Sturm und Drang
Literatura alemana moderna (desde 1848) Nuevas metas. Realismo poético. Naturalismo. El año 1848 señala un gran cambio en la historia literaria y política de Alemania. La gran cuestión de la unificación alemana sobrevuela el ambiente y aunque hay una reacción después del estallido revolucionario, las ideas liberales están bien asentadas y los intereses políticos agudizados. La literatura intenta ponerse más en contacto con la vida y deja ser menos exclusivamente estética. Las tendencias materialistas de ese tiempo se reflejan y se ven condicionadas por el gran progreso de la ciencia y el crecimiento del periodismo. La lírica y la épica pierden terreno ante el drama y la novela. La tradición clásica romántica aun halla seguidores. De hecho, después de las turbulencias revolucionarias se vuelve a un arte más estético y formal que sin embargo se mantiene más o menos en contacto con la vida de su tiempo. Una enorme lista de nombres se presentan ante el estudiante de literatura de este periodo, peor solo unos pocos llaman la atención.
El poeta lírico más prominente fue Emanuel Geibel (1815-84), cuyos poemas se distinguen por la belleza de la forma y por su digno sentimiento patriótico. Fue el líder del grupo de Munich, entre los que se encontraba el conde Adolf von Schack, el connoisseur del arte y distinguido traductor de Firdausi, Herrmann von Lingg y Julius Grosse, poetas épicos, Friedrich von Bodenstedt, cuyos cantos de "Mirza Schaffy" fueron enormemente populares y continuaron la moda oriental inaugurada por el “ Diván” de Goethe. La obra de un miembro de este grupo, Paul Heyse, escritor magistral de historias cortas, se caracteriza por la extrema elegancia de la forma y del lenguaje aunque en su novela "Kinder der Welt" (1873), esas estupendas cualidades no pueden ocultar las tendencias ateas e inmorales. Entre los escritores de este periodo ninguno llegó a ser tan popular como Joseph Victor von Scheffel, con su romántico "Der Trompeter von Saeckingen" (1854) y su novel a histórica "Ekkehard" (1855). El poema lírico-épico "Amaranth" (1849) del católico barón Oskar von Redwitz debió su éxito más a su sentimiento religioso que aun merito real. Las producciones neo-románticas de poetas católicos como Behringer, Wilhelm Molitor y Maria Lenzen no dejaron una huella duradera. Un poeta católico de esta época que se ganó un lugar permanente fue Friedrich Wilhelm Weber (1813-94), de Westfalia, autor del épico "Dreizehnlinden." Una atmósfera pesimista impregna al austriaco Robert Hamerling, en su "Ahasver in Rom" (1866). "Die Nibelungen" de Wilhelm Jordan es un intento notable de revivir la gran saga medieval de forma aliterativa moderna, lo que fue conseguido de forma muy brillante por Richard Wagner (1813-83), cuyos dramas musicales están entre los mayores logros del arte moderno alemán.
El resultado de una visión más seria de la vida fue el nuevo realismo que intentaba presentar la vida de forma veraz, sin la fraseología convencional del idealismo que había estado en boga desde Schiller. Este realismo se manifiesta principalmente en el teatro y en la novela. En el primero, el mas eminente representante es Friedrich Hebbel (1813-63) Copn sus poderosas tragedias "Maria Magdalena," "Herodes und Mariamne," "Gyges und sein Ring," y "Die Nibelungen." Otto Ludwig (1813-65) le sigue con "Der Erbfoerster" y "Die Makkabaeer," así como el magistral romance "Zwischen Himmel und Erde." Estos dramas no hallaron el favor del público cuando aparecieron; la novela realista salió mejor parada. Gustav Freytag (1816-95) tuvo un gran éxito con "Soll und Haben," (1855), una novela sobre al vida burguesa. Fritz Reuter* (1810-74) utilizó su dialecto bajo alemán nativo para su novelas populares humorísticas; las más importantes están incluidas en "Olle Kamellen" (1860-64). El suizo Gottfried Keller (1819-90), muestra mucha originalidad y es considerado por muchos como el mejor novelista del periodo. Sus mejores obras son la serie de novelas sobre la vida suiza tituladas "Die Leute von Seldwyla" (1856). El valor literario de la obra de Friedrich Spielhagen (n. 1829), novelista de indudable talento, se ve perjudicado por un tratamiento indebido de las cuestiones sociales y políticas, mientras que las novelas anticuarias de Georg Ebers y Felix Dahn tuvieron una gran acogida a pesar de sus defectos literarios. A mitad camino entre el realismo y el romanticismo está Theodor Storm (1817-88), cuyo talento poético también se percibe en sus emotivas historias como "Aquis Submersus."
