez resultó condenado. Y tal era su prestigio por estos años que se ganó la confianza del propio Felipe II. Finalmente, su salud sufrió grandes quebrantos a causa de la gran contienda que estaba librando con los molinistas (ver Luis de Molina) a propósito de las materias de gracia y predestinación, en la conocida comopolémica de auxiliis. Por este motivo, Báñez se jubiló en 1599, retirándose a morir al convento de San Andrés en Medina del Campo, donde expiraría el 22 de octubre de 1604, sin llegar a conocer si el pontífice romano en su veredicto final se habría de mostrar favorable a sus tesis o, por el contrario, a las de Molina.