Lomonósov
Nacido
en el seno de una familia humilde (era hijo de un pescador), logró
escapar de la severa tutela paterna y marchar a Moscú, donde inició su
formación cultural en la Academia eslavo-grecolatina. De allí pasó a
Marburgo (Alemania), donde prosiguió sus estudios bajo los auspicios del
filósofo Christian von Wolff.
En Friburgo estudió mineralogía; pero una disputa con uno de sus
profesores le llevó a huir por toda Alemania, hasta que fue apresado y
encarcelado en Wesel.
Vuelto a su país natal, se estableció en San
Petersburgo en 1741. Pronto ocupó la cátedra de física y química en la
Academia de las Ciencias, de la que luego sería Director. Su interés por
equiparar la investigación científica rusa con la del resto de Europa
fue el acicate que le permitió obtener grandes resultados en el campo de
la física y de la química: estudió el rayo, la naturaleza del aire, la
electricidad y la composición de la materia.
Simultáneamente, cultivaba la literatura y la investigación filológica. Su Gramática rusa
(1775) supone el primer intento de conferir a su lengua vernácula una
dimensión literaria, separándola claramente de la lengua oficial de la
Iglesia. Fue también uno de los primeros poetas que adoptaron la nueva
prosodia de la poesía rusa, consistente en el cultivo del metro
equisilábico acentuado, en lugar de la antigua prosodia silábica.
Considerado como el poeta oficial del reinado de Isabel Petrovna, Belinski dijo de Lomonósov que era el "Pedro el Grande" de la literatura rusa, y el poeta Pushkin
le llamó la "primera universidad" de su nación. Curiosamente, fue
Lomonósov quien impulsó la creación de la Universidad de Moscú.
Entre
las gentes de su tiempo, fue muy considerada su faceta de orador;
durante el siglo XIX, se resaltó, sobre todo, su actividad científica; y
en la actualidad se le recuerda como uno de los fundadores de la
literatura rusa de la edad contemporánea.
Obra
En 1739, cuando vivía en Alemania, compuso su Oda sobre la toma de Jotín,
primer poema escrito en la que pasaría a ser la prosodia clásica rusa.
Más adelante, en 1748, escribió la primera retórica de la literatura de
su nación.
Sus teoría sobre los tres estilos literarios (alto, medio y bajo) quedó formulada en el ensayo titulado De la utilidad de los libros de la Iglesia (1757). Lomonósov reservó el estilo alto para componer sus célebres Odas (entre las que destacan las de materia sacra, como las Odas de Job, capítulos XXXVIII-XLI y las Meditaciones sobre la majestad divina), y sus no menos famosas tragedias -Tamira y Selim (1755) y Demofoonte (1757)-. En el estilo medio escribió sus Epístolas, entre las que sobresale un bello poema didáctico titulado De la utilidad del vidrio (1752).
Otras obras suyas son Historia de Rusia desde el origen de la nación rusa hasta la muerte de Jaroslaf I, Retórica rusa, Panegírico de la emperatriz Isabel, Elogio de Pedro el Grande, Dieciséis cartas dirigidas a Chauvalof y Poema épico en honor de Pedro el Grande.
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