La ficción comenzó a ocupar un lugar más amplio después de 1870. Mencionamos únicamente al suizo, C.F. Meyer, que sobresale en la novela histórica y a Theodor Fontane, cuyas últimas obras eran completamente modernas y realistas. Peter Rosegger, de Estiria, ha conseguido fama con sus historias de los pueblos. De las numerosas escritoras de ficción las más dotadas son Luise von François y Marie, Baroness von Ebner-Eschenbach. La principal actividad de los últimos escritores mencionados se dio en el periodo posterior a 1870.
La guerra franco alemana de 1870 y el establecimiento de un nuevo imperio tuvo poco efecto comparativamente en la literatura. La poseía continuo moviéndose por los surcos antiguos clásicos románticos. la grácil pero trivial lírica épica de Rudolf Baumbach, Julius Wolff, y otros imitadores del estilo de Scheffel era más bien del gusto popular. La lírica apasionada del príncipe Emil zu Schoenaich-Carolath mereció el éxito que tuvo. Sin embargo a la poesía de Martin Greif Eduard von Paulus, Christian Wagner y Heinrich Vierordt le llevó tiempo ser reconocida.
La década que siguió a las grandes victorias de 1870 no fue muy favorable a las actividades literarias. Dominaban las cuestiones políticas y religiosas (como el Kulturkampf). gran parte de la literatura de ese tiempo, en ese espíritu de agitación y desasosiego, era partidista o polémica o se adaptaba al gusto materialista que dominaba y que simplemente se limitaba a entretener. De este estilo fueron los dramas de Paul Lindau, cortados con patrones franceses, y que presentaban escenas de la vida decadente de París. El teatro más serio, que prefería los temas históricos y seguía el estilo convencional de Schiller, tiene su mejor representante en Ernst von Wildenbruch, pero era muy superior por su originalidad el austriaco Ludwig Anzengruber (1839-89), cuyas obras, "Der Pfarrer von Kirchfeld," "Das vierte Gebot," etc. no recibieron ningún reconocimiento hasta después de 1880, E. único factor que servía de contrapeso al materialismo y comercialismo que dominaba la escena fueron las representaciones de la troupe Meiningen y la seriedad sin compromisos de la actividad artística de Richard Wagner como se demostraban en las representaciones del festival de Bayreuth.
La mediocridad se cernía sobre la literatura hacia 1880 y su formalismo vacío y estilo convencional produjo otra revolución literaria, una "Más Joven Alemania". La poesía tenía que modernizarse, preocupándose de la actualidad, teniendo como finalidad la fiel reproducción de la realidad. En vez de volver al realismo de Hebbel o Ludwig, los dirigentes de este movimiento se inspiraron en modelos extranjeros, como Ibsen, Tolstoy, Dostoyevsky y Zola. Copiaron y exageraron el naturalismo que allí encontraron y el resultado fue un naturalismo crudo que enfatizaba indebidamente lo miserable, lo feo y lo vulgar. la filosofía pesimista de Schopenhauer y especialmente las doctrinas revolucionarias de Nietzsche fueron añadidas a las influencias que pesaban sobre este indeseable conjunto que tendía a una perversión de los estándares morales y éticos. La actividad del movimiento fue al principio negativa y polémica. Sus creaciones literarias ya no tienen interés. No se produjo literatura real hasta que no fueron modificados los puntos de vista extremistas. Como reacción contra el naturalismo apareció el "simbolismo", pero el arte que inspiró era tan intangible ye hiper-estético que apenas podías ser apreciado por un estrecho y exclusivo círculo.
