Friedrich von Schiller: Oda a la Alegría (An die Freude)

Monumento a Schiller en Dresde

Oda a la Alegría (An die Freude en alemán), obra escrita por el poeta Friedrich von Schiller (1759-1805) en noviembre de 1785 en la ciudad de Dresde y publicado por primera vez en 1786.

En 1793, cuando tenía 23 años, Beethoven conoció la obra y enseguida quiso musicalizar el texto, surgiendo así la idea que acabaría siendo con los años su Novena y última sinfonía en Re menor, Op. 125 cuyo movimiento final es para coro y solistas sobre la versión definitiva de la “Oda a la Alegría” de Schiller. Esta pieza musical ha pasado a ser el Himno Europeo

Texto original alemán (de la versión clásica)

Freude, schöner Götterfunken,
Tochter aus Elysium!
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische, Dein Heiligtum.
Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng getheilt,
Alle Menschen werden Brüder,
Wo Dein sanfter Flügel weilt.


Seid umschlungen, Millionen!
Diesen Kuß der ganzen Welt!
Brüder – überm Sternenzelt
Muß ein lieber Vater wohnen!

Wem der große Wurf gelungen,
Eines Freundes Freund zu sein,
Wer ein holdes Weib errungen,
Mische seinen Jubel ein!
Ja - wer auch nur eine Seele
Sein nennt auf dem Erdenrund!
Und wer's nie gekonnt, der stehle
Weinend sich aus diesem Bund!


Was den großen Ring bewohnet,
Huldige der Sympathie!
Zu den Sternen leitet sie,
Wo der Unbekannte thronet.

Freude trinken alle Wesen
An den Brüsten der Natur;
Alle Guten, alle Bösen
Folgen ihrer Rosenspur.
Küsse gab sie uns und Reben,
Einen Freund, geprüft im Tod;
Wollust ward dem Wurm gegeben,
Und der Cherub steht vor Gott.


Ihr stürzt nieder, Millionen?
Ahnest du den Schöpfer, Welt?
Such' ihn überm Sternenzelt!
Über Sternen muss er wohnen.

Freude heißt die starke Feder
In der ewigen Natur.
Freude, Freude treibt die Räder
In der großen Weltenuhr.
Blumen lockt sie aus den Keimen,
Sonnen aus dem Firmament,
Sphären rollt sie in den Räumen,
Die des Sehers Rohr nicht kennt.
Froh, wie seine Sonnen fliegen
Durch des Himmels prächt'gen Plan,
Laufet, Brüder, eure Bahn,
Freudig, wie ein Held zum Siegen.

Aus der Wahrheit Feuerspiegel
Duldet für die bess're Welt!
Droben überm Sternzelt
Wird ein großer Gott belohnen.

Göttern kann man nicht vergelten,
Schön ist's ihnen gleich zu sein.
Gram und Armuth soll sich melden,
Mit den Frohen sich erfreun.
Groll und Rache sei vergessen,
Unserm Todfeind sei verziehn,
Keine Thräne soll ihn pressen,
Keine Reue nage ihn.


Unser Schuldbuch sei vernichtet!
Ausgesöhnt die ganze Welt!
Brüder - überm Sternenzelt
Richtet Gott - wie wir gerichtet.

Freude sprudelt in Pokalen,
In der Traube gold'nem Blut
Trinken Sanftmuth Kannibalen,
Die Verzweiflung Heldenmut --
Brüder, fliegt von euren Sitzen,
Wenn der volle Römer kreist,
Laßt den Schaum zum Himmel spritzen:
Dieses Glas dem guten Geist.


Den der Sterne Wirbel loben
Den des Seraphs Hymne preist,
Dieses Glas dem guten Geist
Überm Sternenzelt dort oben!

Festen Muth in schwerem Leiden,
Hülfe, wo die Unschuld weint,
Ewigkeit geschwor'nen Eiden,
Wahrheit gegen Freund und Feind,
Männerstolz vor Königsthronen, -
Brüder, gält es Gut und Blut -
Dem Verdienste seine Kronen,
Untergang der Lügenbrut.


Schließt den heil'gen Zirkel dichter
Schwört bei diesem goldnen Wein:
Dem Gelübde treu zu sein,
Schwört es bei dem Sternenrichter!

Extracto de Beethoven para su novena sinfonía

En itálica las introducciones de Beethoven.

O Freunde, nicht diese Töne!
Sondern laßt uns angenehmere anstimmen,
und freudenvollere.
Freude! Freude!

Freude, schöner Götterfunken
Tochter aus Elysium,
Wir betreten feuertrunken,
Himmlische, dein Heiligtum.
Deine Zauber binden wieder,
Was die Mode streng geteilt;
Alle Menschen werden Brüder,
Wo dein sanfter Flügel weilt.

Wem der große Wurf gelungen,
Eines Freundes Freund zu sein;
Wer ein holdes Weib errungen,
Mische seinen Jubel ein!
Ja, wer auch nur eine Seele
Sein nennt auf dem Erdenrund!
Und wer's nie gekonnt, der stehle
Weinend sich aus diesem Bund!

Freude trinken alle Wesen
An den Brüsten der Natur;
Alle Guten, alle Bösen
Folgen ihrer Rosenspur.
Küße gab sie uns und Reben,
Einen Freund, geprüft im Tod;
Wollust ward dem Wurm gegeben,
Und der Cherub steht vor Gott.
Vor Gott!

