Biografía de José María Heredia

José María Heredia

José María Heredia. (Santiago de Cuba el 31 de diciembre de 1803; † Toluca (México) 7 de mayo de 1839) fue un poeta español nacido en Cuba, secretario de Antonio López de Santa Anna; diputado y ministro de audiencia en México y rector del Instituto Literario de Toluca. No se lo debe confundir con el poeta y traductor cubano José María de Heredia (1842-1905).

Siendo aún pequeño se trasladó con su familia a Santo Domingo, donde transcurrió la mayor parte de su niñez. Su padre fue nombrado Oidor y Regente de la Real Audiencia de Caracas en 1810 y la familia se mudó a Venezuela. En 1818, de regreso en Cuba, comenzó sus estudios de Leyes en la Universidad de La Habana, que siguió al año siguiente en México. Tras la muerte de su padre José Francisco Heredia en octubre de 1820 (fue asesinado en México), en 1821 José María regresó a Cuba. Dos años después de doctorarse en derecho se estableció como abogado en Matanzas. Por este tiempo había colaborado en distintos periódicos, entre ellos El Revisor, y dirigió el semanario La Biblioteca de las Damas. En 1823, a punto de publicar una edición de sus poesías, se vio envuelto en la Conspiración "Soles y Rayos de Bolívar" y tuvo que marcharse precipitadamente a los Estados Unidos.

Su vida en ese país está ampliamente documentada en su correspondencia, entre otros, con Domingo del Monte, publicada por la Revista de Cuba. La primera edición de sus versos apareció en 1825 en Nueva York. Se le atribuye la novela histórica Jiconténcal, publicada anónimamente en 1826 en Filadelfia, aunque la autoría es también atribuida a otros escritores, como su compatriota Félix Varela o el español Félix Mejía. En 1825 emprendió su segundo viaje a México y en la travesía escribió el Himno del desterrado. Su actividad en México fue rica y variada. Entre otras funciones jurídicas y administrativas, ejerció como catedrático de Literatura e Historia, legislador, juez de Cuernavaca, así como oidor y fiscal de la Audiencia de México. En 1832 publicó en Toluca una segunda edición de sus versos, considerablemente revisada y ampliada. Fue redactor de varias revistas como El Iris y La Miscelánea, y principal redactor de El Conservador.

En 1836, después de hacer retracción pública de sus ideales independentistas, obtuvo permiso para regresar a Cuba. Cuatro meses duró su estancia en la isla. Con gran dolor y mortal desánimo regresó a México, donde el presidente Guadalupe Victoria le ofreció asilo. Con treinta y seis años murió de tuberculosis, enfermedad que había contraído en los Estados Unidos, el 7 de mayo de 1839 en la ciudad de Toluca (otra versión autorizada afirma que murió en la capital mexicana).

Heredia es considerado como uno de los mejores poetas cubanos, y a quien se le ha dado el título de Poeta Nacional así como el del "Cantor del Niágara", por su oda de ese nombre. Heredia es un insigne representante de la escuela pre-romántica. Algunas de sus obras son extraordinarias composiciones descriptivas donde plasma su percepción fina y rápida de la naturaleza. Una de las características centrales de su obra es el sentido espiritual del paisaje físico.

La vida de José María Heredia es uno de los temas principales de la obra de Leonardo Padura La novela de mi vida publicada en 2002.

Poesías

A Elpino (¡Feliz, Elpino, el que jamás conoce)
A Emilia (Desde el suelo fatal de su destierro)
Adiós (Belleza de dolor, en quien pensaba)
A la estrella de Venus (Estrella de la tarde silenciosa)
A la hermosura (Dulce hermosura, de los cielos hija)
A Lola en sus días (Vuelve a mis brazos, deliciosa Lira)
A mi amante (Es media noche: vaporosa calma)
A mi esposa en sus días (¡Oh! Cuán puro y sereno)
Al Océano (¡Qué! ¡De las ondas el hervor insano)
Al Popocatépetl (Tú que de nieve eterna coronado)
Ausencias y recuerdos (¿Qué tristeza profunda, qué vacío)
Calma en el mar (El cielo está puro)
El ay de mí (¡Cuán difícil es al hombre)
En el Teocalli de Cholula (¡Cuánto es bella la tierra que habitaban)
En una tempestad, también llamada "Oda al huracán", (Huracán, huracán, venir te siento)
Himno al desterrado (¡Cuba, Cuba, que vida me diste)
Himno al Sol (En los yermos del mar, donde habitas)
La cifra (¿Aún guardas, árbol querido)
La estación de los Nortes (Témplase ya del fatigoso estío)
La inconstancia (En aqueste pacífico retiro)
La melancolía (Hoja solitaria y mustia)
La partida (¡A Dios, amada, a Dios! llegó el momento)
La resolución (¿Nunca de blanda paz y de consuelo)
Los recelos (¿Por qué, adorada mía)
Niágara (Templad mi lira, dádmela, que siento)
Oda a la noche (Reina la noche: con silencio grave)
Oda al cometa de 1825 (Planeta de terror, monstruo del cielo)
Sáficos (Dulce memoria de la prenda mía)
Vuelta al sur (Vuela el buque: las playas oscuras)

Sonetos

A mi querida (Ven, dulce amiga, que tu amor imploro:)
Inmortalidad (Cuando en el éter fúlgido y sereno)
La desconfianza (Mira, mi bien, cuán mustia y desecada )
Para grabarse en un árbol (Árbol, que de Fileno y su adorada)
Recuerdo (Despunta apenas la rosada aurora)
Renunciando a la poesía (Fue tiempo en que la dulce poesía)
Soneto a mi esposa (Cuando en mis venas férvidas ardía)
Vanidad de las riquezas (Si la pálida muerte se aplacara)

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