En el campo del drama Herrmann Sudermann (b. 1857), cuyas novelas "Frau Sorge" (1887) y "Der Katzensteg" (1889) ya habían llamado la atención, obtuvo un gran éxito. Sus obras "Die Ehre," "Heimat," "Es lebe das Leben," y otras son muy efectivas aunque estropeadas por el sensacionalismo. Sudermann no es un representante del naturalismo; su técnica es un compromiso entre las más antiguas prácticas y las nuevas teorías. Un naturalista total es Gerhart Hauptmann (n. 1863) en sus primeros dramas "Vor Sonnenaufgang" (1889) y "Die Weber" (1892), en donde el ambiente es más importante que los personajes o la acción. En sus comedias "Kollege Crampton" y "Der Biberpelz" demostró que el naturalismo no estaba reñido con el humor. Su obra mas conocida, "Die versunkene Glocke" (1896), como antes "Hanneles Himmelfahrt" y "Der arme Heinrich" después, indica el momento de su cambio hacia el simbolismo y el neo-romanticismo. La obra maestra del naturalismo es "Fuhrmann Henschel" (1898). de los otros dramaturgos de esta escuela, se puede menciona a Max Halbe (n. 1865), autor de "Jugend" (1893) y a Otto Erich Hartleben, cuyo "Rosenmontag" (1900) muestra al influencia de Sedurman. Un dramaturgo peculiar, no adscrito a ninguna escuela es Ludwig Fulda; sus obras de las que la más conocida es "Der Talisman" (1892) son agradables pero superficiales.
El romanticismo, personificado por el poeta Maeterlinck, fue también incapaz de producir, como el naturalismo, ninguna obra dramática vital. Las obras de Hugo von Hofmannsthal (n. 1874) son poco dramáticas, deleitándose en la emoción y sin ninguna acción. Su más apropiado lugar es la lírica donde su talento, así como el de Stefan George (h. 1868) halla su ambiente.
El simbolismo ha encontrado su más característica expresión en las delirantes y vagas efusiones líricas de Richard Dehmel (n. 1863). Después de todo la mejor lírica poética esta época es la de los que no siguen ninguna moda concreta. Así Detlev von Liliencron, un potente realista, al que vieron como el más importante de esta época, Gustav Valke, Ferdinand Avenarius, Karl Busse, Otto Julius Bierbaum y Anna Ritter. Freiherr Boerries von Muenchhausen ha escrito magníficas baladas.
La novela se ha desarrollado enormemente y tiene un gran número de cultivadores. El naturalismo dejó su influencia en las novelas "Meister Timpe" (1888) y "Das Gesicht Christi" (1897) de Max Kretzer, así como en la temprana obra de Wilhelm von Polenz (1861-1903), con el que sin embargo, el naturalismo se ha convertido en realismo artístico como muestran sus últimas novelas "Thekla Luedekind" (1899) y "Wurzellocker" (1902). También se puede mencionar a Gustav Frenssen, cuyo "Jörn Uhl" (1901) tuvo un enorme éxito, a Adolf Wilbrandt, Thomas Mann, Wilhelm Speck, Georg von Ompteda y Walter Siegfried. Y entre las escritoras de ficción sobresalen Isolde Kurz, (b. 1853, Helene Boehlau, Marie Eugenie delle Grazie; Carmen Sylva (reina Isabel de Rumania) y sobre todo Ricarda Huch (n. 1867), cuya gran novela "Erinnerungen von Ludolf Ursleu" (1893) estuvieron en la primera línea de la ficción de entonces.