Froh, wie seine Sonnen fliegen
Durch des Himmels prächt'gen Plan,
Laufet, Brüder, eure Bahn,
Freudig, wie ein Held zum Siegen.

Seid umschlungen, Millionen!
Diesen Kuß der ganzen Welt!
Brüder, über'm Sternenzelt
Muss ein lieber Vater wohnen.
Ihr stürzt nieder, Millionen?
Ahnest du den Schöpfer, Welt?
Such' ihn über'm Sternenzelt!
Über Sternen muss er wohnen.


¡Oh amigos, dejemos esos tonos!
¡Entonemos cantos más agradables 
y llenos de alegría!
¡Alegría! Alegría!

¡Alegría, hermoso destello de los dioses,
hija del Elíseo!
Ebrios de entusiasmo entramos,
diosa celestial, en tu santuario.
Tu hechizo une de nuevo
lo que la acerba costumbre había separado;
todos los hombres vuelven a ser hermanos
allí donde tu suave ala se posa.

Aquel a que la suerte ha concedido
una amistad verdadera,
quien haya conquistado a una hermosa mujer,
¡una su júbilo al nuestro!
Aún aquel que pueda llamar suya
siquiera a un alma sobre la tierra.
Más quien ni siquiera esto haya logrado,
¡que se aleje llorando de esta hermandad!

Todos beben de alegría
en el seno de la Naturaleza.
Los buenos, los malos,
siguen su camino de rosas.
Nos dio besos y vino,
y un amigo fiel hasta la muerte;
voluptuosidad le fue concedida al gusano
y al querubín la contemplación de Dios.
¡Ante Dios!

Gozosos como vuelan sus soles
a través del formidable espacio celeste,
corred así, hermanos, por vuestro camino alegres
como el héroe hacia la victoria.

¡Abrazaos millones de criaturas!
¡Que un beso una al mundo entero!
Hermanos, sobre la bóveda estrellada
debe habitar un Padre amoroso.
¿Os postráis, millones de criaturas?
¿No presientes, oh mundo, a tu Creador?
Búscalo más arriba de la bóveda celeste
¡Sobre las estrellas ha de habitar!









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Otra traducción realizada por Santiago Sevilla

Alegría, sacra estrella,
Hija del Elíseo, bella,
Pisamos, ebrios de fuego,
Tu sagrario palaciego.
A tu mágico conjuro,
Se hunde el divisorio muro,
Bajo tu ala, en amistad,
Se hermana la humanidad.
¡Os abrazo mil millones!
¡Os beso, todas naciones!
Allende constelaciones,
Vive nuestro Padre, Dios.

Quien en lance de fortuna,
Fue de amigo, amigo fiel,
Y entre mil mujeres, una
Halló única sólo para él;
Quien aunque un alma, apenas,
La suya apele, entre ajenas,
Feliz venga a celebrar.
Llore eremita al se aislar.
¡Honremos juntos hoy día,
En júbilo, a la simpatía!
Que nos encumbre, en anhelo,
Hasta el Ignoto, en el cielo.

Beban todos alegría.
Natura amamanta Amor.
Malo y bueno en esa vía
De rosas, es seguidor.
Ella, uvas nos da y besos
Y de enemigos aviesos,
Un amigo protector,
Que antes muerto, que traidor.
Hasta el mísero gusano
Goza, y ante Dios lejano
Aletea el Querubín.
Hállalo en el último confín.

Gozo se ve en la brocha
Que pinta la creación,
Alegría se derrocha
De su gran reloj, al son:
Surten, del botón, la flor,
Sol, del cielo, en resplandor,
De la nada, muy despacio,
Las esferas del espacio,
En cósmico sin que te roce,
Que el lente aún desconoce.
Tal que los soles, ufanos,
Cambiemos el rumbo, hermanos!

De ígneo espejo de verdad
Sonríe ella al hombre sabio.
Del virtuoso, amargo labio,
Refresca ella con piedad.
Y sus lábaros flamean,
Por la fe de quienes crean.
Ya abandonan ataúdes,
Vuelan tocando laúdes,
Van con ángeles a unirse.
¡De paciencia hay que vestirse,
Hasta que oigamos Su voz
Y premiarnos quiera Dios!

Contra dioses no hay venganza,
Parecérseles bien está.
Pobreza y desesperanza
Vengan consolarse acá.
Ira y rencor olvidados,
Libre enemigo mortal,
Perdonados sus pecados,
Sin culpa, ni pena, su mal.
Borradas todas las cuentas,
El mundo entero esté en paz.
Sólo ventílense afrentas,
Frente a la Divina Faz.

La alegría se derrama,
De exuberante copón.
Hasta el caníbal reclama
Paz y conciliación.
Valor, el desesperado,
Que de este vino ha gustado.
Hermanos, resurrección,
Cuando este cáliz pasa
Y el espíritu rebasa
La más loca ensoñación.
Brindo por la creación,
Que es, de Dios, sublime acción.

Socorro a las virginales;
Firmeza ante grandes males;
Muerte al pérfido y venal;
El compromiso, eternal;
Franqueza, ante majestad;
Veros odio y amistad;
Si la palabra no es fuerte,
Hermanos, venga la muerte!
Bebamos! La copa es honda;
Cerremos la sacra ronda:
Sea el brindis juramento,
Ante el Dios del firmamento.


Traducción Interpretativa de la Oda a la Alegría de Friedrich von Schiller

de Santiago Sevilla tomada de www.liceus.com