Noticia de marzo de 2015. España.Después de un año de búsqueda, los expertos determinaron que los huesos hallados en una cripta en un convento de Madrid pertenecen al autor de El Quijote.
Entre los restos encontrados una la cripta marcada con las letras M.C, de la Iglesia madrileña de las Trinitarias de Madrid, en cuyo convento fue originalmente enterrado Miguel de Cervantes, “se encuentran algunos fragmentos pertenecientes al escritor, sin discrepancias”. La confirmación, tan esperada, por parte del especialista forense y director de la búsqueda, Francisco Etxebarria, se realizó en una concurrida conferencia de prensa en el Palacio de las Cibeles, sede del Ayuntamiento, con la presencia de la Alcaldesa, Ana Botella.
Desde el 11 de marzo pasado existía una gran certidumbre en el equipo de investigadores de que por fin la larga búsqueda había llegado a su fin. Los restos estaban en el subsuelo, en el conjunto que los investigadores nombraron con el número 32, centrado en un nicho marcado en con las iniciales M.C. y aparecieron junto con elementos y ropajes que permitieron datarlos con los del siglo XVII y contrastarlos con la documentación. El extravío de los restos ha durado cuatro siglos.
Por su parte, la arqueóloga Almudena García Rubio, reiterando lo que ya ha
bía avanzado el equipo al inicio de la búsqueda en marzo del pasado año, dijo que noo va a haber una individualización confirmada por la genética".
bía avanzado el equipo al inicio de la búsqueda en marzo del pasado año, dijo que noo va a haber una individualización confirmada por la genética".
Aunque los restos hubieran estado bien conservados para las pruebas de ADN, la única descendencia actual de la familia del autor del Quijote proviene de su hermano Rodrigo "y después de doce generaciones el ADN que pudiera tener en común con Cervantes es mínimo", afirmó el historiador Fernando de Pardo.
![](http://www.clarin.com/sociedad/Trozos-MC-Miguel-Cervantes-EFE_CLAIMA20150311_0080_36.jpg)
Según la antropóloga Almudena García Cid, concretamente hay restos de un mínimo de cinco niños y un mínimo de diez adultos (de ellos cuatro masculinos, dos femeninos, dos indeterminados y dos probablemente masculinos), lo que se corresponde con los 17 enterramientos documentados en la iglesia inicial.
Otra información señala que el equipo se topó, en su investigación, con restos de unos 200 chicos: los historiadores atribuyen el alto índice de mortalidad infantil a epidemias de viruela, peste y fiebre que hubo en Madrid entre los siglos XVII y el XIX. Entre los restos que estaban en mejor estado –de los atribuidos a Cervantes– la mandíbula fue uno de los definitivos para establecer un veredicto.
"No vamos a encontrar a Cervantes con su nombre puesto en un ataúd", había ironizado Etxeberria, cuando en junio del año pasado se presentaron los puntos de enterramiento de la iglesia detectados con un georradar. Los trabajos comenzaron a finales de abril del año pasado, cuando el equipo de georradaristas localizó cuatro sepulturas en la iglesia y la cripta con los nichos donde se hallaron los restos.
Después de varios meses de gestiones para obtener los permisos, el 22 de enero comenzó la fase antropológica y una treintena de investigadores accedieron a una cripta, de unos setenta metros cuadrados a cinco metros bajo el nivel del suelo, para la recuperación de los restos. Ahí se encontraron más de 200 enterramientos, en su mayoría de niños, que permitieron ampliar el conocimiento de cómo era el Madrid de los siglos XVI y XVII, ya que en este tiempo fueron apareciendo momias, ropajes y detalles que arrojan luz sobre los modos de vida de la época.
El hallazgo coincide con la conmemoración de los 400 años de la publicación de la segunda parte de "El Quijote de la Mancha", que precede a la celebración en 2016 del Cuarto Centenario de la muerte de una de las cumbres de la literatura universal.
- Juan Carlos Algañaraz
- Corresponsal de Clarín en Madrid