Bibliografía
Para bibliografía la obra estándar es GOEDEKE, Grundriss zur Geschichte der deutschen Dichtung (2ª ed., GOETZKE, Dresde, 1884--). Son útiles BARTELS, Handbuch zur Geschichte der deutschen Literatur (2ª ed., Leipzig, 1909); BREUL, Handy Bibliographical Guide to the Study of the German Language and Literature (Londres, 1895). NOLLEN, A Chronology and Practical Bibliography of Modern German Literature (Chicago, 1903). En genenral KOBERSTEIN, Grundriss der Geschichte der deutschen Nationalliteratur (6ª ed., 5 vols., ed. BARTSCH, Leipzig, 1884--); GERVINUS, Geschichte der deutschen Dichtung (5ª ed., 5 vols., ed. BARTSCH, Leipzig, 1871-74); WACKERNAGEL, Geschichte der deutschen Literatur, ed. continuada por MARTIN (2 vols., Basle, 1879-94); SCHERER, Geschichte der deutschen Literatur (10ª ed., Berlin, 1905); tr. MRS. CONYBEARE (2 vols., Oxford, 1885); VOGT y KOCH, Geschichte der deutschen Literatur von den aeltesten Zeiten bis zur Gegenwart with excellent bibliography and illustrations (2ª ed., 2 vols., Leipzig, 1904). Desde el punto de vista católico: LINDEMANN, Geschichte der deutschen Literatur (7ª ed., SALZER, Freiburg, 1897), y SALZER, Illustrierte Geschichte der deutschen Literatur (Munich, 1908--). De las obras escritas en inglés las mejores son: ROBERTSON, A History of German Literature (London and New York, 1902); FRANCKE, History of German Literature as Determined by Social Forces (4ª ed., New York, 1901); THOMAS, History of German Literature (New York, 1909), con excelente bibliografía. Para algunos tópicos especiales y períodos algunas de las más importantes son: HERFORD, Studies in the Literary Relations of England and Germany in the 16th century (Cambridge, 1886); HETTNER, Literaturgeschichte des 18. Jahrhunderts: Part III: Geschichte der deutschen Literatur im 18. Jahrhundert (4th ed., HARNACK, Brunswick, 1893-94). Respecto a Lessing consúltese a SCHMIDT, Lessing (2ª ed., 2 vols., Berlin, 1899); respecto a sus posturas religiosas BAUMGARTNER, Lessings religiöser Entwicklungsgang in Stimmen aus Maria-Laach (Freiburg im Br., 1877). Sobre: BIELSCHOWSKY (Munich, 1896-1904); tr. COOPER (New York, 1905-08): HEHN, Gedanken ueber Goethe (5ª ed., Berlin, 1902); la más conocida biografía inglesa, aunque algo anticuada, es la de LEWES (4ª ed., Londres, 1890). Para una estimación desde el punto de vista estrictamente católico, ver BAUMGARTNER, Goethe, sein Leben und seine Werke (2ª ed., Freiburg im Br., 1885). Sobre Schiller la biografía de WYCHGRAM, (3ª ed., Leipzig, 1898). De las biografías inglesas, la de CARLYLE es bien conocida; la mejor es la de THOMAS (New York, 1901). Sobre la escuela romántica véase HAYM, Die romantische Schule (Berlin, 1870); VAUGHAN, The Romantic Revolt (Edinburgh, 1907). Sobre el siglo diecinueve, BARTELS, Die deutsche Dichtung der Gegenwart (7ª ed., Leipzig, 1907), escrita desde un punto de vista estrictamente nacionalista y no del todo objetiva; también MEYER, Die deutsche Literatur des 19. Jahrhunderts (2ª ed., Berlin. 1900).
Fuente: Remy, Arthur F.J. "German Literature." The Catholic Encyclopedia. Vol. 6. New York: Robert Appleton Company, 1909.
Traducido por Pedro Royo